¿GAVÍN O CÓLERA HERÁLDICA CRÓNICA?
Por el doctor don José María de Montells y Galán
I vizconde de Portadei, en el reino de Georgia
Juez de armas de la Orden de san Lázaro
Juez de armas de la Orden de san Lázaro
He leído con cierto detenimiento el documentado estudio de Armand de Fluvià sobre la falsía que representa la baronía de Gavín, ostentada desde la rehabilitación del título por Manuel Fuertes Rojo.
Ya escribí hace tiempo mi opinión personal sobre el personaje (1) y no soy de los que se gozan en hacer leña del árbol caído. No padezco cólera heráldica crónica, no soy tampoco un obseso de la pureza nobiliaria, pues creo que la nobleza está más en el alma que en la sangre, ni tengo otros adversarios que los que se declaran enemigos de la Orden de San Lázaro.
Orden a la que me honro en pertenecer desde hace muchos años, pero me asombra que quienes se han erigido en detentadores de lo genuino, callen ahora tratando de encubrir al interfecto que sigue a la cabeza de respetables instituciones.
Lo lógico sería, una vez descubierta la superchería, invitar al engañador a abandonar las poltronas desde donde ha repartido certificados de autenticidad a unos y otros, y procurar no caer más en la tentación de seguir el sectarismo que caracterizó al ficticio erudito durante todos estos años.
Es ese radicalismo nada académico, el que fatalmente nos enfrenta. Y porque creo que es muy dañino para nuestras ciencias (porque contribuye a su descrédito), me gustaría se erradicase para siempre.
Sin embargo, soy pesimista, nos hemos acostumbrado al guirigay y así nos va.
(1) Otra vez el barón de Gavín. Atavis et Armis, nº 14. Madrid, mayo de 2008. Puede consultarse en la red en www.fundacionsanlazaro.es, pulsando en Gran Priorato de España.