lunes, 17 de enero de 2011

TÉRMINO HERÁLDICO: EMPAVESADO

Conjuga su vocación de capitán de la marina mercante con un ingente conocimiento heráldico. Miembro del  Capítulo de caballeros del Santo Sepulcro de Toledo y del Colegio heráldico de España y de las Indias, don Florentino Antón Reglero cuenta en su haber con un amplísimo número de artículos sobre materia heráldico-naval.
Sus armas se expusieron en una entrada relativa a la vigencia, la actuliadad, la permanente renovación de la heráldica a través, en aquel caso, de los timbres:
Don Florentino ha tenido la deferencia de remitir artículo en que expone el detalle del incorrecto uso de la voz empevesado en nuestra lingua blasona.


SOBRE EL USO DEL TÉRMINO EMPAVESADO EN LAS DESCRIPCIONES DE ARMERÍAS CON CONTENIDOS MARÍTIMOS

Doctor don Florentino Antón Reglero.

Capitán de la Marina Mercante Española.
Master Universitario en Derecho Nobiliario y Premial,Heráldica y Genealogía.

Siempre he considerado que cuando no existe un termino propiamente heráldico, que recoja en toda su dimensión el detalle particular de un escudo con la adecuada “precisión descriptiva”, debe recurrirse al lenguaje técnico propio de la ciencia a la que ese detalle se refiere o, simplemente, y en nuestro caso, al castellano, lleno de recursos capaces de permitirnos mantener la necesaria “brevedad expositiva”.
Viene a colación este asunto del término EMPAVESADO/A, que últimamente veo manejar de forma impropia en algunas descripciones heráldicas. Se usa en ellas de forma errónea, como ya hemos dicho, para dar a entender que la nave lleva las velas desplegadas, y se manejan fórmulas como «un barco de oro, empavesado de plata».
Por definición, el verbo “empavesar” es usado en el mundo de la navegación como sinónimo de engalanar la nave, colocando empavesadas (lonas de colores) en bordas y cofas, y adornando la arboladura con banderas y gallardetes,
generalmente del Código Internacional de Señales Marítimas, o de algún otro código específico.
Los buques de guerra suelen izar en estos casos banderas nacionales en el tope de todos sus palos, y cuando es este el único adorno extraordinario exhibido, se dice que está “engalanado de topes”.
Podría ser que nos encontremos con algún diseño heráldico conteniendo naves que llevan en lo más alto de todos sus palos banderas o gallardetes y, por extensión de lo que acabamos de decir, podríamos al blasonar recoger ese detalle diciendo que está “empavesado o engalanado de topes”, aunque en los buques mercantes el significado suele ser distinto, para evitar así ser más prolijos sin olvidar por ello el criterio de “precisión descriptiva”. No cabe, por tanto, confundir las empavesadas (adornos) con las velas (elemento clave de la fuerza motriz).
En su origen, las empavesadas se formaban en las bordas y cofas con los paveses (escudos) de los guerreros de la nave, y servían tanto para protegerse tras ellos de las flechas del enemigo o de los rociones de la mar, como para adornar la embarcación en momentos especiales.
Ese es el verdadero origen de las actuales empavesadas, de las que podríamos decir muchas más cosas, pero que no tendrían interés específico para el campo que nos ocupa: el de los usos heráldicos del término.

MENSAJE RECIBIDO

Estimados Sres.:

Ediciones San Martín se complace en informarles que ya está disponible el libro "La Naturaleza en la Heráldica", de D. Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio, Marqués de Casa Real.

Atentamente:
José Mª San Martín Pérez
Ediciones San Martín
sanmartin@tejada.info
http://www.sanmartinjj.com

domingo, 16 de enero de 2011

UNA IMAGEN

Hoy, por ausencia de tiempo, aunque no es sábado, solamente se propondrá una imagen. 
En ella se observa a la anterior duquesa de Norfolk en el salón de uno de sus palacios exhibiendo sin pudor heráldico sus armerías.

sábado, 15 de enero de 2011

HERALDISTA DON FERNANDO MARTÍNEZ LARRAÑAGA

Remite mensaje y una de sus obras maestras un excepcional diseñador heráldico, don Fernando Martínez Larrañaga, marqués del Real Blasón, en el reino del Maestrazgo, viejo conocido de estos lares y autor insigne de su propio blog: Heraldistas.
Hola JJ:

Me ha resultado muy interesante el artículo de Juan Fernández Molina. Desconozco todo lo relativo a las categorías militares, a pesar de que mi abuelo era comandante del Ejército de tierra, infantería creo, y como te comenté tengo varios tíos abuelos que pertenecieron al Ejército del aire, los Sánchez-Campins.

Uniendo ambas ideas y siguiendo el ejemplo de Juan he creado el que sería el blasón de mi difunto abuelo, con las armas de los Martínez originarios de Cuenca, pero cuarteladas en lugar de partidas. Espero haya acertado con la jineta. También, al ser un alto cargo, se podría disponer un morrión decorado. Éste es el resultado:

La verdad es que seria interesante renovar la heráldica en España, creo que hay que evolucionar y sobre todo inventar para que la gente se aficione a esta noble ciencia.

Un fuerte abrazo JJ:

Fernando Martínez Larrañaga

viernes, 14 de enero de 2011

NOBLEZA SORIANA

Ameno, variado, riguroso, científico, el blog de la corporación nobiliaria de los Doce linajes de Soria es el ejemplo a seguir por las, gracias al esfuerzo de muchos, cada vez más numerosas páginas sobre heráldica y ciencias afines.
Desde hace ya más de dos años se reúne en torno a la buena mesa de un céntrico restaurante de Madrid, con periodicidad aproximadamente mensual, una tertulia en la que se tratan, sin un orden premeditado, variados asuntos y anécdotas sobre ciencias heroicas y la actualidad de quienes, siempre enfrentados, habitan la comunidad heráldica de estos reinos. De vez en cuando acudimos con algún regalo.
Hoy, el barón de Sórvigo, soriano, nos ha obsequiado al resto con una botella de vino que estoy convencido de que resultará imprescindible para quienes conforman la corporación de los Doce linajes:

jueves, 13 de enero de 2011

APORTACIÓN: HERÁLDICA DE LOS MILITARES

Estimado José Juan:
Como bien sabes, por haber realizado el curso de heráldica militar del Intituto de Historia y Cultura Militar, al igual que yo, existen unas normas para timbrar los escudos de armas de los militares que de coronel a capitan general ostenten dichos empleos.
 Claro que, si nos ponemos a pensar en la cualidad universal de la heráldica, el infraescrito se ha puesto a pensar en un método para timbrar las armas del resto de personal militar, que sin querer sentar cátedra de ninguna manera (y menos yo), creo que puede ser muy usable por el personal interesado.
Este método lo baso en diferentes elementos, que conjugados de distintas formas, nos dará el amplio abanico que va desde el soldado raso hasta el teniente coronel A.I.. Estos elementos son:
. El morrión como celada, tan definitorio de las tropas españolas durante su época más gloriosa y que usaremos en dos variedades; la primera de plata para la tropa y los suboficiales y la segunda de oro para los oficiales. Estos morriones, se tocarán con 3 plumas, que mostrarán el esmalte y el metal principal en el escudo.
. Las armas, que como bien sabes, eran la divisa del empleo en época de nuestros gloriosos tercios, y que consisten en picas, partesanas, alabardas y jinetas, hasta llegar a la porra del sargento mayor que es el antecedente del teniente coronel.
. Las corbatas, que irán atadas a las lanzas, representan las condecoraciones que posea el militar dueño del escudo, y se representarán de la misma manera que se haría con las corbatas que ostentan las banderas, guiones y banderines de nuestros ejércitos. La repetición de alguna condecoración, se indicará con un galón (del metal que sea la condecoración) en la corbata. Para las condecoraciones que posean distintos grados (como la orden de San Hermenegildo), se usará igual método para representar el ascenso en la orden. Sólo la Cruz Laureada de San Fernando, se acolará al escudo como tradicionalmente se ha usado.
. El cuerpo o arma al que pertenezca el militar se representará en los extremos de la cinta del lema o mote, y se añadirá además la estrella dorada de 5 puntas para los diplomados de estado mayor.

A continuación, se propone una tabla con el timbrado detallado de todos los empleos:


De igual forma, se adjunta un par de diseños, siendo el primero
el escudo de armas de un cabo de la Guardia Civil que posee las siguientes condecoraciones:

. Cruz al mérito de la Guardia Civil con distintivo blanco
. Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco
. Cruz de Bronce a la Constancia en el Servicio
. Cruz al Mérito Civil
El segundo representa a un comandante de Infantería diplomado en estado mayor,

el cual, se ha hecho acreedor por su comportamiento en combate y en tiempos de paz de las siguientes condecoraciones:
. Cruz de Guerra
. Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo (X3)
. Cruz al Mérito Naval con distintivo rojo
. Cruz de Caballero de la Orden de San Hermenegildo
. Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco (X2).

Espero que la idea, aunque básica, guste.
Atentamente:
Juan Fernández Molina

miércoles, 12 de enero de 2011

NUEVO DISEÑO DE DON JUAN FERNANDEZ MOLINA

Solo una parte de su obra, sus armas son parte de ella, se puede apreciar en su propio blog.
De don Juan Fernández Molina, excepcional dibujante heráldico, se habló hace unos meses para exponer el diseño que de mis propias armas tuvo la gentileza de realizar, en esta entrada.
Compañero de armas del Ejército del aire, se trata de una persona de exquisito trato humano. Es caballero de la Orden de san Miguel del Ala.
De don Miguel Ángel García Arteaga, cuyas armas se posponen a estas líneas, también se ha expuesto algún detalle en este tedioso blog y se han hecho públicos algunos artículos de gran calado: aquel en que se recordaba a un compañero caído; aquel otro en el que se trató el asunto de los cordones que los sacerdotes militares añaden al capelo que timbra sus armas; y por fin, un tercero en el que se daban a conocer las armas de dos nuevos capellanes castrenses.
Hoy se propone a su recreo, improbable lector, el diseño que de las armas de don Miguel Ángel García Arteaga ha ejecutado don Juan Fernández Molina, a través del mensaje que aquel ha tenido la deferencia de remitir:
Estimado Don José Juan:

Mis cordiales saludos y el ruego de que me permita utilizar su blog para dar las gracias a Don Juan Fernández-Molina, heraldista que, sin ninguna duda, ha sabido encontrar un estilo propio, pulcro, minucioso y elegante de representación y organización de armerías, por la espléndida plasmación del escudo de un servidor:
Capellán castrense Miguel Ángel García Arteaga

martes, 11 de enero de 2011

RECORRIDO POR LA HERÁLDICA HISPANA, CAPÍTULO TERCERO

ORÍGENES Y EVOLUCIÓN DE LA HERÁLDICA HISPANA

 
Dr. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila,

Marqués de La Floresta
Cronista de armas de Castilla y León

CAPÍTULO TERCERO:
LA ADOPCIÓN DE ARMERÍAS POR EL CONJUNTO DE LA NOBLEZA (1180-1230)

Reservadas al principio a los príncipes, potentados y grandes feudatarios,
las armerías fueron rápidamente adoptadas por el resto de los combatientes:
a comienzos del siglo XIII casi todos los caballeros europeos las utilizaban ya, y su adopción y uso eran completamente libres.
Las causas de esta generalización del uso de armerías fueron estrictamente militares, y se ligan a la evolución del equipo y armamento individual de los caballeros y guerreros, al que antes ya me he referido.
Durante el siglo XII, el yelmo y la cota de mallas, junto a un escudo almendrado de grandes dimensiones,
ocultaron completamente la persona del caballero y del guerrero, haciéndolos irreconocibles:
por eso aparecieron pronto signos de reconocimiento como los emblemas heráldicos.
Fueron imprescindibles, tanto en campaña,

como en los entrenamientos ecuestres -justas y torneos-, enseguida convertidos en verdaderos eventos deportivos y sociales.
En la zona de aparición del sistema heráldico, entre los ríos Loira y Rhin, y el sur de Inglaterra, los barones habían adoptado ya emblemas heráldicos hacia 1160-1200;
 los caballeros lo hicieron entre 1180 y 1220;
y los nobles no caballeros y los escuderos hacia 1220-1260, según Pastoureau.
En el resto de Europa, las fechas se retrasan algo -y aún más en las regiones periféricas, como la Península Ibérica-, pero el proceso fue muy semejante.
Notemos, en este periodo, dos circunstancias interesantes: la primera, el uso de varios escudos distintos por los grandes señores -debido a la existencia simultánea de armas personales y de armas del feudo-; la segunda, la adopción por parte de los vasallos, de las armerías de su señor -los emblemas del feudo, se entiende-.
En cuanto a los territorios hispanos, vemos que hacia 1170-1175 comenzó a usarse un nuevo tipo de sello, lo que pudiera interpretarse como un signo de la definitiva aceptación social de los emblemas heráldicos: y es que a la antigua representación ecuestre del propietario, se añadió un reverso ocupado por su emblema.
Así aparecieron las señales -como entonces se decía- preheráldicas del Rey de León y del Rey de Castilla en los sellos de Fernando II y de Alfonso VIII, y luego en los de Sancho VII de Navarra, de los Condes de Urgel y de Ampurias, de los Girón, los Meneses, los Haro, y demás grandes linajes castellanos y leoneses.
Las formas de la respectiva representación de las señales y de las armerías tienen una gran importancia, porque guardaba relación con su significado o carácter. Así, estas señales, que llegaron al sello como emblemas que ocupaban el reverso, tienen un claro carácter feudal, es decir territorial. Algo después, hacia 1180-1190, pasaron al escudo de armas portado por la imagen ecuestre del propietario del sello, y simultáneamente su uso adquirió un carácter personal-familiar, por lo que fueron heredadas por todos los hijos, sin distinción, e incluso transmitidas por las hijas.
El carácter feudal y territorial de los emblemas situados en el reverso de los sellos permaneció durante mucho tiempo, y se evidencia mejor cuando no coincidía con las armerías personales. Son notables los ejemplos de los sellos de Fernando III, siendo solamente Rey de Castilla (1217-1229), que se armaba de León (armas familiares) en el escudo de la imagen ecuestre del anverso de su sello,
al tiempo que traía en el reverso el emblema de Castilla (su señal feudal y territorial).
Y también en los sellos reales aragoneses desde fines del XIII, en los cuales la cruz cantonada llamada de Alcoraz (armas del reino de Aragón),
ocupó siempre el reverso, mientras que las figuras ecuestres de sus monarcas se armaban invariablemente con los palos (sus armerías familiares). 
Sin embargo, el emblema de Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, se apartó de este curso de sucesivas formas de uso, porque desde su más antiguo sello (se conserva la matriz de 1137-1150)
hizo figurar los palos sobre el escudo de sus figuras ecuestres en ambas caras. En concordancia con esta forma, heredaron el emblema de los palos, sin distinción, sus tres hijos y todos sus nietos (lo que nos lleva a deducir el carácter familiar, y no territorial, que desde el primer momento tuvo el emblema de los palos).