jueves, 7 de abril de 2011

CONSIDERACIONES RECIBIDAS EN TORNO A MONARQUÍA Y NOBLEZA, I

REFLEXIÓN EN TORNO A MONARQUÍA Y NOBLEZA

Por don Javier de Cruïlles
Heraldista
Caballero del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña

José Juan:

Algunas consideraciones en torno a tu entrada de hoy, de la que en parte estoy de acuerdo y en parte no. Al menos en lo que yo conozco, que no es mucho, de la nobleza en estas tierras catalanas. Obviamente es una opinión personal que en nada busca discutir o menospreciar la tuya.

Nada que objetar a tus reflexiones en torno a la figura de S. M. el Rey, pues no puedo estar más de acuerdo contigo. Respecto al tema de la nobleza, algunas consideraciones:

Bien pudiera ser cierto lo que se deduce del artículo en cuestión: que la nobleza se cree por encima del resto de la humanidad. Bien pudiera ser, pero yo creo que no lo es. Quizás un reducido grupo de títulos imagine que vive aun en la época anterior a la Confusión de Estados, pero creo que en general no es así.

Precisamente el otro día, en una conversación que mantuve en el Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña con algunos asistentes a la conferencia que ahí se celebró, constatamos que, una vez se traspasan las puertas del Real Cuerpo en dirección a la calle, ya todos somos iguales. Ya nadie nos juzgará por si somos duques o marqueses, o por si podemos demostrar nobleza centenaria por los cuatro costados; sino por los méritos que hemos alcanzado y por la contribución que cada uno hayamos podido hacer a la sociedad.

Tampoco hay que olvidar que la nobleza ha sido siempre un estamento permeable, al que han accedido “plebeyos” gracias a la voluntad del Soberano. No hay que olvidar los privilegios nobiliarios que entregaban los antiguos monarcas, paso previo para poder acceder a un Título; o los Títulos nobiliarios concedidos durante los siglos XIX y XX a industriales, banqueros o políticos. ¿Acaso ellos no “plebeyizaron” la nobleza?

Creo que los méritos de los nuevos marqueses son más que suficientes para que se les hayan concedido sus respectivos Títulos y que ello contribuye, no solo a aportar savia nueva y aire fresco a una institución en la que ya está el ambiente bastante enrarecido, sino también a acercar la nobleza a la sociedad, cosa que, a mi juicio, hace mucha falta. Además, por supuesto, de servir de ejemplo a la ciudadanía.

Respecto a tu idea de que ha llegado el momento de que los Títulos no se sucedan, no puedo estar más en desacuerdo. Sería como el desastroso asunto del Real Decreto 222/1988 de 11 de marzo, en que pagaron justos por pecadores. No se puede castigar a toda la nobleza, que en general, para mí, tiene un comportamiento intachable, por la desvergüenza de unos pocos.

En definitiva, la nobleza no debe creerse superior al resto de los mortales. Esa época ya pasó. Y no puede porqué, a veces, está muy por debajo de ellos, como ha quedado demostrado con el feo asunto de las falsificaciones, que ya conocemos, y más que desconocemos pero que acabarán saliendo, más pronto que tarde, a la luz.