Silvestre Pietrasanta fue un sacerdote italiano, jesuita, que vivió en el siglo XVII. Le tocó en suerte la infausta tarea de ser visitador de la primerísima comunidad escolapia, aun con su fundador, san José de Calasanz, al frente. Pero a este individuo le gustaba la heráldica. E ideó un sistema para representar los esmaltes que aun, cuatro siglos después, sigue vigente:
Y es que se pueden representar los esmaltes y los forros sin necesidad de utilizar los correspondientes pigmentos. Se trata del sistema de tramas. Es un método que consiste en simbolizar cada uno de los colores o metales por medio de tramas o de señales gráficas determinadas.
Así, se representa el oro por medio de puntos; la plata, dejando el campo en blanco; el gules, con rayas verticales; el azur, con rayas horizontales; el sinople, con líneas diagonales de derecha a izquierda; el púrpura, con líneas diagonales de izquierda a derecha; y el sable, con líneas verticales y horizontales cruzadas, o con el mismo negro. Estos símbolos pueden usarse tanto en el campo como en las figuras. El color natural en las figuras se representa, igual que la plata, dejando la superficie en blanco.