sábado, 13 de febrero de 2010

DIGNIDAD SACERDOTAL


Hoy, que es sábado, se reitera una antigua entrada:

Se propone una traducción, si bien extractada, de un eminente heraldista eclesiástico, el sacerdote don Guy Selvester, de la diócesis de Metuchen, en el estado norteamericano de Nueva Jersey. Se trata de un artículo publicado hace ya tiempo en su extraordinario blog: http://shoutsinthepiazza.blogspot.com/. Con el permiso expreso del padre Selvester estas son, extractadas, sus palabras:

Desde que existe la heráldica y se adoptó por la Iglesia, se considera habitual encontrar armas, escudos, que han sido usados por obispos, cardenales, papas… Sin embargo, cuando se piensa en el denominado bajo clero, lo habitual es sorprenderse al saber que todos los niveles del clero católico están autorizados a poseer armas. A ostentar un escudo de armas. Y que incluso los simples sacerdotes tienen ese derecho.

Al igual que en la vida secular o civil, aquellos sacerdotes que desean tener un escudo son frecuentemente, es verdad que demostrando una enorme ignorancia, tachados de pretenciosos, de arribistas socio-eclesiásticos. Se les considera como individuos que intentan ser algo que no son.
De ahí que se espere que un obispo elija y muestre sus armas y que un sacerdote ni tenga armas, ni mucho menos las exhiba.

El más grande autor en materia de heráldica eclesiástica de los últimos doscientos años, el tristemente fallecido en 2003 monseñor Bruno Bernard Heim, arzobispo de santa memoria, exponía en su primera obra, HERÁLDICA EN LA IGLESIA CATÓLICA, las siguientes afirmaciones:


"El derecho a tener armas es un derecho universal, no un privilegio. Pertenece a cualquier hombre. Excepto, evidentemente, a aquellos que hayan sido privados de él por la autoridad pública, al haber incurrido en algún delito."

Y añadía posteriormente:

"Lo más correcto es considerar que el capelo negro con una borla a cada lado es el mejor exponente heráldico de la dignidad sacerdotal, mucho mejor, desde luego, que una corona o un yelmo.
Aquellos que objetan que un simple sacerdote pueda usar un capelo sacerdotal, mantienen su argumento de forma arbitraria y desde luego ajena a cualquier decisión, código o regulación de la autoridad eclesiástica.

Hay que recordar que todos los sacerdotes poseen el mismo orden sagrado y son así, poseedores de los mismos privilegios.

De este modo concluimos que está correctamente establecido el derecho al uso de armas heráldicas por parte de todos los rangos eclesiásticos, incluso de los meros sacerdotes."
El artículo, la entrada del padre Selvester, concluye con un magnífico exponente de armas que ostentan sacerdotes de muy diferentes territorios de la Cristiandad. En ellas hemos podido reconocer las de algún sacerdote español, amante de esta noble ciencia, que por su afición a la heráldica y por su elección de armas ha visto dañada su imagen al ser incluso denunciado como arribista y pretencioso ante su obispo .

Al igual que se ha hecho siempre desde este tedioso blog, se le anima, improbable lector, a que se decida a escoger armas propias y a representarlas en papel o en madera. Bien usando del propio arte, de los propios recursos, bien optando por acudir a la experta ayuda de artistas heráldicos.

ADOPCIÓN DE ARMAS NUEVAS

Hoy, que es sábado, se proponen unas líneas que remite desde Buenos Aires, en el que fuera el virreinato de La Plata, un distinguido estudiante universitario, don Iván Alejandro Vázquez Jauréguibéhère. Éstas son sus palabras:

Estimado Amigo José Juan Carrión Rangel

De mi más alta estima: Tengo el agrado de dirigirme a vos, a los efectos de enviarte el Escudo de Armas que he adoptado, aún no lo he registrado.

El Escudo de Armas fue diseñado por mí y dibujado por Fernando Martínez Larrañaga.

ENLACE CON ARGENTINA

Habiendo recibido recientemente un distinguido mensaje desde lo que fuera el virreinato de la Plata, hoy la nación amiga y aliada Argentina, se desea proponer un enlace con aquellas latitudes.

Se trata del vínculo con el Instituto heraldico de Buenos Aires, de visita obligada.

viernes, 12 de febrero de 2010

CEREMONIA DE RECEPCIÓN

Hoy me propongo aburrirle, improbable lector, con el relato de mi experiencia en la reciente ceremonia en la que fui armado caballero y recibido en la Real Hermandad de caballeros de san Fernando.

Como se expresó recientemente, las ceremonias de recepción en las actuales órdenes mantienen la vigencia de los ritos desde el siglo XII, si bien con la necesaria adecuación a los tiempos actuales:

El paso previo a la recepción en la Hermandad de san Fernando es múltiple: Se requiere que al menos un caballero ya armado como tal proponga al neófito considerando sus valores cristianos. Además, se requiere que el futuro caballero aporte partida de bautismo y un certificado de buena conducta cristiana emitido por un sacerdote católico.

Considerada la conveniencia de los documentos aportados el caballero en ciernes es entrevistado brevemente por dos caballeros que sopesaran su actitud vital cristiana y la conveniencia de su recepción en la hermandad.

Por fin, recibidas todas las solicitudes que se hayan ido acumulando a lo largo del año, reunido capítulo deliberatorio, se somete al resto de caballeros la aceptación de los nuevos caballeros propuestos.

Adecuada a la actualidad la vela de armas, que fray Raimundo Lulio requería como paso previo a la propia ceremonia en la que se recibía la orden de caballería, se convoca una semana antes de la ceremonia de recepción a los neófitos y a sus padrinos. En esta vela de armas el maestro de ceremonias, en el caso de la Hermandad de san Fernando la persona de don Manuel Ladrón de Guevara e Isasa, heraldista de merecido renombre, amonesta a los ordenandos sobre de una serie de circunstancias. Circunstancias que se resumen en la clara manifestación de requerir de los futuros caballeros un especial compromiso de fidelidad con la Iglesia, siendo animados a perseverar y a dar un verdadero testimonio cristiano en la sociedad actual, como forma actualizada de mantener la lucha exigida siempre en las órdenes. En segundo lugar se exponen los compromisos que se adquirirán con la propia hermandad, recordando los compromisos de integridad moral exigidos para permanecer en la hermandad y por fin en tercer término, se explican los ritos que se desarrollarán en la ceremonia de ingreso y su significado.

La ceremonia de ingreso se desarrolla con la serie de ritos que se exponen a continuación:

En el solemne marco de la cripta de la catedral de al Almudena, el acto comienza con una breve explicación al numeroso público asistente del ritual que se seguirá por parte del maestro de ceremonias, permaneciendo los neófitos en la sacristía a la espera de ser llamados.

Requeridos a acceder a la nave de la iglesia, los ordenandos son dispuestos en semicírculo en torno al altar. El maestro de la hermandad, el general de división don Feliciano Calvo García, examina públicamente a los neófitos sobre la limpieza de motivos que les anima a solicitar su ingreso y sobre los artículos principales nuestra fe. Concluidas estas preguntas pasan los futuros caballeros a formar en dos filas en una nave lateral del templo donde son llamados uno a uno para ser armados caballeros.

Tras la lectura del nombre del ordenando, este se acerca al altar donde espera la llegada de su padrino, quien revestido con el hábito capitular de la hermandad le conduce hasta el altar. Allí, el ordenando se arrodilla ante el capellán quien lo bendice y le otorga una medalla con la efigie de san Fernando, que es parte de la uniformidad capitular, recordándole su compromiso de imitar la vida de este santo rey.

Tras besar la mano del sacerdote, en señal de acatamiento a las enseñanzas de la Iglesia, el neófito, acompañado de su padrino, se desplaza al lateral del altar en el que de nuevo se arrodilla, esta vez ante el gran maestro de la hermandad, como caballero más antiguo. El gran maestro, revestido de su hábito, portando un crucifijo de metal de regular tamaño, hace la señal de la cruz sobre el caballero al tiempo que pronuncia la frase ritual “con este signo yo te armo caballero”, dando posteriormente a besar la cruz, a la vez que ordena a sus caballeros ayudantes que se revista con el hábito de la hermandad al nuevo caballero. La sustitución de la tradicional espada por la cruz es signo evidente y pertinente de la adecuación a los tiempos de este rito, toda vez que hoy la lucha del caballero se manifiesta a través de su testimonio cristiano, no por medio de la lucha armada.

Retirado el recién armado caballero a las filas iniciales de las que ha partido en la nave lateral del templo y concluida la recepción del resto de neófitos, los ya caballeros son conducidos de nuevo en ordenado grupo ante el altar, formando un nuevo semicírculo, ya revestidos de sus nuevos hábitos. Allí son amonestados a vestir con coherencia su nuevo ropaje comportándose como ejemplares cristianos ante la sociedad.

Concluido este rito se asiste a la celebración de la santa Misa, concluida la cual se accede solemnemente en procesión a la capilla de san Fernando que la hermandad posee en el templo. Allí, ante la majestad de la estatua sedente del santo rey, formando de nuevo dos filas, los recién ordenados caballeros reciben una vela apagada que se enciende con la llama del cirio pascual, procediendose a recitar oración ritual de consagración al santo rey, comprometiéndose de nuevo a llevar una vida ejemplar. Consagración que es respondida tanto por el gran maestro de la hermandad como por el capellán.

A continuación se procede a realizar la procesión de todos los caballeros de la hermandad presentes en el interior del templo, acompañados por los del resto de órdenes que hayan acudido a la ceremonia, concluyendo la misma en la sala capitular del interior del templo donde todos, y solo, los caballeros de la hermandad de san Fernando se reúnen en capítulo secreto. Disuelto finalmente el capítulo concluye el rito.

OTROS TABARDOS

Hoy viernes, dando continuidad a las recientes entradas sobre el asunto, se proponen a su consideración, improbable lector, algunas otras imágenes de los tabardos heráldicos que los reyes de armas visten en el ejercicio soberano de su competencia delegada.

La fotografía que sigue recoge la imagen de un tabardo heráldico de la corte de Viena, que fuera capital del imperio Austro-Húngaro, con las armas de los Habsburgo reinantes en aquel extinto imperio. Las siguientes imágenes recogen varios tabardos heráldicos de la corte de los zares, tabardos que se adornan con las armas de los soberanos del imperio ruso. Armas que se estampan en el actual tabardo que porta el representante del colegio heráldico de Rusia. La fotografía, remitida por don Pierre Daniel de Losada y Martí, fue tomada en el congreso heráldico de Escocia, en el que se dieron cita los más insignes representantes de nuestras ciencias.

La siguiente imagen, enviada por el mismo autor, muestra un tabardo con las armas de Eslovaquia. Se añade otra fotografía en la que se recoge una imagen de la autoridad heráldica del reino de Bélgica portando un tabardo con las conocidas armas de Flandes.Esta breve entrada concluye recordando las armas asociadas al ducado de Alba de Tormes. La conocida cimera del ángel, armado con una espada y portando un orbe, viste igualmente un tabardo con las propias armas de los duques de Alba.

jueves, 11 de febrero de 2010

REINO DE MURCIA

Desde Cartagena remitía hace ya tiempo un mensaje don José Antonio Padilla Solano, que se quedó en el tintero de este espacio virtual. Es el siguiente:

José Juan:

Sólo es una pequeña puntualización acerca
del escudo de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Dices que es de gules, pero no es del todo cierto. Realmente, el color exacto es rojo Cartagena, que también podría llamarse carmesí.Este es el artículo 4 del estatuto de la comunidad autónoma:

Artículo 4.1. La bandera de la Región de Murcia es rectangular y contiene cuatro castillos almenados en oro, en el ángulo superior izquierdo, distribuidos de dos en dos, y siete coronas reales en el ángulo inferior derecho, dispuestas en cuatro filas, con uno, tres, dos y un elementos, respectivamente; todo ello sobre fondo rojo carmesí o Cartagena.

4.2. El escudo tendrá los mismos símbolos y distribución que la bandera, con la Corona Real.


Verás, es que en este caso en concreto, la heráldica ha ido a remolque de la vexilología, y no al revés como es lo más común. Se creó la bandera con el color de la bandera de la ciudad de Cartagena (capital legislativa de la comunidad autónoma) y que fue otorgada por Castilla a la ciudad por ser base de la flota española que luchó y venció en la Gloriosa de Lepanto:
http://www.cartagena.es/frontend/pagina/_xzuM2Hlr2V-WclpMOSVe2FCsK3kuqjUaNv7YMJPra4Y

Y con las 7 coronas del escudo de la ciudad de Murcia (capital ejecutiva y judicial de la comunidad autónoma). Aquí tienes la historia del escudo de Murcia:
http://www.murcia.es/historia/
escudo_.asp
Los 4 castillos, en un principio, iban a estar cada uno en una esquina de la bandera, pero finalmente, decidieron ponerlos tal y como se ven ahora. Supuestamente quieren representar que el sureste era una tierra fronteriza entre Castilla, Aragón, los moros y el Mediterráneo y que ahora es fronteriza entre Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Andalucía y el Mediterráno.

Espero que te haya resultado de interés.

Un abrazo,

Jose Antonio Padilla Solano

miércoles, 10 de febrero de 2010

TABARDOS HERÁLDICOS EN EL REINO DE ESCOCIA

Al hilo de las anteriores entradas sobre estos asuntos, que como habrá adivinado, sagaz e improbable lector, se deben a la amena lectura del opúsculo An outline of heraldry, del que se trajo algún dato, hoy se desea tratar someramente el asunto de la corte de lord Lyon, rey de armas de Escocia, cuyas armas institucionales abrían esta entrada.Ya se ha apuntado recientemente, en repetidas ocasiones, que el oficio de rey de armas supone la cesión de competencia, por parte del soberano, de los asuntos relativos a las materias heráldicas y genealógicas.En el reino de Escocia, que mantiene una autonomía bastante evidente respecto al resto de Gran Bretaña, la cesión de la competencia sobre los asuntos heráldicos recae en lord Lyon, en castellano señor León, y en el resto de su corte.Suponemos de naturaleza heráldica el origen de la denominación de este empleo, toda vez que es el león el mueble fundamental de las armas del rey y reino de Escocia.Quien ocupe el cargo de Lord Lyon requiere ser abogado de profesión dado que la llamada corte, o tribunal, de lord Lyon es un verdadero juzgado integrado en el sistema de tribunales de justicia escoceses. Tribunal que conoce los casos relativos a la vulneración de las leyes en materia heráldica.Así, la corte de lord Lyon, verdadera corte de justicia, es un organismo público de la administración de justicia británica, al contrario que el colegio de armas del reino de Inglaterra que mantiene el carácter de institución privada, dependiente de la Casa real, creo. En consecuencia, las tasas por la expedición de registros de armas se hacen efectivas a favor de la hacienda pública británica cobrando, tanto lord Lyon, como otro de los miembros de su corte, su secretario, Carrick persevante en la actualidad, sueldos de funcionarios públicos en retribución a su trabajo a tiempo completo.Un máximo de seis heraldos y persevantes son miembros de la corte de lord Lyon, cuya actividad se centra en la organización y asistencia a las ceremonias institucionales del Estado.Para concluir, reseñar que no solo los monarcas en el ejercicio de su autoridad han nombrado tradicionalmente sus reyes de armas, heraldos y persevantes sino que, en el caso del reino de Escocia, los jefes de los clanes han contado históricamente, de igual forma que los soberanos, con oficiales de armas que gozaban de autonomía en materia heráldica y genealógica.La corte de lord Lyon reconoce la existencia de cuatro de ellos que tienen la consideración de oficiales de armas privados. Sus funciones están relacionadas con cuestiones heráldicas y genealógicas, y sobre todo, con la organización de reuniones y celebraciones de los miembros del clan a cuyo jefe sirven.

Adam Bruce, cuya imagen se adjunta, es persevante de armas del clan Finlaggan.En las fotografías que se muestran a continuación se acompaña del actual rey de armas de Escocia, sir David Sellar. Alexander Walter Lindsay, cuya imagen aparece a continuación, es persevante de su propio padre, el conde de Crawford. Muestra sobre su tabardo las armas asociadas al título.La fotografía siguiente muestra a Peter-Drummond-Murray of Mastrick, persevante privado del conde de Errol, en quien recae la jefatura del clan Hay.portando las armas de aquel noble escocés. Por último, se muestra la fotografía de David Lumsden de Hamilton, barón de Cushnie-Lumsden. En la imagen porta un tabardo con las armas del clan de Mar. David Lumsden de Hamilton fue un heraldista católico de renombre. Fallecido recientemente, alcanzó a ser Garioch persevante, como oficial de armas particular de la XXXI condesa de Mar, el título más antiguo de Gran Bretaña, que es también señora de Garioch.