lunes, 16 de noviembre de 2009

LAS ARMAS DE LA INFANTA DOÑA LEONOR

Continuando el argumento expuesto hace ya tiempo sobre la necesidad de brisar las armas de los infantes de España con lambel se desea de nuevo ahondar en tan particular materia.

Hoy se proponen a su consideración, improbable lector, las armas que no debería tomar para sí misma doña Leonor de Borbón y Ortiz, de Grecia y Rocasolano, heredera del heredero.

Siendo hija de príncipe de Asturias, el decreto de 1987 del que se habló en este blog, le otorga la condición de infanta de España. En la imagen que sigue las armas de cuatro de las otras cinco infantas:Recientemente hemos recibido un dibujo de las armas que se han diseñado para la doña Leonor por un justamente afamado heraldista, el teniente coronel don Eduardo García-Menacho y Osset, hijo del anterior marqués de Santa Marina de quien en alguna ocasión se ha hablado en este blog.

Se trata de un escudo en losange que representa las armas de España, sin brisura de ningún tipo, timbradas con corona de infante y acoladas de unas palmas anudadas por un lazo de azur.Nuestro juicio es tan válido como cualquier otro, y nuestro juicio de valor es negativo. No es acertado que la hija del heredero adopte las armas nacionales plenas cuando su propio padre, el príncipe de Asturias, no tomó tales armas, respetando el principio que establece que solo el rey debe ostentar las armas del reino.Es verdad que el común de los heraldistas de renombre considera que los adornos exteriores son manifestación heráldica suficiente para considerar que un escudo es diferente de otro. Cómo olvidar en ese sentido el editorial de la revista Hidalguía del año 2001 de la mano de don Vicente de Cadenas, rey de armas, que vio en las recién creadas armas del príncipe de Asturias un despropósito alegando que el timbre, la corona de su dignidad, era suficiente diferencia para ser distinguidas de las armas del rey.Todos estos autores, verdaderos heraldistas de renombre e infinitamente más sabios que quien estas líneas escribe, quizá olvidan que los adornos exteriores son eso, adornos. La esencia, el núcleo que define verdaderamente unas armas, es aquella parte que queda encerrada dentro de la boca del escudo.En consecuencia, las armas que la infanta doña Leonor no debería adoptar son las armas nacionales toda vez que ni el propio heredero del rey las trae. Las armas de doña Leonor deberían brisarse con lambel, con la adición de cualquier otro mueble o con la alteración de los esmaltes del escudo nacional.