sábado, 16 de abril de 2011

SÁBADO: IMÁGENES

Me recuerda el siempre sabio marqués de Utrera, que quien se acerca a un blog a diario busca un texto breve y conciso, como una píldora, no un largo y sesudo razonamiento cuya extensión abarque folios y folios, que para eso están los libros.
Siguiendo su docto consejo, hoy no me extenderé más allá de unas líneas para llamar su atención, improbable lector, sobre tres breves ejemplos de heráldica funeraria aún existente en estos reinos. Heráldica funeraria que da continuidad a la reciente entrada sobre prendas de cabeza que ornamentan túmulos funerarios.
Comienzo con la imagen del sarcófago que acoge el cuerpo del infante don Felipe, hijo del rey don Alfonso X el sabio de Castilla, en la parroquia de Santa María de la palentina localidad de Villalcázar de Sirga.

Como puede apreciarse, el sarcófago, de excelente factura y conservación, muestra la representación en relieve del cortejo funeral del infante. Cortejo que, aparte muchos otros detalles, muestra la heráldica de don Felipe reversada, dispuesta sobre su caballo de guerra: Castilla, cuartelado con el águila de Suabia, de sable, en campo de oro.

Se trata, efectivamente, de una práctica habitual en las procesiones mortuorias de aquel periodo. El escudo del difunto dispuesto de forma inversa, indicando fallecimiento del titular de las armerías.
Caso idéntico es el que expone en la imagen que sigue a continuación:
Recoge parte del sepulcro del infante Trastámara castellano, rey electo de Aragón, don Fernando de Antequera. Del mismo modo, dispone la heráldica del difunto invertida.
Son las armas, o eso pretendió el artista, del reino de Aragón, cuarteladas en sotuer con las águilas de sable de los Hohenstaufen, en campo de plata, que significan al reino de las Dos Sicilias.
El monumento se aloja en el interior del panteón real de Poblet.
Añado a esta pretendidamente breve entrada un par de imágenes de uno de los sepulcros de la noble familia de los Queralt, en santa Coloma de Queralt, con idéntica disposición invertida de las armas de quien ocupa el sepulcro.

Y para terminar, instantánea del sepulcro de un miembro de la familia Boil, que se aloja en el interior del convento valenciano de santo Domingo, cuya representación es coincidente con la luctuosa idea expuesta a través de imágenes.

RESPUESTA MÚLTIPLE

RESPUESTA A LOS SEÑORES MONTELLS Y SAMPEDRO

Por don Carlos Cerda Acevedo
Redactor del Blog de Derecho Heráldico


Estimado D. José Juan:

Nuevamente abuso de su generosidad, solicitando en esta ocasión se sirva publicar mi agradecimiento al Dr. D. José María de Montells y Galán, así como al Licenciado señor D. José Luis Sampedro Escolar, por la distinción que hacen a mis falibles opiniones en sus respectivas publicaciones de este jueves, a pesar de que nunca he tenido el honor de dialogar con ellos, ni aun por vía epistolar. Sea, pues, mi gratitud por este honor recibido por tan insignes exponentes de la Heráldica.

En segundo orden, considero necesario precisar mi contribución a la nota de D. José María, en dos sentidos, a saber, en una disculpa por mi error de juicio y en un téngase presente.

En lo referente a mi disculpa por el error de juicio, vaya ésta dirigida al mismo señor Sampedro, a Vd. señor Carrión y a sus nada de "improbables lectores", por cuanto reconozco que el verbo utilizado por mí en el cuarto párrafo es incorrecto, pues parece que emito un juicio asertórico sobre la presencia de la venera lazarista en los retratos mencionados, siendo que, en rigor lógico, debí emplear la forma de un juicio hipotético (es decir, en vez de formular que "...en muchos de estas pinturas puede distinguirse la venera lazarista...", debí enunciar que "...en muchas de estas pinturas se observa una venera de ocho puntas, al parecer de color verde, que podría ser la venera lazarista, si bien no se descartan otras hipótesis..."), y además, reconozco que la nómina de próceres rusos que despertó curiosidad en don José Luis fue por falta de tiempo y comodidad de espíritu, ya que sólo observé a los retratos finales que se encuentran en la página web del museo del Hermitage, si bien creo que esto es un pecado menor, ya que tales nombres fueron citados de modo paradigmático ("Por ejemplo, véanse los retratos..."), y todo ejemplo nunca es un argumento, nunca es una razón, sino que cumple una función meramente indicativa, un simple indicio, mas no prueba plena.

Sin perjuicio de lo anterior, téngase presente que en el antepenúltimo párrafo de mi aportación, queda de manifiesto que mi intención no fue emitir un juicio concluyente basado en una prueba plena, sino cual proposición meramente posible o indicativa (Cfr.:"Tal vez este dato pueda servirle al Doctor de Montells en su investigación histórica -por ejemplo, recabando biografías de los mentados militares distinguidos con la orden, ya al mismo museo, ya a otras fuentes primarias (crónicas militares rusas, etc.)...", vale decir, un ofrezco un dato aparente, el cual deberá ser confrontado por el investigador con otras fuentes fidedignas, con el fin de formular -ahora sí- un juicio probable. De este modo, se entiende que mi aportación en modo alguno vino a dar pruebas irrefragables sobre la presencia de la Orden de San Lázaro en el antiguo Imperio Ruso, sino que en proponer un fenómeno adicional para la ulterior investigación. Desde luego, así lo ha entendido don José María, al decir "...que prometo a los lectores seguir con mi modesta investigación, que no es fácil para un español que desconoce la lengua de Tolstoi...Y llegar a alguna conclusión o confesar que mi torpeza es culpable de no llegar a ninguna.".

Más aún: resulta necesario continuar con la investigación con recurso a fuentes auténticas, hasta conocer la identidad de la cruz de ocho puntas que se observa en los retratos de algunos próceres rusos de la Galería Militar del Museo del Hermitage (vgr.: investigando en biografías contemporáneas, crónicas militares, instrumentos imperiales de concesión de distinciones contemporáneas a la fecha de confección de los retratos, descripción de las condecoraciones el retratado hechas por el pintor o por otra fuente verídica, etc.), pues si el debate se sigue centrando en que es la cruz Por Le Mérite porque no se demuestra que la venera fuera pintada verde; o que es la Cruz Lazarista, porque no se demuestra que fue pintada azul, lo único que lograremos es redundar en falacias, pues estamos declarando falsa o verdadera una proposición sólo en razón de un accidente (color), el cual ni siquiera ha sido -al menos nadie así lo ha manifestado- percibido directamente por alguno de los comentaristas (como sería si alguien afirmara haber observado la pintura en el repetido museo de San Petersburgo), sino que apenas sobre la base de una reproducción en la red; y ni aún así la sola percepción directa sirve para probar la verdadera identidad de la venera. En conclusión, la aportación del señor de Montells y Galán continúa siendo una hipótesis, un juicio posible que puede o no ser verdadero, merced a las pruebas que él mismo, u otros interesados, recopilen durante la investigación.

Para finalizar, celebro que Vd. difunda estos debates intelectuales dentro de la comunidad heráldica -aunque no se refieran forzosamente a materias del blasón, como el caso en comento-, no sólo por el aumento de nuestra cultura, sino porque nos permite conservar el hábito de una controversia civilizada y honorable: limpio y en directa referencia a los argumentos. Esa, y no otra, es la manera en que debemos discutir todos los que estudiamos -o empezamos a estudiar- la ciencia heroica, pues el blasón es algo que, desde sus orígenes, no se reduce a la sola significación de nuestro nombre y linaje: las armas en sí conllevan el respeto a una cierta ética de caballeros y entre caballeros.

Reciba Vd., como es costumbre, mi más distinguida consideración.
CARLOS CERDA ACEVEDO

viernes, 15 de abril de 2011

RESPUESTA

RESPUESTA AL SEÑOR SAMPEDRO

Por el doctor don José María de Montells y Galán
I vizconde de Portadei, en el reino de Georgia
Juez de armas de la Orden de san Lázaro



Querido amigo:

Leo en la entrada de hoy, otra diatriba del Sr. Sampedro, mezclando a Levashov, el presunto lazarista, con la Orden Ecuménica de Malta que dirigía el difunto Alexis de Anjou, contra quien el Sr. Sampedro debe de tener cuentas pendientes, pues siempre lo saca a colación, venga o no venga a cuento.

Me temo que el susodicho Sr. Sampedro es muy previsible y su deslumbrante aportación, muy digna de tenerse en cuenta. Ya en otro blog me aconsejaba documentar debidamente mis escritos desde su experiencia de historiador de peso, a la altura de los grandes maestros. Curioso resulta que sea un licenciado en Derecho como él, quien aconseje a un licenciado en Historia como yo, cómo afrontar el hecho histórico. Lo acepto de mil amores y con toda humildad. Tan sólo matizar que tan documento es un retrato como un edicto. Y que el retrato de Levashov es un documento muy elocuente, al menos para mí.

Reivindico, eso sí, mi derecho a tener ideas propias y expresarlas como mejor me parezca, sin pagar peaje alguno. Cuando a uno le nublan la vista, los prejuicios y el sectarismo tiende a equivocarse. Vamos, creo yo.

NUEVA SOLUCIÓN AL ENIGMA DE LOS TRES MUEBLES DE SABLE EN CAMPO DE ORO

TRES ROQUES

Por don José Andrés Navarro Yepes
Heraldista


Estimado don José Juan:

Siempre resulta estimulante intentar resolver algunos de los interrogantes heráldicos que se plantean frecuentemente en su blog.

Más aún en el caso de los famosos y misteriosos "muebles de sable".
Al leer la entrada del pasado martes debida a don Arturo Rodríguez López-Abadía
vemos que podemos descartar la armas de los Algarves para explicar el enigma, ya que éstas conviven con las armas de un título que don Arturo Rodríguez lee "Lilazoor", pero que yo más bien leo "Mazoor", al notar un pequeño desperfecto en el grabado, sobre la letra M mayúscula. Además, para leerse "Lilazzor" necesitaríamos que el autor del grabado hubiese escrito la supuesta "L" incial en minúscula.

Recuerdo aquella otra entrada de don Jon Fernández García de Iturrospe
en la que se nos proponía considerar el escudo atribuído en tiempos medievales al rey de marruecos como posibilidad de explicación de nuestros famosos muebeles de sable.
Pues bien, en el ejemplo que allí se exponía
perteneciente a la obra "Wernigeroder Wappenbuch" se puede leer algo muy parecido a "Mazoor" (al menos yo leo algo así como "Mazarch"). Se trata sin duda del mismo escudo que el armorial de Zurich titula como "Marzach"
(http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/78/Z_wappenrolle_00.jpg)
y que se identifica con las armas atribuídas al Rey de Marruecos, citadas por don Juan José Sánchez Badiola en su obra "Símbolos de España y de sus Regiones y Autonomías", páginas 102 y 305. Y en la misma obra, página 101, podemos leer: "[Las armas de] algunas plazas de las costas africanas ocupadas por Fernando el Católico y Carlos I [...] se suman al interminable elenco de títulos regios". Esto confirmaría la hipótesis de don Jon Fernández.
Creo que podemos concluir entonces que dichos muebles son roques, torres de ajedrez. No cabezas humanas, ni de animal, ni potes, ni "jotas", ni pucheros, etc etc etc.
Dichas armas corresponden con las armas ficticias atribuidas al rey de Marruecos en un proceso que se describe magistralmente en la página 257 de la obra "Una historia simbólica de la Edad Media occidental" del francés Michel Pastoureau. Así: "Un heraldo de origen francés, al compilar un armorial a fines del siglo XIII, atribuye [...] al rey de Marruecos un escudo con tres torres de ajedrez (Marroc, en francés, alude a la palabra roc, forma en que antiguamente se llamaba a la torre del juego de ajedrez), escudo de armas retomado por varios armoriales germánicos".
No se trata, pues, de ningún linaje navarro (bien decía don José Antonio Vivar del Riego que "no conozco ninguna explicación al hecho de que las armas de una familia de la nobleza navarra compartan escudo en pie de igualdad con las de los reinos y territorios de la corona de España"
porque, además de todo lo anterior, la hipótesis de la confusión acerca del escudo de Navarra del Barón de Sórvigo
no se sostiene considerando que el escudo original del enigma
sí que incorporaba las armas de Navarra (tercer cuartel del segundo cuartel).

Considero por tanto que la respuesta al heraldista valenciano que propuso el enigma allá en diciembre de 2009
es que no se trata, como él aseveraba, de armas de "un territorio peninsular", sino armas parlantes atribuidas en el siglo XIII al Rey de Marruecos: En oro, tres roques de sable, bien ordenados.
Un afectuoso saludo

José Andrés Navarro Yepes.

jueves, 14 de abril de 2011

DESLUMBRANTE, QUE LUEGO ME DICEN, APORTACIÓN AL BLOG DE DON JOSE LUIS SAMPEDRO

LA ORDEN DE SAN LÁZARO Y LOS HÉROES RUSOS DECIMONÓNICOS

Por don José Luis Sampedro Escolar
Numerario de la Real y Matritense Academia de Heráldica y Genalogía


Mi distinguido amigo D. José Juan: el martes 12 de abril de 2011 y, bajo el título El general Levashov ¿caballero lazarista?, publica en su blog lo que considera una “brillante aportación del doctor de Montells”, en la que se construye un castillo de naipes sobre una base falsa, al concluir de la vista de un retrato de Vasily Vasilievich Levashov (1783-1848) que este militar ruso portara la cruz de ocho puntas verde propia de la Orden de San Lázaro.
Pasemos por alto que en esta ocasión Montells titula como Gran Maestre de la orden de Malta al Emperador Pablo I de Rusia, puesto que el Zar ocupó de manera totalmente irregular. Lo importante es que con frases como “no parece descabellado pensar” y “probablemente sería asignado al entourage del pequeña corte del Rey exilado como jovencísimo oficial o paje” termina por decir que “a juzgar por el retrato de Novgorod, el general conde Levashov fue un lazarista orgulloso de serlo”.
Al día siguiente, su blog publica el texto de don Carlos Cerda Acevedo quien señala que, igualmente, portaron la insignia verde lazarista otros varios militares rusos participantes en la Campaña de 1812, curiosamente todos ellos llamados Vasily: Vasily Rykov (1759-1827); Vasily Kostenetsky (1769-1831); Vasily N. Shenshin (1784-1831); Vasily Orlov Denisov (1775-1843); y Vasily D. Ilovaisky (1785-1860).

Pero en la muy poblada página de su blog del día 13 se publica también una CORRECCIÓN AL MENSAJE DEL DOCTOR DE MONTELLS que firma don Arturo Rodríguez López-Abadía y a la que creo que sí conviene calificar como “brillante aportación”, con la cual estamos totalmente de acuerdo, en la que se señala que la venera que en algunos casos puede parecer verde es la cruz azul de ocho puntas que, aunque germánica, luce su lema en francés: "Pour le mérite", prestigiosísima orden fundada en 1740 por Federico II de Prusia y reformada en 1810 para darle una entidad meramente militar, y que es la que en verdad lucen los Vasilys apuntados por D. Carlos Cerda Acevedo.
Este tipo de errores no es nuevo en D.J.M. Montells, quien hace años presentaba la Orden del Águila Negra de Prusia
ostentada por diferentes soberanos europeos como la prueba de que tales monarcas habían aceptado entrar en la orden Ecuménica de Malta, confusa entidad que a la sazón dirigía el falsario que se hacía llamar Alexis Durassow-Dolgoruky-Romanov.
Para defender tesis hay que aportar documentos indubitables y no meras especulaciones propias de novelistas brillantes y poetas, pero no de investigadores de la Historia.

MENSAJE DEL DOCTOR DE MONTELLS

AGRADECIMIENTO

Por el doctor don José María de Montells y Galán
I vizconde de Portadei, en el reino de Georgia
Juez de armas de la Orden de san Lázaro


Mi querido amigo:

Sorprendido enormemente por el eco que ha suscitado mi pequeña nota sobre el general conde Levashov, mucho agradezco a los señores Cerda Acevedo y Rodríguez López-Abadía, sus eruditas intervenciones contribuyendo al esclarecimiento del misterio, aunque a fuer de ser sincero, ahora estoy más perdido que cuando empecé. 
Por un lado, en algunos de los retratos que señala el señor Cerda Acevedo, la cruz parece la prusiana Pour le mèrite, que apunta el señor Rodríguez López Abadía, pero en otros, es claramente verde.

Así que prometo a los lectores seguir con mi modesta investigación, que no es fácil para un español que desconoce la lengua de Tolstoi.
Y llegar a alguna conclusión o confesar que mi torpeza es culpable de no llegar a ninguna. Reiterando mi gratitud a los citados señores, envío mi saludo más cordial.

14 DE ABRIL: DÍA DE EXALTACIÓN DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA

Sin desear entrar a defender ideas de carácter político, toda vez que el ejercicio de la vocación militar impide manifestar opiniones partidistas del signo que sean, se expone lo siguiente:
Hoy, día 14 de abril, se celebra en España la exaltación de la monarquía. El motivo de esta celebración viene determinado por un hecho histórico de gran calado para la nación.Tal día como hoy, 14 de abril, en el transcurso del año 1814, el rey don Fernando VII hacía su entrada en Madrid tomando posesión de su reino, España, después de seis años de interregno.Este hecho marca un antes y un después en el devenir histórico de España. La vuelta del rey a su trono el 14 de abril de 1814, supuso el deseado fin del cruento periodo napoleónico, del desgobierno francés en España y de las penurias que todo el pueblo español atravesó voluntariamente para lograr la libertad de su rey y de la nación. Como feliz conclusión de tan aciago periodo de la historia de España, el 14 de abril quedó siempre unido a la exaltación de la monarquía española. Una monarquía aceptada y querida por todo el pueblo español. Una monarquía por la que había derramado su sangre tanto el rico como el pobre, tanto el liberal como el tradicionalista, tanto el catalán como el andaluz, tanto el extremeño como el valenciano. Consecuencia de lo expuesto, convendrá conmigo, improbable lector, que es justicia que demandan los que dieron su vida durante los seis años de conflicto contra Francia, para alcanzar la vuelta del rey, proclamar en este día, 14 de abril, la exaltación de la monarquía nacional.

miércoles, 13 de abril de 2011

LA REAL HERMANDAD DE SAN FERNANDO EN LA RED

Mantener con dignidad unos principios, considerados socialmente como trasnochados, no es óbice para auparse al carro de la modernidad en determinados asuntos.
La Real hermandad de san Fernando, de la que me honro en formar parte, ha puesto en marcha una página que, a buen seguro, se irá ampliando con el tiempo, sirviendo como escaparate virtual para dar a conocer la hermandad y servir de motor para la incorporación de nuevos miembros.
Futuros caballeros que se sientan atraídos por valores de más trascendencia que los que propone la actual sociedad. Aquellos basados en la caballerosidad que, cada individuo, acorde con las enseñanzas de la Iglesia, debe exigirse a sí mismo.
El enlace es el siguiente:
http://realhermandadsanfernando.com/