EL GENERAL LEVASHOV ¿CABALLERO LAZARISTA?
Por el doctor don José María de Montells y Galán
I vizconde de Portadei, en el reino de Georgia
Juez de armas de la Orden de san Lázaro
Resulta archiconocido que los partidarios de la extinción de la Orden de San Lázaro, datan ese hecho en 1831, aunque se remontan a la Restauración, para establecer que después del regreso de Luis XVIII, en 1814, éste resignó su dignidad de Gran Maestre y fue a partir de esa fecha, cuando se convirtió en Protector de la Orden, en conformidad con sus derechos dinásticos. Utilizó las insignias de la Orden hasta el final de su vida, aunque se abstuvo de admitir nuevos caballeros. Tampoco su sucesor, Carlos X, hizo nuevas nominaciones, si bien durante su reinado, aparecen nuevos caballeros en el Almanaque Real, sancionados por el Capítulo General de la Orden. La tolerancia regia de estas admisiones parece dar la razón a los que pensamos que los caballeros tenían el derecho a perpetuar el Hospital de la Cruz Verde.
Muchos otros opositores de la Orden interpretan una instrucción de 1824, que dice literalmente refiriéndose a las ordenes unidas de San Lázaro y Nuestra Señora de Monte Carmelo, que desde 1788 ha dejado de otorgarse, para permitir su extinción, como prueba de la voluntad real de abolir la Orden lazarista. Lo que se oculta es que la dicha instrucción se refiere única y exclusivamente a la Orden de Nuestra Señora de Monte Carmelo, reunida a San Lázaro, que no unida, y que había dejado de concederse después del cierre de la Real Academia Militar en 1788. (Las insignias de la Orden de Monte Carmelo, separadamente de la de San Lázaro, eran concedidas anualmente a tres cadetes nobles).
El conocido experto en Ordenes de Caballería, Guy Stair Sainty, enemigo de la supervivencia de la Orden, argumenta: De hecho, la ausencia total de documentación de la época, tales como diplomas o cartas de designación (que son numerosas antes de 1788), de cuadros (o de fotografías originales del siglo XIX) de estos individuos vestidos con la Cruz de San Lázaro, o de cualquier registro de correspondencia contemporánea de esas candidaturas o de admisión, es asombroso. (En su página web, http://www.chivalricorders.org/ a este respecto, se olvida con frecuencia el discurrir de los acontecimientos políticos en Francia, que obligaron a trasladar los archivos de la Orden a Damasco, al amparo de los Patriarcas Melquitas).
Es decir: Para aquellos que creen que San Lázaro se extinguió en 1875, con la muerte del Vizconde de Chabot, último caballero que sobrevivió a 1831, todo comenzó en 1788, cuando, según ellos, dejó de otorgarse (Esto de las fechas es importante, ya que según la recta doctrina, una orden inactiva durante cien años, queda extinguida. Lo cierto, es que en 1841, el Patriarca Greco Melquita Católico de Antioquía, Alejandría y Jerusalén, Máximos III Mazloum aceptó la protección espiritual del Hospital de San Lázaro. ¡Tan solo diez años después de la pretendida supresión!).
Así que imaginarán mi sobresalto, cuando encuentro en la red, por casualidad, un retrato (que acompaña estas líneas) de un, a lo que parece, oficial ruso de húsares, con la cruz de justicia lazarista al cuello, a modo de encomienda. Para identificarle debidamente, recurro a varios amigos sin mucho éxito, todo hay que decirlo, hasta que Alfonso Floresta, me sugiere un nombre, Vasily Vasilievich Levashov.
Nacido en 1783, en el seno de una familia noble, aunque de origen ilegítimo. Capitán de la Guardia Imperial, tomó parte en las batallas contra los franceses en 1805. Después de intervenir en las batallas de Pultusk, Yankov, Landsberg, Eylau, Gutshtadte y Passengeyme, fue ascendido a coronel (El 5 de noviembre de 1808).
Durante la guerra patriótica de 1812, Levashov participa como coronel del Regimiento de Coraceros nº 5 en las batallas de Vitebsk, Smolensko, Borodino, en Tarutino, y Maloyaroslavets, recibiendo el 21 de noviembre de 1812, la Orden de San Jorge por su valerosa actuación en Borodino, sustituyendo al coronel Karl Levenwolde, caído en combate, al mando del Regimiento de Caballeros Guardias(Al regimiento de los Caballeros Guardias le estaba asignada la escolta del Gran Maestre de la Orden de Malta, a la sazón el Zar de Rusia. Todos eran nobles, hasta los soldados rasos). Ascendido a general, participó en las batallas de Lützen, Bautzen y Dresde, siendo herido de un sablazo en Leipzig, para recibir luego un disparo en el pecho. El 15 de julio de 1813 fue nombrado Jefe del Regimiento de Coraceros de la Guardia Imperial de Novgorod. En 1817, funge como Ayudante del zar. De 25 abril 1815 a 23 mayo 1822, sirvió como Comandante en jefe del Regimiento de Húsares de la Guardia. Más tarde, fue destinado por el emperador como gobernador militar de Kiev y el Gobernador General de Podolia y Volynia. En 1833, le fue concedida la dignidad nobiliaria de conde del Imperio Ruso. Un año antes de su muerte, fue nombrado presidente del Consejo de Estado y miembro del Comité de Ministros. Fue enterrado en 1848, en la iglesia Dukhovskoi del Monasterio de Alexander Nevsky, en San Petersburgo.
Existe otro retrato del General Conde Levashov, muy similar al que nos ocupa aunque con alguna diferencia en lo que a las condecoraciones se refiere, que se conserva en la galería de los Héroes de la Guerra de 1812, en el Palacio Imperial de San Petersburgo, debido a la mano del pintor inglés George Dawe. Por lo que se ve en el cuadro, era caballero de San Vladimiro (2ª clase), de Santa Ana (1ª clase), de San Jorge (4ª clase), luciendo, también, la medalla de la campaña del 12 y otras extranjeras que no me son reconocibles. Según mis noticias, este retrato está depositado en el Kremlin de Novgorod, aunque me ha sido imposible saber a ciencia cierta quién es su autor.
Es de sobra conocido que gracias a la hospitalidad de zar Pablo I, el Gran Maestre de San Lázaro, el rey Luis XVIII, exiliado en Mitau, en Lituania, recibió en la Orden entre 1798 y 1800 al propio zar, a su hijos los grandes duques Alejandro, el zarevich y Constantino y unas veinte personalidades rusas, entre los que se encontraban el conde Rostopchin y los barones Fersen y Dreisen (Según Sainty, Dreisen fue recibido por el Gran Maestre en Mitau en 1800, como caballero de honor, dignidad que no se contemplaba en los Estatutos promulgados por el propio Gran Maestre, por lo que colige que los nombramientos rusos son nulos o sospechosos).
Desgraciadamente no ha llegado hasta nosotros, la lista completa de los caballeros admitidos en Mitau, por el Gran Maestre. No parece descabellado pensar que el general Levashov, fue uno de ellos. Probablemente sería asignado al entourage del pequeña corte del Rey exilado como jovencísimo oficial o paje. En 1800, Levashov tenía 17 años, los mismos que tenían los cadetes destacados, cuando se les premiaba en Francia, con la de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Que conste que Levashov luce una insignia lazarista no muy usual. La cruz verde de ocho puntas de la época se llevaba bordada o cosida. Sin embargo, hay algunos ejemplares que aprovechan los cuños de plata de la cruz maltesa esmaltada de verde. Con más razón en Rusia, donde la orden de Malta era otorgada por el Zar con cierta liberalidad. Sea como fuere (pues todo lo anterior es una hipótesis), a juzgar por el retrato de Nevgorod, el general conde Levashov fue un lazarista orgulloso de serlo.
Desgraciadamente no ha llegado hasta nosotros, la lista completa de los caballeros admitidos en Mitau, por el Gran Maestre. No parece descabellado pensar que el general Levashov, fue uno de ellos. Probablemente sería asignado al entourage del pequeña corte del Rey exilado como jovencísimo oficial o paje. En 1800, Levashov tenía 17 años, los mismos que tenían los cadetes destacados, cuando se les premiaba en Francia, con la de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Que conste que Levashov luce una insignia lazarista no muy usual. La cruz verde de ocho puntas de la época se llevaba bordada o cosida. Sin embargo, hay algunos ejemplares que aprovechan los cuños de plata de la cruz maltesa esmaltada de verde. Con más razón en Rusia, donde la orden de Malta era otorgada por el Zar con cierta liberalidad. Sea como fuere (pues todo lo anterior es una hipótesis), a juzgar por el retrato de Nevgorod, el general conde Levashov fue un lazarista orgulloso de serlo.