viernes, 7 de octubre de 2011

MEMORIA DE LA HERÁLDICA DE UN CAÍDO

SIETE DE OCTUBRE: NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Por don Miguel Ángel García Arteaga
Vicesecretario General del Arzobispado Castrense de España


Estimado Don José Juan:

Hace justo un año tuvo usted la amabilidad de prestar su nada tedioso blog para publicar un recuerdo, para rendir un modesto homenaje al cabo Cristo Ancor en el aniversario de su asesinato en Afganistán.

Hoy, además de volver a recordar al soldado, deseo manifestar público agradecimiento al Señor Koblischek, el cual, al ver expuesto el dibujo del blasón que mostraba de modo simbólico lo sucedido en la mañana en que Cristo Ancor daba su vida por España, me sugirió que contactara con los familiares del Cabo por si alguno de ellos deseaba adoptar el escudo.

 


Y así lo hice. Y la familia decidió que esas armas fueran adoptadas por Angelo Ancor Cabello Marichal, hijo de Cristo Ancor.
Mi intención es, si usted me lo permite, que esta entrada sirva sobre todo para expresar el sincero agradecimiento de Doña Concepción Santana, madre del cabo y abuela de Angelo Ancor, a Don Ignacio Koblischek. Ella le agradece que haya tenido la deferencia de incluir el escudo de su nieto en el Registro Internacional de Armas Gentilicias y que habiéndole adjudicado el número 500, le haya cedido el puesto de honor y consideración que probablemente estuviese destinado a unas armas más escogidas, más vistosas o más selectas.

Don Ignacio Koblischek ha honrado a uno de los héroes de nuestros Ejércitos en la figura del hijo. Y no me cabe ninguna duda de que esto permanecerá en el corazón de Angelo Ancor Cabello Marichal para siempre.