Hoy, que es sábado, se propone una fotografía en la que aparece el insigne monseñor Heim quien, como ya conoce, improbable lector, diseñó las armas de los cuatro últimos papas anteriores al felizmente reinante.La fotografía, de baja calidad, permite no obstante advertir que el báculo se adorna con motivos heráldicos. Concretamente se advierten dos escudos de los que lamentablemente, no reconozco más que uno: el que representa las armas del propio arzobispo Heim, un león rampante, de oro, apoyado sobre un monte de tres cimas de sinople, acompañado de una estrella de oro, en el cantón diestro del jefe y, contraviniendo el más elemental precepto de nuestro arte, dispuestas las figuras sobre campo de plata. Armas heredadas que disminuyó, renunciando a la herradura de azur que consideraba impropia de un eclesiástico. Práctica esta de la disminución heráldica universalmente poco usual frente a la contraria, tan cotidiana, el engrandecimiento de armas.
sábado, 10 de julio de 2010
SÁBADO: IMÁGENES
Hoy, que es sábado, se propone una fotografía en la que aparece el insigne monseñor Heim quien, como ya conoce, improbable lector, diseñó las armas de los cuatro últimos papas anteriores al felizmente reinante.La fotografía, de baja calidad, permite no obstante advertir que el báculo se adorna con motivos heráldicos. Concretamente se advierten dos escudos de los que lamentablemente, no reconozco más que uno: el que representa las armas del propio arzobispo Heim, un león rampante, de oro, apoyado sobre un monte de tres cimas de sinople, acompañado de una estrella de oro, en el cantón diestro del jefe y, contraviniendo el más elemental precepto de nuestro arte, dispuestas las figuras sobre campo de plata. Armas heredadas que disminuyó, renunciando a la herradura de azur que consideraba impropia de un eclesiástico. Práctica esta de la disminución heráldica universalmente poco usual frente a la contraria, tan cotidiana, el engrandecimiento de armas.