Escribe un mensaje privado el distinguido señor don Walter Gallegos, de la ciudad de Santiago, en Chile, para solicitar nuestra opinión sobre las armas que para sí mismo ha diseñado.Añade que es un gran aficionado al estudio de la cultura medieval, perteneciendo a un grupo de recreación de la caballería y costumbres de aquella época que incluye la práctica de la esgrima y que es un gran aficionado a la ciencia heráldica, siguiendo la evolución de la página blasones hispanos, de la que ya se ha hablado en este espacio.
Añadió este excepcional diseño:
Esta fue nuestra la respuesta:Distinguido Señor:
En relación con sus armas, decirle que son del todo estéticas. Bien diseñadas. Equilibradas.
El cordero pascual representa a Jesús, supongo, extraído de alguna página relacionada con las sociedades de recreación del anacronismo. Muy bien ejecutado y con mucho sentido en las armas de una persona creyente.
El jefe cosido de gules, con tres espadas de plata guarnecidas de oro, puestas con la punta abajo, imagino que será relativo a su afición por la esgrima y la recreación que, puedo suponer, hace de combates medievales con el grupo al que pertenece. La idea es excelente. Disponer la principal afición, el motor que, en buena medida, hace que mantengamos nuestra afición al estudio de la Edad Media, en jefe.
La bordura almenada de oro con nueve aspas de gules resulta coherente con el resto del escudo. Muy española o simbolizando ser descendiente de españoles.
Solamente, si es que hay que poner un pero a su buen diseño es este: ¿Por qué nueve aspas y no ocho como es lo habitual en la bordura?
Ésta fue la contestación de don Walter sobre el asunto:
...Mantengo un intimo gusto y favor por la Orden del Temple, por ello las nueve cruces, por los nueve caballeros fundadores de aquella orden;
Atte:
Walter Gallegos




A continuación se expone fotografía de la sede episcopal adornada de las armas del ordinario:


El cuarto, en oro tres leones, pasantes, guardantes, de sable, representa la región de Suabia. En su origen, 1216, fueron las armas de los, posteriormente famosos, Hohenstaufen. Entonces duques soberanos de Suabia.
El escusón es el reseñado en varias ocasiones como propio de la dinastía reinante en aquel lugar, que ha quedado como símbolo de la actual región.
Improbable lector, a buen seguro en alguna ocasión se ha detenido a contemplar alguna foto del castillo de Neuschwanstein:
Incluso, es probable que haya podido observar, si ha tenido la ocasión de visitarlo, lo que desde la altura del castillo se muestra:
En ese último caso, si conoce el castillo, al cruzar la entrada principal al recinto habrá observado las armas que coronan la puerta:
El primer cuartel, en sable, león de oro, representa a la región del Palatinado. Este león fue originariamente el símbolo de los condes palatinos del Rihn. Pero al ser concedido el feudo Palatino al duque soberano de Baviera, en 1247, el león de oro sobre campo de sable sirvió para representar tanto el primer escudo de Baviera como la dinastía de los Wittelsbach.
Del tercer y cuarto cuarteles se desconoce su procedencia animándole, improbable lector, a que remita información, si está en su mano, sobre su pertenencia y origen.









