sábado, 10 de mayo de 2008

SAN FRANCISCO DE CALIFORNIA


Estas son las armas del arzobispo de San Francisco monseñor George Niederauer, en la California que descubrieran los enviados de nuestros reyes. Se trata de un partido cuyo primer cuartel recoge las armas de la diócesis, parlantes de la ciudad, con el emblema de la orden que fundara en el siglo XIII, el que pasara por el mundo atendiendo al nombre de Francisco de Asís. El segundo cuartel representa las armas propias del arzobispo: La cruz de gules alegórica de san Jorge, igual que en la ciudad condal de España, y el báculo como alegoría de san Hugo de Cluny, nombres del prelado. El terrasado representa un parlante de su propio apellido, Niederauer, que significa en flamenco, colinas bajas. Por último la rosa y las alas significan a María Santísima en su advocación de Rosa mística, y a la ciudad de Los Ángeles, patria del obispo.

Y encuentro en la red lo que el hermano Joe Aspell, de San José, también en California, dice haber diseñado. En realidad rediseñado porque el escudo ya existía. Es esto: ¿Con qué modelo se queda, improbable lector?

viernes, 9 de mayo de 2008

HUELGAS REALES

Las huelgas reales es el nombre de un monasterio que existe en la ciudad de Burgos. Este monasterio se fundó por el rey de Castilla don Alfonso VIII y por su esposa, doña Leonor de Inglaterra. Este monasterio tuvo la peculiaridad de ser regido por abadesa con jurisdicción cuasi-episcopal. Caso único, que conozcamos, en la historia de la cristiandad. La abadesa de las huelgas concedía incluso licencias para celebrar misa a los sacerdotes y era superiora de la única orden que fundara Alfonso VIII, la orden hospitalaria de los caballeros de Burgos que desapareció con la desgraciada desamortización decretada por Mendizábal en el infausto 1835. Algo tendría que ver en esta situación privilegiada de la abadesa la cofundación del monasterio por parte de ambos esposos. No ha llegado hasta nosotros la descripción del carácter de la reina fundadora doña Leonor. Pero mucho nos ha llegado de la forma de ser de su madre, la reina de Francia primero y de Inglaterra después, doña Leonor de Aquitania de conocido y terrible temperamento. Igualmente sabemos del modo vital excesivo en todos sus extremos del rey Ricardo I de Inglaterra, apodado corazón de león, que era hermano de la reina castellana. Así, si el carácter es congénito y hereditario, al menos en parte, podemos imaginarnos la dureza de carácter y el tesón vital de nuestra reina castellana.

El monasterio se rigió, desde su origen hasta hoy, según las constituciones del Císter. Estas son las armas de Císter, tan evocadoras de la región origen de la orden, Borgoña de Francia: Y estas son las armas del monasterio de las huelgas reales: Un partido de Inglaterra y Castilla, con orden inverso de varonía del todo elocuente. Jefe de Císter.

jueves, 8 de mayo de 2008

SILVESTRE PIETRASANTA

Silvestre Pietrasanta fue un sacerdote italiano, jesuita, que vivió en el siglo XVII. Le tocó en suerte la infausta tarea de ser visitador de la primerísima comunidad escolapia, aun con su fundador, san José de Calasanz, al frente. Pero a este individuo le gustaba la heráldica. E ideó un sistema para representar los esmaltes que aun, cuatro siglos después, sigue vigente:


Y es que se pueden representar los esmaltes y los forros sin necesidad de utilizar los correspondientes pigmentos. Se trata del sistema de tramas. Es un método que consiste en simbolizar cada uno de los colores o metales por medio de tramas o de señales gráficas determinadas.

Así, se representa el oro por medio de puntos; la plata, dejando el campo en blanco; el gules, con rayas verticales; el azur, con rayas horizontales; el sinople, con líneas diagonales de derecha a izquierda; el púrpura, con líneas diagonales de izquierda a derecha; y el sable, con líneas verticales y horizontales cruzadas, o con el mismo negro. Estos símbolos pueden usarse tanto en el campo como en las figuras. El color natural en las figuras se representa, igual que la plata, dejando la superficie en blanco.

miércoles, 7 de mayo de 2008

ESPADA PUNTA ABAJO

Al hilo de la entrada de ayer martes, sobre la elección de armas propias, se propone hoy este tema:
Se habló recientemente de la reina de Leonor de Castilla, esposa de don Alfonso VIII y se recordó que era hermana del conocido rey Ricardo I corazón de león. La ciudad más visitada del mundo, a pesar de estar en una isla, es Londres. Al recorrer Londres es obligado visitar las casas del parlamento donde todos nos hemos topado con una monumental estatua del rey Ricardo, empuñando una espada en su mano derecha. La segunda ciudad más visitada del mundo es París. Si ha visitado París, improbable lector, a buen seguro habrá rendido visita a la iglesia del sagrado Corazón, en Montmatre. Allí se habrá encontrado con un monumento al sobrino-nieto del rey Ricardo I de Inglaterra, el rey Luís IX de Francia. Aquí el rey también muestra su espada. Si bien de forma absolutamente diferente. La sostiene por la hoja mostrando la empuñadura en lo alto. Es común representar de esta forma al rey san Luís. En la ciudad de Estados Unidos que tomó por nombre el del santo rey, la disposición de la espada en un monumento al mismo rey es idéntica: El parentesco entre ambos reyes, por si algún improbable lector que se atreve con este blog lo ignora, viene determinado porque Ricardo I era hermano de la reina Leonor de Castilla. Esta reina Leonor tuvo, entre otros muchos, una hija llamada Blanca, que fue reina de Francia al casar con el rey Luís VIII de aquel reino. Su hijo fue san Luís, o Luís IX. En consecuencia el rey Ricardo I era hermano de la abuela del rey Luís IX. Alguna vez me han preguntado porqué en mis armas la espada estaba puesta al revés. La espada no está puesta al revés. La espada tiene su punta hacia abajo por la misma razón por la que las estatuas de san Luís representan al rey con la espada en la misma posición.

martes, 6 de mayo de 2008

LA ELECCION DE LAS PROPIAS ARMAS

Pregunté hace unos días a don José Antonio Vivar del Riego, insigne heraldista especializado en armoriales, si usaba armas. Solicitaba esa información con el ánimo de añadirlas a la entrada del día 19 de abril, en la que se hizo mención de su excelente trabajo.

Su respuesta me ha obligado a meditar sobre el asunto: Me explicó que no, que ni las usa ni tenía intención de adoptarlas en el futuro.

Me pareció del todo sorprendente. Los incipientes aficionados a estas artes, a estas ciencias, lo primero que hacen es interesarse por el escudo de su apellido para, una vez que van comprendiendo como funciona el asunto, crear armas nuevas para sí mismos y usarlas luego a vista de todo individuo que esté dispuesto a entretenerse con estos temas.

Estas fueron, exactamente sus palabras:
"En cuanto a que si uso armas, te diré que no. Ni tengo intención. Durante la carrera tuve la veleidad de llevar en el forro de la carpeta el clásico escudo de Vivar que aparece en todos los repertorios, y ahí se acabó la cosa: ahora he descubierto que me divierto mucho más estudiando nuestra ciencia desde fuera, sin implicarme personalmente.
Hoy en día, cuando tengo una colección abrumadora de libros de heráldica, me resultaría impensable colgar en casa un escudo propio. ¿Paradójico? Tal vez, pero prefiero que mi afición no me invada otros ámbitos."


Esta afirmación me ha hecho recordar que el último cardenal arzobispo de París, monseñor Lustiger, nunca adoptó armas. La verdad es que, en buena medida, muchos lo consideraron un ejemplo al no hacer concesión a una costumbre tan noble como la adopción de escudo.

Así, me asaltó la pregunta: ¿Debemos hacer heráldica sin participar de la heráldica?

Es verdad que para el común de los mortales poseer un escudo se considera ostentoso. Pero no entre personas con una cierta cultura heráldica. ¡Y el distinguido caballero que escribía el mensaje es maestro de heráldica!: En consecuencia, lo más probable es que tenga razón. Que debamos estudiar heráldica desde fuera, sin vincularnos: Creando ciencia. ¿Usted qué opina, improbable lector?

lunes, 5 de mayo de 2008

MONASTERIO DE RODILLA

Se habló en la entrada del martes, veinticinco de marzo, de las armas de la provincia y de la ciudad de Burgos. Al hilo de aquel asunto se proponen hoy otras armas de esta provincia. Se trata de un municipio sito a cuatro leguas al norte de la capital burgalesa: Monasterio de Rodilla. Proviene su nombre de un monasterio que allí estuvo establecido, de la orden benedictina, hasta el desastre que supuso la desamortización, del que se conserva la iglesia, y de un pico llamado Rodilla que se encuentra en el campo del municipio.

De belleza extraordinaria por lo feraz de su entorno es la patria de mi amigo y compañero de armas don José Antonio López Moral. Quien diseñó las armas, lejos de recurrir a un fácil parlante, optó por un primer cuartel del reino de Castilla cortado con un quinquefolio de plata en campo de sinople, alusivo a lo feraz de los alrededores del pueblo. Se añaden a esta entrada las armas del municipio aludido, las de la provincia de Burgos y las de la comunidad autónoma de Castilla y León, sus entidades superiores provincial y autonómica.

domingo, 4 de mayo de 2008

PROVINCIA DE GUADALAJARA

El escudo que precede a estas líneas es el de la provincia de Guadalajara. Reune en un solo escudo las armas de las poblaciones que eran cabeza de partido judicial en el momento de su creación. Ya se habló de la desafortunada elección de este sistema como forma de creación de armas de caracter provincial, resultando escudos practicamente irreconocibles.
El escudo está dividido en ocho cuarteles que se pasan a comentar brevemente:
En el primer cuartel: Un manteado, representa las armas de Molina de Aragón. En el segundo: Un partido, representa en el primero un castillo que por su extraña silueta suponemos propio de la localidad. Si bien en el dibujo postpuesto toma la forma de una torre tradicional. Son las armas de Sigüenza, sede episcopal desde la edad media.

En el tercer cuartel: Un partido del cuartelado real con otra fortificación que suponemos propia de la localidad de Atienza, de donde son estas armas.

En el cuarto: Se representan las armas de Brihuega, con castillo de oro y una imagen de María Santísima saliente del homenaje y acompañada a diestra y siniestra de báculo episcopal de oro.

En el quinto: Se representan las armas de Cogolludo a través de un cuarteado: primero y cuarto un partido de Castilla y León. Segundo y tercero, las lises del antiguo reino de Francia. Estas armas recuerdan, alteradas, las armas de los desposeidos injustamente de su trono, infantes de la Cerda.


En el sexto: Cifuentes un parlante con un castillo de oro, sobre roca de la que manan fuentes de azur. Lo de villa condal no es otra cosa que poner de relieve que existen condes con el título de la localidad que allí residieron, hasta que la justicia del rey, tras una sublevación, destruyó el palacio condal.

En el séptimo: Las armas, extrañas, de la localidad de Pastrana. Un partido de azur y plata. Cargado con la letra inicial del nombre del municipio y aparte de otros muebles cargado de calavera de plata. Escudo extraño. Recuerda un jeroglífico de Pedro Ocón de Oro.

En el octavo, destaca la campaña diferenciada del resto del campo del escudo. Son las armas de Sacedón. En la foto que se acompaña la explicación de la corona viene determinada por el momento histórico en que se labró.

En el escudo provincial, por último, sobre el todo se ha dispuesto escusón de azur representando las armas de la propia capital de provincia, la ciudad de Guadalajara: Una ciudad de oro y un caballero de plata sobre montura de gules, acompañado de tres peones de plata.

El escudo de la capital alude a la conquista de Guadalajara en 1085 por un ejercito dirigido por Alvar Fáñez, compañero de armas del Cid Campeador.


El conjunto es abigarrado y falto de elegancia. Es una maraña de símbolos indescifrable. Es lo contrario de lo que la heráldica pretende ser: clara y concisa.