Mantener con dignidad unos principios, considerados socialmente como trasnochados, no es óbice para auparse al carro de la modernidad en determinados asuntos.
La Real hermandad de san Fernando, de la que me honro en formar parte, ha puesto en marcha una página que, a buen seguro, se irá ampliando con el tiempo, sirviendo como escaparate virtual para dar a conocer la hermandad y servir de motor para la incorporación de nuevos miembros.
Futuros caballeros que se sientan atraídos por valores de más trascendencia que los que propone la actual sociedad. Aquellos basados en la caballerosidad que, cada individuo, acorde con las enseñanzas de la Iglesia, debe exigirse a sí mismo.