SOBRE EL SEGUNDO CRITERIO DEL DISEÑO HERÁLDICO, O “DE LA COMPOSICIÓN (C2)”
Dr. Florentino Antón Reglero
Capitán de la Marina Mercante Española
Master Universitario en Derecho Nobiliario y Premial, Heráldica y Genealogía
Hemos dicho ya que se entiende por criterio, en una de sus acepciones, la norma que nos conduce a la verdad objetiva, y es en este marco conceptual en el que nos seguiremos moviendo, al igual que lo haremos con el uso de la misma metodología que en el caso de la Nitidez. Tenemos por tanto que establecer ahora la posible relación entre el segundo criterio, o de la composición (C2), y aquellos Fundamentos de la Estética Medieval (FEM2) que pudieran serle concordantes, es decir, comprobar si del mismo modo se da en este caso la relación C2 Ξ FEM2 de congruencia.
La composición heráldica constituye el núcleo central de un diseño que se encuentra condicionado por tres componentes distintos: la ordenación (C2a) de las figuras en el campo del escudo, por cuanto deben ocupar su lugar en la posición que les es propia (2ª. Ley) con independencia de su número; la plenitud (C2b), o llenado del espacio disponible en la superficie del campo (3ª Ley), con un claro sentido aritmético de proporción de la parte con relación al todo, es decir, de la única figura existente con relación a su campo, y la simetría (C2c), como factor geométrico complementario de la ordenación de muebles, piezas y particiones (4ª. Ley) que, debido a la relación lógica que debe existir entre las figuras, entre el campo y las figuras como conjunto, o entre cada una de las figuras consideradas individualmente y el campo del escudo, aparecen colocadas de un modo y en una posición determinada o, en cualquier caso, debieran estarlo así. En este segundo criterio lo que se busca es el equilibrio o consonancia de la composición. Esta es su razón de ser, y ello nos permite decir que el criterio de la composición heráldica es función (depende) de la ordenación, de la plenitud y de la simetría, lo que podemos expresar del siguiente modo: C2= f (C2a, C2b, C2c).
En la composición heráldica, la aritmética y la geometría se convierten en una herramienta de trabajo fundamental para el diseñador, pues no sólo le permite definir los límites (perímetro o boca) de la superficie-figura que constituye el campo del escudo, sino que le garantiza la ordenada, proporcional y simétrica disposición de las piezas y de los muebles que habrá de contener.
También en este caso la referencia a lo que hemos venido considerando componentes de la estética medieval nos conduce al universo simbólico, adquiriendo especial relevancia la concepción platónica desarrollada pos San Agustín, y difundida por la schola monástica, en cuanto a lo que puede derivarse de la triada sapiencial: modus (magnitud, dimensión, medida) y ordo (orden, ordenación) en relación con el orden (O2), la proporción (P2) y la simetría (S2), porque el tercer elemento de la triada: la forma, hemos visto que estaba directamente ligada al primer criterio. Posiblemente la definición de belleza más conocida y valorada en la Edad Media la había proporcionado San Agustín al preguntarse sobre qué era la hermosura (pulchritudo) del cuerpo y responderse a sí mismo que se trata de la armonía (congruentia = relación lógica) de las partes acompañada de cierta suavidad de color. En realidad, el Obispo de Hipona no hacía sino reeditar una fórmula ya utilizada por Cicerón, que reproduce la tradición estoica y clásica griegas mediante la díada “color y simetría”.
Pero habrá de ser la schola clericales la que, desde una nueva perspectiva, en la que el hombre comienza a ocupar el centro del universo, complemente con novedosos significados ideales, en el marco intelectual de la Escolástica, la percepción anímica de estos mismos factores: ordo (O2), proportio (P2) y symetría (S2), en su relación con la estética medieval y, en consecuencia, con el arte medieval del que, nos guste o no, las armerías forman parte indiscutible. Es precisamente por ello por lo que también en este caso resulta posible la representación mediante la fórmula FRM2 = f (O2, P2, S2), y considerando que en el análisis global de contenidos conceptuales sí se dan las relaciones C2a < = > O2; C2b < = > P2 y C2c < = > S2, es posible concluir diciendo que el segundo criterio del diseño heráldico, o de la composición, es congruente con aquellos principios o fundamentos de la estética medieval que afectan a todas las manifestaciones de su arte, es decir, que C2 Ξ FEM2.