Hoy, que es sábado, se reitera una antigua entrada:
Se propone una traducción, si bien extractada, de un eminente heraldista eclesiástico, el sacerdote don Guy Selvester, de la diócesis de Metuchen, en el estado norteamericano de Nueva Jersey. Se trata de un artículo publicado hace ya tiempo en su extraordinario blog: http://shoutsinthepiazza.blogspot.com/.
Con el permiso expreso del padre Selvester estas son, extractadas, sus palabras:
Se propone una traducción, si bien extractada, de un eminente heraldista eclesiástico, el sacerdote don Guy Selvester, de la diócesis de Metuchen, en el estado norteamericano de Nueva Jersey. Se trata de un artículo publicado hace ya tiempo en su extraordinario blog: http://shoutsinthepiazza.blogspot.com/.
Con el permiso expreso del padre Selvester estas son, extractadas, sus palabras:
Desde que existe la heráldica y se adoptó por la Iglesia, se considera habitual encontrar armas, escudos, que han sido usados por obispos, cardenales, papas… Sin embargo, cuando se piensa en el denominado bajo clero, lo habitual es sorprenderse al saber que todos los niveles del clero católico están autorizados a poseer armas. A ostentar un escudo de armas. Y que incluso los simples sacerdotes tienen ese derecho.
Al igual que en la vida secular o civil, aquellos sacerdotes que desean tener un escudo son frecuentemente, es verdad que demostrando una enorme ignorancia, tachados de pretenciosos, de arribistas socio-eclesiásticos. Se les considera como individuos que intentan ser algo que no son.
Al igual que en la vida secular o civil, aquellos sacerdotes que desean tener un escudo son frecuentemente, es verdad que demostrando una enorme ignorancia, tachados de pretenciosos, de arribistas socio-eclesiásticos. Se les considera como individuos que intentan ser algo que no son.
El más grande autor en materia de heráldica eclesiástica de los últimos doscientos años, el tristemente fallecido en 2003 monseñor Bruno Bernard Heim, arzobispo de santa memoria, exponía en su primera obra, HERÁLDICA EN LA IGLESIA CATÓLICA, las siguientes afirmaciones:
"El derecho a tener armas es un derecho universal, no un privilegio. Pertenece a cualquier hombre. Excepto, evidentemente, a aquellos que hayan sido privados de él por la autoridad pública, al haber incurrido en algún delito."
Y añadía posteriormente:
"Lo más correcto es considerar que el capelo negro con una borla a cada lado es el mejor exponente heráldico de la dignidad sacerdotal, mucho mejor, desde luego, que una corona o un yelmo.
"Lo más correcto es considerar que el capelo negro con una borla a cada lado es el mejor exponente heráldico de la dignidad sacerdotal, mucho mejor, desde luego, que una corona o un yelmo.
Hay que recordar que todos los sacerdotes poseen el mismo orden sagrado y son así, poseedores de los mismos privilegios.
De este modo concluimos que está correctamente establecido el derecho al uso de armas heráldicas por parte de todos los rangos eclesiásticos, incluso de los meros sacerdotes."
El artículo, la entrada del padre Selvester, concluye con un magnífico exponente de armas que ostentan sacerdotes de muy diferentes territorios de la Cristiandad. En ellas hemos podido reconocer las de algún sacerdote español, amante de esta noble ciencia, que por su afición a la heráldica y por su elección de armas ha visto dañada su imagen al ser incluso denunciado como arribista y pretencioso ante su obispo .
Al igual que se ha hecho siempre desde este tedioso blog, se le anima, improbable lector, a que se decida a escoger armas propias y a representarlas en papel o en madera. Bien usando del propio arte, de los propios recursos, bien optando por acudir a la experta ayuda de artistas heráldicos.
Al igual que se ha hecho siempre desde este tedioso blog, se le anima, improbable lector, a que se decida a escoger armas propias y a representarlas en papel o en madera. Bien usando del propio arte, de los propios recursos, bien optando por acudir a la experta ayuda de artistas heráldicos.

Hoy, que es sábado, se proponen unas líneas que remite desde Buenos Aires, en el que fuera el virreinato de La Plata, un distinguido estudiante universitario, don Iván Alejandro Vázquez Jauréguibéhère. Éstas son sus palabras:
Hoy viernes, dando continuidad a las recientes entradas sobre el asunto, se proponen a su consideración, improbable lector, algunas otras imágenes de los tabardos heráldicos que los reyes de armas visten en el ejercicio soberano de su competencia delegada.
Las siguientes imágenes recogen varios tabardos heráldicos de la corte de los zares,

tabardos que se adornan con las armas de los soberanos del imperio ruso.
Armas que se estampan en el actual tabardo que porta el representante del colegio heráldico de Rusia.
Se añade otra fotografía en la que se recoge una imagen de la autoridad heráldica del reino de Bélgica portando un tabardo con las conocidas armas de Flandes.
Esta breve entrada concluye recordando las armas asociadas al ducado de Alba de Tormes.
La conocida cimera del ángel, armado con una espada y portando un orbe, viste igualmente un tabardo con las propias armas de los duques de Alba. 
Desde Cartagena remitía hace ya tiempo un mensaje don José Antonio Padilla Solano, que se quedó en el tintero de este espacio virtual. Es el siguiente:
Este es el artículo 4 del estatuto de la comunidad autónoma:
Los 4 castillos, en un principio, iban a estar cada uno en una esquina de la bandera, pero finalmente, decidieron ponerlos tal y como se ven ahora. Supuestamente quieren representar que el sureste era una tierra fronteriza entre Castilla, Aragón, los moros y el Mediterráneo y que ahora es fronteriza entre Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Andalucía y el Mediterráno.
Al hilo de las anteriores entradas sobre estos asuntos, que como habrá adivinado, sagaz e improbable lector, se deben a la amena lectura del opúsculo An outline of heraldry, del que se
hoy se desea tratar someramente el asunto de la corte de lord Lyon, rey de armas de Escocia, cuyas armas institucionales abrían esta entrada.
Ya se ha apuntado recientemente, en repetidas ocasiones, que el oficio de rey de armas supone la cesión de competencia, por parte del soberano, de los asuntos relativos a las materias heráldicas y genealógicas.
Suponemos de naturaleza heráldica el origen de la denominación de este empleo, toda vez que es el león el mueble fundamental de las armas del rey y reino de Escocia.
Quien ocupe el cargo de Lord Lyon requiere ser abogado de profesión dado que la llamada corte, o tribunal, de lord Lyon es un verdadero juzgado integrado en el sistema de tribunales de justicia escoceses. Tribunal que conoce los casos relativos a la vulneración de las leyes en materia heráldica.
Así, la corte de lord Lyon, verdadera corte de justicia, es un organismo público de la administración de justicia británica, al contrario que el colegio de armas del reino de Inglaterra que mantiene el carácter de institución privada, dependiente de la Casa real, creo. 
Un máximo de seis heraldos y persevantes son miembros de la corte de lord Lyon, cuya actividad se centra en la organización y asistencia a las ceremonias institucionales del Estado.

Para concluir, reseñar que no solo los monarcas en el ejercicio de su autoridad han nombrado tradicionalmente sus reyes de armas, heraldos y persevantes sino que, en el caso del reino de Escocia, los jefes de los clanes han contado históricamente, de igual forma que los soberanos, con oficiales de armas que gozaban de autonomía en materia heráldica y genealógica.
La corte de lord Lyon reconoce la existencia de cuatro de ellos que tienen la consideración de oficiales de armas privados. Sus funciones están relacionadas con cuestiones heráldicas y genealógicas, y sobre todo, con la organización de reuniones y celebraciones de los miembros del clan a cuyo jefe sirven.
En las fotografías que se muestran a continuación se acompaña del actual rey de armas de Escocia, sir David Sellar. 
Alexander Walter Lindsay, cuya imagen aparece a continuación,
es persevante de su propio padre, el conde de Crawford.
Muestra sobre su tabardo las armas asociadas al título.
La fotografía siguiente muestra a Peter-Drummond-Murray of Mastrick, persevante privado del conde de Errol, en quien recae la jefatura del clan Hay.
portando las armas de aquel noble escocés. 
Por último, se muestra la fotografía de David Lumsden de Hamilton, barón de Cushnie-Lumsden.
En la imagen porta un tabardo con las armas del clan de Mar. 
David Lumsden de Hamilton fue un heraldista católico de renombre. Fallecido recientemente, alcanzó a ser Garioch persevante, como oficial de armas particular de la XXXI condesa de Mar, el título más antiguo de Gran Bretaña, que es también señora de Garioch.








