Me recuerda el siempre sabio marqués de Utrera, que quien se acerca a un blog a diario busca un texto breve y conciso, como una píldora, no un largo y sesudo razonamiento cuya extensión abarque folios y folios, que para eso están los libros.
Siguiendo su docto consejo, hoy no me extenderé más allá de unas líneas para llamar su atención, improbable lector, sobre tres breves ejemplos de heráldica funeraria aún existente en estos reinos. Heráldica funeraria que da continuidad a la reciente entrada sobre prendas de cabeza que ornamentan túmulos funerarios.
Comienzo con la imagen del sarcófago que acoge el cuerpo del infante don Felipe, hijo del rey don Alfonso X el sabio de Castilla, en la parroquia de Santa María de la palentina localidad de Villalcázar de Sirga.
Como puede apreciarse, el sarcófago, de excelente factura y conservación, muestra la representación en relieve del cortejo funeral del infante. Cortejo que, aparte muchos otros detalles, muestra la heráldica de don Felipe reversada, dispuesta sobre su caballo de guerra: Castilla, cuartelado con el águila de Suabia, de sable, en campo de oro.
Se trata, efectivamente, de una práctica habitual en las procesiones mortuorias de aquel periodo. El escudo del difunto dispuesto de forma inversa, indicando fallecimiento del titular de las armerías.
Recoge parte del sepulcro del infante Trastámara castellano, rey electo de Aragón, don Fernando de Antequera. Del mismo modo, dispone la heráldica del difunto invertida.
Son las armas, o eso pretendió el artista, del reino de Aragón, cuarteladas en sotuer con las águilas de sable de los Hohenstaufen, en campo de plata, que significan al reino de las Dos Sicilias.
El monumento se aloja en el interior del panteón real de Poblet.
Son las armas, o eso pretendió el artista, del reino de Aragón, cuarteladas en sotuer con las águilas de sable de los Hohenstaufen, en campo de plata, que significan al reino de las Dos Sicilias.
El monumento se aloja en el interior del panteón real de Poblet.
Añado a esta pretendidamente breve entrada un par de imágenes de uno de los sepulcros de la noble familia de los Queralt, en santa Coloma de Queralt, con idéntica disposición invertida de las armas de quien ocupa el sepulcro.