sábado, 10 de diciembre de 2011

HERÁLDICA

Ausencia de tiempo. Frases cortas. Paradojas imposibles contenidas no tanto en el concepto como en la propia práxis heráldica:


Exuberancia de la sencillez

Orden del caos

Elocuente silencio

Humilde soberbia

Plano poliédrico

Vida pétrea

Enseñanza irreglada


Pervivencia en la muerte

Dignidad llana

Esplendor contenido
Sí. Heráldica.

viernes, 9 de diciembre de 2011

CUESTIÓN

UN BLASÓN EXTRAÑO

Por don Pablo Pereira
Heraldista


Estimado don José Juan:

Lo cierto es que lamento decir que he estado más tiempo del que me gustaría desentendido de su blog y de la heráldica en general. Es una lástima, pero gracias a eso, cuando volví a abrir mis imágenes, blogs y libros, sentí unas ganas de armas renovadas. Y, por supuesto, una gran curiosidad, que no deja de ser el motor de quienes tenemos por afición o profesión cualquier ciencia histórica. Es esta curiosidad la que me motiva a escribirle, dado que tengo bastante poco "fondo de armario" en lo que a conocimientos heráldicos se refiere, y hay situaciones que escapan a mis posibilidades.

Desde Septiembre, me encuentro residiendo en la ciudad de Vigo, de vuelta al Reino de Galicia del que proviene mi familia. Esto no implicaría mucho, dado que no proliferan los blasones, precisamente (Vigo fue siempre ciudad más burguesa, focalizándose la nobleza en Pontevedra), de no haber visitado hace no mucho el céntrico Centro Cultural Caixanova, ubicado en el Teatro García Barbón, heredero del incendiado Rosalía de Castro. Es un teatro bonito, muy propio de principios del siglo pasado. Sin embargo, no es eso lo que me dejó sorprendido, sino ver un enorme y ricamente creado blasón de España.
Este blasón no era, para nada, el habitual. Lo más evidente era la disposición, con un blasón de Galicia en posición preferencial, blasón curioso por ser más parecido al blasón que cayó en desuso en torno al s. XVI que al actual: de Azur al cáliz de Oro. Ni la hostia ni las cruces acompañaban al cáliz en este blasón, que jamás había visto (el cáliz del blasón mencionado no es tal, sino un copón cerrado). Y no sólo eso, también aparece con una bordura dorada cargada de siete lises (de lo mismo, que en esta época ya se sabe que las reglas heráldicas importaban menos que poner todo el oro posible). El resto del blasón podría ser más lógico, con una bordura componada con las armas de León, Castilla, Navarra, Granada, Tirol y Toscana-Médici. Como curiosidad, en esta bordura, es la presencia de las armas de Castilla por partida doble, mientras que el resto de armas mencionadas aparecen una única vez. Este blasón, en sí, podría haber sido un simple gesto para ganarse a los propios gallegos que, recordemos, fueron históricamente ninguneados como Reino (aún en los tiempos del gran Conde de Lemos, Galicia era representada por Zamora en Cortes, situación que el citado noble luchó por cambiar). No habría tenido nada de particular que el gesto hubiese ido en esa linea. Sin embargo, lo más curioso, dentro del propio blasón, es la inexistencia de las armas de Borbón, el archiconocido escusón con las lises y la bordura de gules.

Esto nos lleva al siguiente punto, la corona. A primera vista, no llama la atención, un ojo que pase rápido verá una corona real típica. Sin embargo, una vez que te fijas, descubres un detalle asombroso: se trata de una corona mural.

En primer lugar, la ausencia de las armas de Borbón y esta corona me hicieron dudar si sería un blasón del período no monarquico. Descarté pronto esa idea, no obstante, pues el blasón posee los collares de las Órdenes de Carlos III y el Toisón de Oro, abolidas ambas para la legalidad española en aquellos años. Además, la corona mural posee un bonete y está realzada con diademas de perlas, como cualquier corona real que podamos observar en este país (hasta el día de hoy, no ví otra corona mural con bonete y diademas, siempre las vi abiertas). Recordé entonces una entrada de su blog en la que hablaba de una corona de Castilla, con forma mural, que fue sustituida con el tiempo y no se empleó en heráldica.
¿Qué explicación puede tener esto?¿Puede ser una referencia a la corona mural castellana? He llegado a plantearme que sea un símbolo retorcidamente antinacionalista, que represente que Galicia es principal en Galicia, pero siempre sujeta a Castilla. En realidad, no tengo la menor idea. Confío en que usted tenga más fortuna que yo en lo que a este asunto se refiere, y consiga arrojar un poco de luz sobre él. Seguiré buscando, no obstante, esperando que me sonría la suerte.

Un saludo,

Pablo Pereira.

PD: Le adjunto una fotografía del blasón del que he hablado, que encontré buscando en internet.

jueves, 8 de diciembre de 2011

INMACULADA CONCEPCIÓN

Hoy es el día en que la Iglesia universal celebra la Inmaculada concepción de María Santísima. Se trata de una advocación especialmente querida, desde hace siglos, en España. Así, nuestros reyesacostumbran a portar en los actos de especial solemnidad las insignias de la orden de Carlos III que tiene por emblema central la imagen de esta advocación mariana.El rey fundador, el mejor alcalde de Madrid, tomó dicho motivo ornamental al considerar un favor de María Inmaculada la continuidad de la dinastía, asegurada tras dar a luz al primero de sus hijos la princesa de Asturias, la futura reina María Luisa de Parma.
El motivo habitual de ingreso en la orden de Carlos III es el premio a un especial servicio a España, que no haya sido ya recompensado con otra distinción.

Esta orden mantiene vigentes cinco categorías: Collar, gran cruz, encomienda de número, que realmente se debería llamar placa, encomienda y cruz. El motivo de considerar la conveniencia de denominar placa a la categoría intermedia de la orden procede de la práctica constante de las diferentes órdenes españolas. Así, sirven como ejemplo claro los nombres que reciben los diferentes escalones de pertenencia a la Orden militar de san Hermenegildo que establece sus categorías de esa específica forma: collar, gran cruz, placa, encomienda y cruz.La cruz, que es el modo habitual de ingreso en la orden de Carlos III, se alcanza por méritos contraídos. El distintivo se porta en forma de medalla. Alcanzados tres años de permanencia en esta categoría se puede acceder a la superior.

La encomienda se concede al reunir de nuevo especiales méritos en el servicio de España y acumular al menos tres años de permanencia en la categoría de cruz. La distinción se porta por medio de una cinta sobre el nudo de la corbata.La encomienda de número, que como se explicó más arriba se debería denominar placa, se porta efectivamente en forma de placa que refleja la cifra del monarca fundador. Se concede a los caballeros comendadores, esto es, caballeros que poseen la categoría de encomienda que, de nuevo, contraigan en su haber extraordinarios méritos a favor del servicio a España y cuenten con, al menos, tres años de posesión de la encomienda simple.

La gran cruz se concede a los altos cargos de la administración del Estado con categoría de Ministro, tras su cese o renuncia, sin necesidad de aportar mérito alguno. Su divisa consiste en una gran cruz, similar a la placa, pero acompañada de una banda terciada. Banda que representa los colores tradicionalmente atribuidos a María Santísima, azur, plata y azur con idéntica anchura.

Por fin, el empleo de collar es propio del monarca soberano de la orden y de los jefes de Estado extranjeros, que son tradicionalmente investidos con esta categoría al visitar nuestra nación. El distintivo propio de esta categoría se define a través de un doble motivo: Bien por medio de un collar, collar que, como se apuntó más arriba, nuestro monarca viste en ocasiones de espacial solemnidad, o bien por medio de una banda que, en lugar de la disposición de los colores propios de la orden, coincidentes con los de la bandera de Argentina, se ordena como una banda de azur con vivos blancos, que es la forma habitual en que la los miembros de la real familia la ostentan.Significar para concluir, que la orden solo ha admitido el ingreso ordinario de damas desde 1983 existiendo, no obstante, excepciones como la recepción de la entonces princesa Sofía en 1962

miércoles, 7 de diciembre de 2011

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Ahondando en la idea expuesta antesdeayer mismo, deseo añadir sólo un par de líneas, improbable lector, a la tediosa entrada con la que me permití aburrirle.
No se trata más que de la reseña relativa a que actualmente, las creaciones de nuevos títulos publicadas en el BOD se acompañan de una sucinta relación de los motivos que provocan su concesión. Motivos que son necesariamente avances significativos para España, desde luego no únicamente en el campo científico, sino también en aspectos culturales, económicos e incluso artísticos.
Y así evidentemente, a día de hoy, habiéndo sido ya aceptado que una merced nobiliaria recompensará una especial dedicación, el monarca reinante nunca esgrimirá como causa de otorgamiento de una nueva merced nobiliaria el antiguo Por mi Real aprecio. Aparte la real familia, naturalmente.
Real familia, en otro orden de cosas y para terminar, contra la que hoy se atreven a arrojar la primera piedra todos aquellos que están libres de pecado.

martes, 6 de diciembre de 2011

EN TORNO A LA CONSTITUCIÓN DE 1978

Hoy la nación entera celebra el aniversario de la aprobación por referéndum de la constitución, marco normativo en el que se desarrolla nuestra vida democrática.

Pero hoy se desea llamar su atención, improbable lector, sobre otro momento crucial en el proceso de normalización de la vida política de estos reinos: el refrendo real a la decisión adoptada por el pueblo. Firma regia que se materializó el veintisiete de diciembre de 1978.
La imagen anterior, tan conocida por todos, recoge el momento en el que el rey estampa su rúbrica sobre el primer ejemplar de la constitución.
Fotografía que permite distinguir, escoltando al monarca, las figuras de otros tres insignes militares: El teniente general Valenzuela, I marqués de Valenzuela de Tahuarda, jefe del cuarto militar del rey; el general de brigada don Nicolás Cotoner y Cotoner, XXII marqués de Mondéjar, jefe del cuarto civil de la real casa; y el entonces capitán de fragata, que alcanzaría el empleo de Almirante, don Fernando Poole y Pérez-Pardo. Aunque casi no se advierte en la instantánea expuesta, tras ellos se encontraba un quinto militar, el teniente general don Sabino Fernández Campo, I conde de Latores, secretario general de la casa real.

Son cinco porque el rey, improbable lector, es militar.

El teniente general Valenzuela luce en la fotografía la venera de la Real maestranza de caballería de Zaragoza, de la que fue miembro desde su juventud, además de caballero de la orden de Santiago.
Corporaciones a las que había pertenecido igualmente su padre, el teniente coronel Valenzuela, que falleció heroicamente durante las operaciones del norte de África en 1923.
El título que ostentaba, marqués de Tahuarda, le fue otorgado en recuerdo de la memoria de su padre, haciéndose acreedor él mismo de la grandeza de España que le confirió el rey don Juan Carlos en 1983.
Es recordado por su heroica actitud ante el atentado con artefacto explosivo que sufrió en 1981 en Madrid en el que, con heridas de gravedad, inició la persecución de los maleantes que habían asesinado a los otros tres ocupantes del vehículo atacado.
El general de brigada Cotoner, que en la fotografía expuesta lucía sobre su guerrera de etiqueta la cruz de caballero de honor y devoción de la Soberana orden de Malta, además de la medalla militar individual, era XXII marqués de Mondéjar, XXIII conde de Tendillo, VII marqués de Ariany y grande de España. Sus armas fueron las siguientes, en campo de oro, una planta de algodón de sinople, con cinco flores de plata.
Desde el año 1955 fue preceptor del entonces joven príncipe de España, además de su profesor de equitación. Don Juan Carlos llegó a manifestar que lo consideraba su padre adoptivo.
Amigo del almirante don Juan, conde de Barcelona, sirvió en buena medida como persona de contacto entre padre e hijo durante los delicados momentos dinásticos posteriores a la muerte del general Franco, anterior jefe del Estado.
Siendo poseedor de varios títulos y grande de España, su vida de leal servicio a España y al rey fue recompensada con el ingreso en la orden del Toisón de oro en 1987.
Del almirante Poole, capitán de fragata en la instantánea hoy propuesta, se han expuesto en este tedioso blog algunos datos relativos a las armas que para él diseñó el III marqués de la Floresta, don Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, como cronista de armas de Castilla y León. Diseño heráldico que refrendó el actual monarca con su rúbrica.
Para concluir, apuntar que el teniente general don Sabino Fernández Campo, que se encontraba en el momento del refrendo real tras los militares reseñados, fue agraciado con un título con grandeza aneja y con unas elegantes armas, diseñadas por el marqués de la Floresta, confirmadas con la real rúbrica.