sábado, 11 de diciembre de 2010

SÁBADO: IMÁGENES

Hoy, que es sábado, y mi programa de análisis de visitas delata que el blog lo consulto yo solo, propongo tan solo cuatro imágenes de armerías, sin comentario alguno.
Tienen en común, aparte de significar a cuatro barones de nueva creación en el Reino Unido, sus curiosos mantenientes, utilizando ya el vocablo sugerido por el juez de armas de Montells. Son las siguientes:

Las armas del barón Bingham, con dos ocas:
Las armas de la baronesa Shephard, con dos conejos:
Las armas del barón Jones, con dos hipopótamos:
Y las armas del barón Walker de Aldringham, con dos gallinas de guinea:
Se han extraído las imágenes del imprescindible boletín de la Sociedad heráldica inglesa The heraldry gazette cuyos últimos números podrá consultar, improbable lector, en la parte inferior de la página a la que remite el enlace siguiente: http://www.theheraldrysociety.com/publications/h_g.htm

VOCES HERÁLDICAS INFRECUENTES

Mis dilectos colegas José María de Montells y José Juan Carrión:

Además de abrumarme con vuestros elogios, tú José Juan por medio de las cotidianas entradas de tu blog y tú José María por medio de los mensajes que remites, habéis acertado de lleno en la palabra MANTENIENTE, que ha tocado la parte más sensible de mis trabajos, mi GLOSARIO INÉDITO DE VOCES HERÁLDICAS INFRECUENTES.

En esta obra expongo: MANENIENTE/S.- Voz medieval-renacentista, que fue usada para aquellas figuras fuera del escudo que indistintamente sean tenantes, soportes o sostenes; si están dentro del campo del escudo sosteniendo un mueble cualquiera reciben el nombre genérico de empinantes.
Fernando del Arco

Aprovecho el mensaje recibido del maestro don Fernando del Arco para exponer sus armas, primero en blanco y negro, con las tramas ideadas por el sacerdote jesuita don Silvestre de Pietrasanta,
y en segundo lugar, ante la insistencia de mi hija menor Almudena en colorearlas, con el despliegue de sus esmaltes, tintados con lápices de colores:
Se añade un curioso enlace al proyecto heráldico de Wikipedia en el que se agrupan escudos en los que aparecen arcos:

viernes, 10 de diciembre de 2010

TÉRMINO HERÁLDICO

Remite brillante recado electrónico el doctor don José María de Montells y Galán, I vizconde de Portadei, del reino de Georgia, al hilo de una reciente entrada del maestro don Fernando del Arco. Propone el juez de armas del priorato de España de la orden de san Lázaro, el uso de un olvidado término heráldico para resumir los adornos exteriores que se trataban: tenantes, soportes y sostenes.
Mi qdo. amigo José Juan,
leo la entrada de hoy del Maestro Fernando del Arco, gran persona, gran amigo y heraldista de pro, que ilustra suficientemente todo lo relativo a las figuras que acompañan a las armerías y solo por aportar mi pequeño grano de arena, me gustaría recuperar para el lenguaje heráldico una vieja palabra con resonancias medievales que engloba a sostenes, tenantes y soportes en la descripción de las armas: me refiero a manteniente.
Manteniente es palabra en desuso que se utilizaba para nombrar la acción de mantener algo con ambas manos. Del lenguaje cotidiano pasó al heráldico para significar toda figura animal o humana, celestial o quimérica que sostiene un escudo. A mí me parece que es vocablo evocador y definitivo. No conduce a equívocos. 
Yo digo manteniente y se me viene al magín la vera efigie de don Rui Díaz de Vivar, aquel coloso. Se me figura un escudo, teniendo como manteniente al Cid Campeador y es otra cosa. O sea que manteniente puede suplir a la perfección la rigidez de lo establecido. Eso creo.

José María de Montells

jueves, 9 de diciembre de 2010

TÍTULOS

Tony Blair alcanzó a ser primer ministro de Gran Bretaña en 1997, abandonando el puesto en 2007.
A pesar de ser miembro del partido laborista, la izquierda política de aquellas tierras, se concedieron durante su gobierno nada menos que trescientos cincuenta y siete títulos nobiliarios.
Ese acierto viene a demostrar que se trataba de un político que sabía reconocer los méritos de los individuos que se hicieron acreedores de aquellas mercedes, proponiéndolos como acicate a la sociedad en su conjunto para lograr el necesario progreso social.
Ahondando en tan atinada conducta se hizo pública en 2007, la noticia relativa a su conversión a la fe católica, iniciándose su proceso de catequización a manos de monseñor Cormac, cardenal Murphy-O´Connor, cuyas armas son las que siguen:
En reconocimiento a su labor como primer ministro se informó en los medios que se le concedería el ingreso en la orden de caballería a través de su adscripción a la orden del Cardo, dados sus orígenes escoses, en lugar de vincularse a la orden de la Jarretera, tradicionalmente otorgada a los primeros ministros al abandonar el gobierno.
 No obstante, a fecha de hoy aún no se ha materializado ni su cruzamiento como caballero ni su ennoblecimiento, como es costumbre con los primeros ministros cesados, como consecuencia de su renuncia a recibir nuevos honores.
Algo similar, según cuentan las malas lenguas, a lo ocurrido con el que fuera presidente del gobierno de España, don Felipe González Márquez, a quien la casa real propuso un título nobiliario, siendo declinado el ofrecimiento.
Frente a los trescientos cincuenta siete títulos que se concedieron en Gran Bretaña entre los años 1997 y 2007, en estos reinos que hoy son España se han otorgado durante los treinta y cinco de años de feliz monarquía actual tan solo cuarenta y uno. Estos datos arrojan, frente a una media de treinta y cinco títulos anuales creados en Gran Bretaña, algo menos de uno por año en España.
Las mercedes nobiliarias españolas que se han concedido desde 1975, durante estos primeros treinta y cinco años de la actual monarquía, se resumen en los extremos siguientes:

Un principado, previo al reconocimiento constitucional de los títulos del heredero de la corona, por Real decreto de 1977, cuyo enlace es el que sigue: http://www.boe.es/boe/dias/1977/01/22/pdfs/A01542-01542.pdf
Un título de infante al duque de Calabria, soberano en el exilio del reino de Dos Sicilias; además de los infantados propios de la real familia por derecho de nacimiento, recogidos en el Real decreto de 1987, cuyo texto puede consultarse en el siguiente enlace: http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/rd1368-1987.html

Cinco grandezas de España, otorgadas como tales, a añadir a títulos previamente existentes. Al marqués de Lozoya, don Juan de Contreras y López de Ayala, por su labor a favor de la literatura; al I marqués de Valenzuela de Tahuarca, el teniente general don Joaquín de Valenzuela y Alcíbar-Jauregui, jefe del cuarto militar de la casa real; al conde de los Gaitanes, padre del popular escritor don Alfonso Ussía, como recompensa a su actividad como jefe del consejo del almirante don Juan de Borbón; al vizconde del Castillo de Almansa, jefe de la casa del rey; y al conde de Godó, editor del diario La Vanguardia.

Seis ducados, incluidos los vitalicios de la real familia. El ducado de Franco a la hija del generalísimo; el ducado de Fernández-Miranda al que fuera jefe interino del gobierno don Torcuato Fernandez-Miranda y Hevia; el ducado de Suárez al que fuera presidente del gobierno don Adolfo Suárez González; el ducado de Soria a la infanta doña Margarita, hermana del monarca; el ducado de Lugo a la infanta doña Elena, primogénita del rey; y el ducado de Palma de Mallorca a la infanta doña Cristina, hija de don Juan Carlos.

Veintiséis marquesados, cinco de ellos con grandeza, siendo evidentemente el título más concedido.

Cinco condados, de los que uno de ellos lleva aparejada la grandeza, el condado de Latores, concedido al teniente general don Sabino Fernández Campo, por su labor como jefe de la casa del rey.

Una única baronía. La reciente concesión bajo el título de Perpynà a doña Roser Rahòla i d´Espona, viuda del editor don Jaume Vicens i Vives.

Y un único señorío, con grandeza de España, el señorío de Meirás, a la viuda del anterior jefe del Estado, doña Carmen Polo y Martínez-Valdés, Flórez de Vereterra y Martínez-Valdés.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

INMACULADA CONCEPCIÓN

Hoy es el día en que la Iglesia universal celebra la Inmaculada concepción de María Santísima. Se trata de una advocación especialmente querida, desde hace siglos, en España. Así, nuestros reyesacostumbran a portar en los actos de especial solemnidad las insignias de la orden de Carlos III que tiene por emblema central la imagen de esta advocación mariana.El rey fundador, el mejor alcalde de Madrid, tomó dicho motivo ornamental al considerar un favor de María Inmaculada la continuidad de la dinastía, asegurada tras dar a luz al primero de sus hijos la princesa de Asturias, la futura reina María Luisa de Parma.
El motivo habitual de ingreso en la orden de Carlos III es el premio a un especial servicio a España, que no haya sido ya recompensado con otra distinción.

Esta orden mantiene vigentes cinco categorías: Collar, gran cruz, encomienda de número, que realmente se debería llamar placa, encomienda y cruz. El motivo de considerar la conveniencia de denominar placa a la categoría intermedia de la orden procede de la práctica constante de las diferentes órdenes españolas. Así, sirven como ejemplo claro los nombres que reciben los diferentes escalones de pertenencia a la Orden militar de san Hermenegildo que establece sus categorías de esa específica forma: collar, gran cruz, placa, encomienda y cruz.La cruz, que es el modo habitual de ingreso en la orden de Carlos III, se alcanza por méritos contraídos. El distintivo se porta en forma de medalla. Alcanzados tres años de permanencia en esta categoría se puede acceder a la superior.

La encomienda se concede al reunir de nuevo especiales méritos en el servicio de España y acumular al menos tres años de permanencia en la categoría de cruz. La distinción se porta por medio de una cinta sobre el nudo de la corbata.La encomienda de número, que como se explicó más arriba se debería denominar placa, se porta efectivamente en forma de placa que refleja la cifra del monarca fundador. Se concede a los caballeros comendadores, esto es, caballeros que poseen la categoría de encomienda que, de nuevo, contraigan en su haber extraordinarios méritos a favor del servicio a España y cuenten con, al menos, tres años de posesión de la encomienda simple.

La gran cruz se concede a los altos cargos de la administración del Estado con categoría de Ministro, tras su cese o renuncia, sin necesidad de aportar mérito alguno. Su divisa consiste en una gran cruz, similar a la placa, pero acompañada de una banda terciada. Banda que representa los colores tradicionalmente atribuidos a María Santísima, azur, plata y azur con idéntica anchura.

Por fin, el empleo de collar es propio del monarca soberano de la orden y de los jefes de Estado extranjeros, que son tradicionalmente investidos con esta categoría al visitar nuestra nación. El distintivo propio de esta categoría se define a través de un doble motivo: Bien por medio de un collar, collar que, como se apuntó más arriba, nuestro monarca viste en ocasiones de espacial solemnidad, o bien por medio de una banda que, en lugar de la disposición de los colores propios de la orden, coincidentes con los de la bandera de Argentina, se ordena como una banda de azur con vivos blancos, que es la forma habitual en que la los miembros de la real familia la ostentan.Significar para concluir, que la orden solo ha admitido el ingreso ordinario de damas desde 1983 existiendo, no obstante, excepciones como la recepción de la entonces princesa Sofía en 1962