Las armas que acaba de apreciar, improbable lector, son las de Polonia. En un momento determinado fue un reino. Hoy, para su desgracia, no lo es. El escudo es escueto, claro, conciso: Un buen ejemplo armero.Cuenta la red, en relación con su origen, una fábula relativa a que el mítico fundador de aquel reino, Lech, eligió el lugar de su fundación al contemplar un nido de águila. Y es que en el nido observó un águila blanca que, al iniciar el vuelo, recortó su figura contra el rojo cielo del amanecer y en el batir de sus alas creyó ver una señal dorada sobre ellas que consideró buen augurio para iniciar la construcción de un poblado que, posteriormente, sería considerado como la cuna del reino. En memoria de aquel suceso dibujó en su arma defensiva, en su escudo, en campo de gules un águila de plata cargada de adorno, que no sé como se blasona, de oro.
Solo añadir que recuerda esta leyenda a aquella de los palos del principado de Cataluña y a la mano manchada de sangre del rey Carlos el calvo de Francia, rasgando el escudo de oro del conde Wilfredo el velloso.
O a aquella otra leyenda del rey navarro Sancho VII rompiendo las cadenas del Miramamolín y tomando por armas aquellas cadenas.
Todas ellas son fábulas. No pretenden otra cosa que buscar un origen mítico a la elección de un símbolo armero. Su valor reside en lograr además impresionar en la mente del individuo que las cree, una forma inmediata de recuerdo de las armas de su reino, además de una fe en un acontecimiento extraordinario que da mayor valor al símbolo común de sus conciudadanos.

como viudo de la reina doña Isabel I de Castilla.
El segundo duque de Alba traía por armas un jaquelado de quince piezas de azur y plata.
Se apellidaba Álvarez de Toledo. Esta dinastía se mantuvo como propietaria del título hasta el siglo XIX. En 1802, cuando muere la XIII duquesa de Alba sin descendencia, son sustituidas las armas que los Álvarez de Toledo utilizaban, para pasar a ostentar el cuartelado actual, que recoge las armas de los originales poseedores del título en el cuarto cuartel.
Y es que los herederos del título eran en el reino de Inglaterra duques de Berwick, con apellido Fitz-James Stuart, de una rama ilegítima de los Estuardo escoceses. Stuart, en castellano, se traduce como Estuardo. 



El castillo fue originalmente construido por el rey Carlos III de Francia, antes de la invasión de 1512, por parte del segundo duque de Alba de Tormes. No obstante, el diseño actual del edificio es fruto de sucesivas y hasta recientes reformas.
El castillo sirvió en su momento como residencia a los reyes navarros.
De nuevo, para justificar esta entrada que no es estrictamente heráldica se añaden las armas del reino de Navarra, las del duque que invadió aquel reino en nombre de Castilla, y las armas del propio municipio de Olite.

Se ha extraído la información del Diccionario Heráldico del maestro González-Doria:
En cuanto al buitrón, el diccionario de la Real Academia aclara en su primera acepción, de las diez que se usan, qué es:


Tuvimos la ocasión de contemplar su exterior en una de las visitas a los familiares que mi esposa, doña Arancha, mantiene en aquel entorno.
El tema no es estrictamente heráldico, así que para justificarlo en este blog, se añade fotografía de la piedra armera que se sitúa a la entrada de aquel lugar y de la que se ignoran todos los extremos:
Armas que se repiten en varias fachadas del castillo:
Se trata de una página comercial que realiza, por encargo, ropa para celebraciones litúrgicas. Como observará, improbable lector, esta mitra muestra bordadas en sus ínfulas las armas de la orden premostratense junto con las de la abadía para la que fue creada: Daylesford, en Pennsilvania. Se trata de un objeto diseñado con evidente buen gusto.












