sábado, 17 de julio de 2010

SÁBADO: IMÁGENES

Hoy, que es sábado, y en pleno mes de julio, solo se expone a su consideración una fotografía. Ha sido remitida por un buen aficionado a nuestra ciencia, don Ángel Estébanez Gallo.

Fue tomada en la fachada de la sede del Banco de España de la ciudad de Salamanca.Muestra el que durante cuarenta años, mientras el general Franco ocupó la Jefatura del Estado, fue el escudo de España. Lo llamativo es el escusón.Efectivamente, se carga de una espada baja. Observe, improbable lector. No, no es la cruz de Santiago. Es una espada perfectamente labrada. Efímera curiosidad que sirve para llenar el hueco de la entrada de hoy.

viernes, 16 de julio de 2010

FINO HUMOR

Querido amigo:

Quiero desde hace semanas unirme a la celebración por la feliz resurrección de tu estimado blog, aportando una colaboración digna de él. Bien de vueltas llevaba dadas cuando por fin me decidí a enviar un comentario sobre uno de los sucesos heráldicos más espantables que imaginarse puedan, que aconteció la pasada primavera en tierras extremeñas cuando una corporación municipal, la de la ciudad de Cáceres, procedió a retirar un escudo de los Reyes Católicos (bien que de moderna factura) confundiéndolo con las armas del régimen de Franco. Todo ello en aplicación de esas normas jurídicas que hoy se han dado en llamar con alicorta intención “de la Memoria Histórica”.

Andaba yo apesadumbrado pensando cómo podría resolver esta cuestión sin que tal resolución viniera a mi mente, hasta que la encontré de forma harto afortunada. Pasó, pues, el hallarla en esta manera:
Estando yo un día en el Alcaná de Toledo, llegó un muchacho a tirar unos cartapacios y papeles viejos a un contenedor de reciclaje; y como yo soy aficionado a leer, aunque sean los papeles rotos de las calles, llevado desta mi natural inclinación, tomé un cartapacio de los que el muchacho tiraba, y vile con caracteres que conocí ser taquigrafía. Y puesto que aunque los conocía, no los sabía leer, anduve mirando si parecía por allí algún taquígrafo aljamiado que los leyese, y no fue muy dificultoso hallar intérprete semejante. En fin, la suerte me deparó uno, que, diciéndole mi deseo y poniéndole el libro en las manos, le abrió por medio, y leyendo un poco en él, se comenzó a reír. Preguntéle yo que de qué se reía, y respondióme que de una cosa que tenía aquel libro escrita en el margen por anotación. Díjele que me la dijese y él, sin dejar la risa, dijo:

-Está, como he dicho, aquí en el margen escrito esto: «Este Monstruo de las Galletas, tantas veces en esta historia referido, dicen que tuvo el mejor diente para comer galletas de toda esta tierra».

Cuando yo oí decir «Monstruo de las Galletas», quedé atónito y suspenso, porque luego se me representó que aquellos cartapacios contenían guiones auténticos del programa infantil “Barrio Sésamo”, de tan dulces recuerdos. Con esta imaginación, le di priesa que leyese el principio, y, haciéndolo ansí, dijo que decía: Aventuras de Coco y Triqui, el Monstruo de las Galletas. Guiones de televisión. Mucha discreción fue menester para disimular el contento que recebí cuando llegó a mis oídos el título del libro; y, salteándosele al contenedor de papel, compré al muchacho todos los papeles y cartapacios por medio euro; que si él tuviera discreción y supiera lo que yo los deseaba, bien se pudiera prometer y llevar más de seis euros de la compra. Apartéme luego con el taquígrafo por el claustro de la iglesia mayor, y roguéle me volviese aquellos cartapacios, todos los que trataban del Monstruo de las Galletas, en lengua castellana, sin quitarles ni añadirles nada, ofreciéndole la paga que él quisiese. Contentóse con dos arrobas de pasas y dos fanegas de trigo, y prometió de traducirlos bien y fielmente y con mucha brevedad; pero yo, por facilitar más el negocio y por no dejar de la mano tan buen hallazgo, le truje a mi casa, donde en poco más de mes y medio la tradujo toda, del mesmo modo que aquí se refiere.He aquí lo que en ellos encontró relativo a nuestro caso:


“COCO EXPLICA EL ESCUDO DEL ÁGUILA

Fondo azul. La acción, de día, detrás de un muro.

COCO: Hola chicos, soy vuestro amigo Coco, y hoy vamos a explicar la diferencia entre el escudo de Franco y el escudo de los Reyes Católicos. (Aparece Triqui por la derecha). Hola Triqui: voy a explicar a los niños la diferencia entre el escudo de Franco y el escudo de los Reyes Católicos. ¿Me ayudas?

TRIQUI (con la mirada bizca y grandes ademanes): ¡Galletas! ¿Y eso se puede comer?

COCO: No Triqui: estamos hablando de escudos heráldicos. Ven aquí, que te voy a explicar (se desplazan hacia la izquierda, donde aparecen dos escudos de tamaño regular, puestos encima del muro). Este es el escudo de los Reyes Católicos (señala al primero) y este es el escudo de Franco (señala al segundo). ¿Verdad que parecen iguales?

TRIQUI: ¡Es verdad! ¿Se pueden comer?

COCO: No Triqui: estos escudos están para explicar la diferencia entre el escudo de los Reyes Católicos y el escudo de Franco. Mira Triqui: los dos escudos parecen iguales, pero eso es porque el Decreto de 1938 que creó el escudo de Franco dijo que se inspiraría en el de los Reyes Católicos. Por eso se parecen tanto.

TRIQUI (mira a uno y a otro reiteradas veces. Después se queda mirando a la cámara): Pues es verdad. Se parecen mucho.

COCO: Pero tienen muchas diferencias: fíjate que el escudo de los Reyes Católicos no tiene columnas de Hércules ni cinta que ponga “Plus Ultra” porque esos elementos los introdujo Carlos V y no existían en tiempos de los Reyes Católicos.

TRIQUI (Mirando con fijeza el escudo de las columnas y señalando con el dedo, con manifiesta mala educación): Entonces, ¿el escudo que tiene columnas y lema es el de Franco y el que no las tiene es el de los Reyes Católicos?

COCO: Así es, Triqui.

TRIQUI: ¿Y las columnas esas se pueden comer?

COCO: No Triqui, no se pueden comer. Fíjate también que el escudo de los Reyes Católicos (pone la mano, pata o lo que sea sobre éste) es distinto en otra cosa: lleva el escudo de Sicilia, que es un cuartelado en sotuer con las armas de Aragón y con un águila de sable en campo de plata. Y además, el escudo de Franco siempre lleva la granada de Granada, que los Reyes Católicos no pusieron hasta que conquistaron ese reino.

TRIQUI: ¡Ahhhh! ¿Y esa granada se puede comer? ¿Como las galletas?

COCO: No Triqui. Olvídate de comer por un rato. Tienes tanta hambre que parece que acabaras de salir de un restaurante de cocina de diseño. El escudo de los Reyes Católicos tampoco tiene las armas de Navarra, porque se anexionaron a España más tarde. Y fíjate también que el escudo de Franco lleva una cinta detrás del cuello del águila, en la que pone escrito “Una, grande y libre”, y eso no aparece en el escudo de los Reyes Católicos.

TRIQUI: ¿De verdad?

COCO: De verdad: y no te equivoques nunca con eso, porque vas a parecer más inculto que la alcaldesa de Cáceres.

TRIQUI (en actitud pensativa y meditabunda): Pues no sabía yo todas esas cosas. ¿Y esos escudos se pueden comer?

COCO: No Triqui, no se pueden comer. Y ahora tengo que explicarte que el escudo de Franco se modificó en 1977, cuando ya estábamos en democracia, y la cinta se puso encima de la cabeza del águila, y las alas se pusieron más abiertas. Y este es el escudo que está puesto en el ejemplar de la Constitución que firmaron el Rey y los parlamentarios cuando se aprobó, porque estuvo vigente hasta 1981.

TRIQUI: ¡Ahhh! ¡Qué interesante! (Mira de nuevo a uno y otro alternativamente) Y parecen muy apetitosos. ¡Y tengo hambre! ¡Galletaaaa! (Agarra un escudo y luego el otro, comiéndoselos aparatosamente y desmigándolos con gran alboroto).

COCO (Desesperado, entra en estado de síncope, y cae de espaldas mientras dice): ¡Ahhhhh! (Suena el leit motiv de la desesperación de Coco. Ñiaa, ñiaa, ñiaa, ñiaaaaa ¡Plafff!).”

Hay que ver lo educativos que eran los programas de televisión de hace tantos años, ¿verdad?

El Barón de Sórvigo

jueves, 15 de julio de 2010

HERÁLDICA FICTICIA

En al menos tres ocasiones, esta, esta y esta otra, se ha propuesto a su conocimiento, improbable lector, heráldica ficticia.

La heráldica ficticia es aquella que recurre a la imaginación para atribuir armas, bien a personajes ficticios, solo existentes en el numen individual, normalmente a través de la literatura o el cine, o bien aquella que se ha creado para personajes históricos de época preheráldica.

Hoy, que ya hemos empezado a atravesar el cálido verano y el tedio se impone, simplemente se sugieren un par de ejemplos de esa afición.

La página cuya dirección se adjunta al final de este párrafo expone las armas atribuidas a los personajes y las instituciones que habitan la serie de libros que narran los sucesos que se suceden alrededor del personaje literario denominado Harry Potter: http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Harry_Potter_BlazonsEl enlace siguiente agrupa una serie de emblemas que algún aficionado a la obra literaria de Tolkien ha creado para los diferentes reinos y personajes de su más conocida novela El Señor de los anillos: http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Heraldry_of_Middle-earth. Novela que, si ha tenido el placer de leerla se sorprenderá, improbable lector, escribió Tolkien para explicar a la sociedad anglicana dominante en Gran Bretaña, cómo entendía un católico la existencia cotidiana. Y sin nombrar a Dios.Para terminar se exponen una serie de escudos, extraídos de la óptima página de wikipedia dedicada a la heráldica, que presentan posibles armas del hipotético espacio nacional hispano-portugués:

miércoles, 14 de julio de 2010

GRAUSTARK

Graustark es el nombre de un principado soberano de Europa oriental nacido de la mente de George Barr McCutcheon, un escritor norteamericano que publicó su historia en 1901 bajo el título Graustark: La historia de un amor tras el trono.Graustark es un país montañoso, de aproximadamente dos mil kilómetros cuadrados, situado en los Cárpatos, cerca de lo que fue el reino de Rumanía. La capital del principado es la ciudad de Edelweiss, accesible en tren desde Viena.

Las armas de aquella nación ficticia son un campo de plata, con cruz llana de gules, cargada de corona de príncipe de oro.En su momento, el éxito de la novela fue notable. Se editaron cinco más continuando la historia inicial, todas ellas basadas en intrigas cortesanas. Incluso se llegó a producir una película en 1926 protagonizada por la actriz Marion Davies en el papel estelar de la princesa Beverly.Hoy, que estoy especialmente poco inspirado para la redacción, se propone solamente una anécdota bastante intrascendente referida a una instantánea tomada de la película: En ella se aprecia a la actriz protagonista caracterizada con el uniforme militar de su principado. Luce una serie de medallas. Lo llamativo del asunto es que una de ellas es la cruz del mérito militar, condecoración rigurosamente española, aunque la cinta no se corresponde con la que verdaderamente se mantiene en uso.Medalla además que, en la más estricta realidad, admite cuatro categorías definidas por colores. Blanco, amarillo, azul y rojo. Éste último, el de mayor jerarquía, se otorga a aquellos que han participado en combates demostrando una especial valentía. Tal condecoración, la cruz del mérito militar con distintivo rojo, es la que luce el personaje de la princesa Beverly de Graustark.Las imágenes de las medallas se han extraído de la imprescindible página de don Antonio Prieto Barrio sobre colecciones militares.

martes, 13 de julio de 2010

FOTOGRAFÍA

Hoy, que la canícula me hace perezoso… más perezoso de lo habitual, que ya es apuntar alto, le propongo, improbable lector, una fotografía.En ella se advierte una bandera ondeando que se carga de un escudo. Representa las armas de Torreciudad. A todas luces una composición heráldica muy bien resuelta.

lunes, 12 de julio de 2010

ALGUNAS CASAS NOBLES X: EL CONDADO DE AMPURIAS

El condado de Ampurias es uno de los más antiguos de los que se tiene noticia. Se trata de una merced creada por el rey don Alfonso V de Aragón para su hermano, el infante don Enrique de Aragón, en 1463.

Las vicisitudes genealógicas condujeron a que en el devenir de la Edad Moderna se vinculara por vía de matrimonio con la casa de Medinaceli, de la que se habló recientemente. No obstante, en la actualidad se ha segregado, a través de cesión, para pasar a constituir, de nuevo, un título independiente, no asociado a otra casa de mayor antigüedad o abolengo.

Así, la actual titular de la merced nobiliaria es doña Sol de Medina y Orleáns-Bragança, nieta de doña Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, XVIII duquesa de Medinaceli, quien se lo cedió, recreando la vida propia del título.

Y es que esta costumbre de desvincular los títulos que se han ido acumulando en el devenir genealógico es uso acertado que adquiere visos de actualidad. Ha sido costumbre arraigada de las más linajudas casas nobles de estos reinos el ir acumulando títulos nobiliarios por vía de matrimonio. Esta costumbre ancestral se manifestaba en enlaces matrimoniales en los que cada cónyuge aportaba una serie de títulos, considerando que esa acumulación otorgaba mayor relevancia a la nueva familia.

Hoy esa costumbre se considera caduca y, en buena medida, contraria al propio sentido de existencia de los títulos nobiliarios: Las mercedes nobiliarias se conceden para proponer a la sociedad un ejemplo personal de dedicación a una labor determinada a favor de la sociedad. Viene a ser un modelo similar al que la Iglesia expone al elevar a la santidad a un individuo: propone su figura como referente, como ejemplo.

Es decir, la vigencia independiente de un título, evitando su asociación con otros, es acertada para recrear la figura del primer poseedor, que es quien alcanzó los meritos necesarios para acceder al estado noble.

domingo, 11 de julio de 2010

ALGUNAS CASAS NOBLES IX: EL DUCADO DE CARDONA

Manteniendo el repaso de las diferentes casas nobles de mayor antigüedad se proponen ahora las armas que ostenta el ducado de Cardona.

El ducado de Cardona fue creado por el rey de Aragón don Fernando II, el católico, a favor de don Joan Folc de Cardona, V conde Cardona. Este condado previo data de la nada despreciable fecha de 1375, en que don Pedro, rey de Aragón, creó conde al XIII señor de Cardona.

Se trata en consecuencia de uno de los títulos de mayor antigüedad no solo del reino de Aragón, sino de todo el resto de España.

Las armas que han pasado a la historia como propias del título no demuestran tamaña antigüedad en su diseño, manifestando su modernidad en los diferentes engrandecimientos heráldicos, a través de la anexión de nuevas armas a las originales, consecuencia habitualmente de enlaces matrimoniales.Se trata de un escudo partido. Primero: cuartelado en sotuer, con primero y cuarto de Aragón (en oro, los cuatro palos de gules); segundo de Cardona (en gules tres cardos de oro puestos en palo; y tercero de los Anjou reinantes en Sicilia (un campo de azur sembrado de lises de oro, con lambel de gules de tres pendientes).

Segundo: Las armas de Aragón-Dos Sicilias, que son igualmente cuarteladas en sotuer. Primero y cuarto de Aragón; y segundo y tercero con el águila exployada de sable de los Hohenstaufen, en campo de plata.

Conviene añadir aquí un somero comentario sobre la partición del cuartelado en aspa. Al igual que la partición cuartelada en cruz para combinar dos armerías, inventada como se expuso hace tiempo por la curia de funcionarios del rey san Fernando III de Castilla y León, la partición cuartelada en sotuer para disponer la combinación de dos armerías es considerada universalmente como propia del reino de Aragón.

Así, en la etapa inicial del uso de armerías, esta partición fue absolutamente común en el entorno geográfico de los diferentes territorios que componían la corona de Aragón. Los hijos de los reyes aragoneses que no sucedían en la titularidad del reino diferenciaron de esta forma las armas heredadas del padre. El influjo se hizo notar, por imitación, en el resto de la sociedad de los territorios aludidos hasta el extremo de ser considerada una partición endémica del reino.

El único caso relevante de armerías dispuestas de este modo en el reino castellano viene manifestado a través de las armas de los Mendoza, señores del real de Manzanares y después marqueses de Santillana y duques del Infantado, que cuartelaban en sotuer las armas de los propios Mendoza con los de la Vega.Esta excepción no hace sino confirmar esa partición como propia del reino aragonés, toda vez que quien ordenó cuartear las armas de esta forma no fue otro que don Iñigo López de Mendoza y de la Vega, conocido magnate castellano del siglo XIV que vivió durante su juventud en la corte del rey de Aragón en Barcelona y que cuarteló en aspa las armas paternas con las maternas por imitación de los usos catalano-aragoneses.