


Estimado amigo:
Te diré que me agrada profundamente encontrar que todavía hay personas que consideran que llevar un escudo de armas es algo positivo y útil. Si hay algo que me desagrada en este mundillo de la heráldica (y con esto parece que estuviera comentando tus “reflexiones heráldicas” del mes pasado), es el aficionado que quiere matar a la heráldica. Yo siempre he defendido que la heráldica es una ciencia viva: aunque la heráldica personal no pase por su mejor momento, hay otros campos de nuestra ciencia que siguen teniendo una espléndida pujanza, como por ejemplo la heráldica de las entidades políticas y especialmente la para ti tan querida heráldica municipal. Y aún así, digo lo de la heráldica gentilicia con la boca pequeña: la heráldica episcopal, tú bien lo sabes, no deja de ser una rama de la heráldica personal que hoy se encuentra plena de vigor.
Te diré que me agrada profundamente encontrar que todavía hay personas que consideran que llevar un escudo de armas es algo positivo y útil. Si hay algo que me desagrada en este mundillo de la heráldica (y con esto parece que estuviera comentando tus “reflexiones heráldicas” del mes pasado), es el aficionado que quiere matar a la heráldica. Yo siempre he defendido que la heráldica es una ciencia viva: aunque la heráldica personal no pase por su mejor momento, hay otros campos de nuestra ciencia que siguen teniendo una espléndida pujanza, como por ejemplo la heráldica de las entidades políticas y especialmente la para ti tan querida heráldica municipal. Y aún así, digo lo de la heráldica gentilicia con la boca pequeña: la heráldica episcopal, tú bien lo sabes, no deja de ser una rama de la heráldica personal que hoy se encuentra plena de vigor.



Acompañan a esta entrada diferentes armas escogidas por individuos particulares. No todas actuales, de varias épocas, pero armas en origen personales.