Remite brillante recado electrónico el doctor don José María de Montells y Galán, I vizconde de Portadei, del reino de Georgia, al hilo de una reciente entrada del maestro don Fernando del Arco. Propone el juez de armas del priorato de España de la orden de san Lázaro, el uso de un olvidado término heráldico para resumir los adornos exteriores que se trataban: tenantes, soportes y sostenes.
Mi qdo. amigo José Juan,
leo la entrada de hoy del Maestro Fernando del Arco, gran persona, gran amigo y heraldista de pro, que ilustra suficientemente todo lo relativo a las figuras que acompañan a las armerías y solo por aportar mi pequeño grano de arena, me gustaría recuperar para el lenguaje heráldico una vieja palabra con resonancias medievales que engloba a sostenes, tenantes y soportes en la descripción de las armas: me refiero a manteniente.
Manteniente es palabra en desuso que se utilizaba para nombrar la acción de mantener algo con ambas manos. Del lenguaje cotidiano pasó al heráldico para significar toda figura animal o humana, celestial o quimérica que sostiene un escudo. A mí me parece que es vocablo evocador y definitivo. No conduce a equívocos.
Yo digo manteniente y se me viene al magín la vera efigie de don Rui Díaz de Vivar, aquel coloso. Se me figura un escudo, teniendo como manteniente al Cid Campeador y es otra cosa. O sea que manteniente puede suplir a la perfección la rigidez de lo establecido. Eso creo.
José María de Montells