Se reitera una antigua entrada.
Ya se habló en este blog del arzobispo Bruno Bernard Heim, de santa memoria. Se trata del arzobispo que diseñó las armas de los cuatro anteriores papas difuntos. Se acompaña la estampa de tan insigne figura:
Ya se habló en este blog del arzobispo Bruno Bernard Heim, de santa memoria. Se trata del arzobispo que diseñó las armas de los cuatro anteriores papas difuntos. Se acompaña la estampa de tan insigne figura:
Y composición del diseño de los cuatro escudos de los papas citados:
Se trató de un auténtico experto en heráldica eclesiástica católica. Las armas que había traído su familia tradicionalmente, en su nativa Suiza, eran estas: Pero él adoptó unas similares, diferenciadas por la herradura que portaba en sus garras el león, dado que entendía que la herradura era propia de guerrero, no de eclesiástico. Como ha podido observar, improbable lector, efectivamente incumplen la primerísima ley heráldica de los esmaltes: No disponer color sobre color, ni metal sobre metal.
Para defenderse de quien pensó que sus armas no estaban bien diseñadas, que debían ser revisadas, escribió un libro, Oro y plata, que recogía un elevado número de antiguas y modernas armas que incumplían la ley heráldica en esta materia. La portada del libro es esta:Escribió dos libros más: Un armorial en el que recogió armas de eminentes personas con las que había tratado, cuya portada es la que sigue, y por último un libro titulado Heráldica en la iglesia católica, sus orígenes, costumbres y leyes, verdadero manual para comprender el sistema heráldico católico. La imagen que sigue es la portada de una reedición.Este último libro le enemistó heráldicamente, en su momento, con el recién elegido Papa Juan Pablo II. Esto es lo que ocurrió:
En 1978, el año de los tres papas, monseñor Heim acababa de publicar el último libro citado. El conocimiento heráldico demostrado, junto con el hecho de haber diseñado las armas de tres papas, Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo I, le hacían imprescindible en materia de heráldica eclesiástica. Su palabra, en esta materia, se había convertido en doctrina aceptada por todos los monseñores.El arzobispo Heim era, en aquel 1978, nuncio en Gran Bretaña, en la imagen la nunciatura en Wimbledom, donde supo labrarse la amistad sincera de la reina madre, hay quien cuenta que a consecuencia de la pericia del eclesiástico en la elaboración de cocktails.Heim había establecido en su libro que la inclusión de letras en los escudos no era en absoluto correcta. Que cualquier escudo de eclesiástico que añadiera letras a su escudo debería rediseñarlo y hacerlas desaparecer.
Y el cardenal elegido para suceder a Juan Pablo I fue el cardenal Wojtila. Las armas que traía como cardenal eran estas: Efectivamente, el escudo contenía una letra M. Se trata de una forma muy evidente de representar a María Santísima. El escudo, de hecho, había sido en su momento un desafío a las autoridades comunistas de Polonia.
Heim, en la fotografía que sigue junto a Agatha Christie, fue elegido para diseñar las armas del nuevo Papa. A tal efecto hubo de mantener varias conversaciones desde Londres con Roma. Y es que existían problemas: El recién elegido Papa no tenía intención de modificar las armas que ya traía como cardenal. En lo que no vio inconveniente el nuevo Papa fue en alterar los esmaltes toda vez que, como el propio Bruno Heim, Juan Pablo II traía por armas un escudo con color sobre color, sable sobre azur. Así, a instancias de monseñor Heim permutó el sable por oro, quedando los conocidos colores del escudo del anterior Papa: Pero en lo que no dio su brazo a torcer Juan Pablo II fue en cambiar la M por alguna otra figura. Monseñor Heim, relató posteriormente que le propuso estos otros muebles, inspirados en las letanías de María Santísima:
Estrella de la Mañana, Rosa Mística, Reina de los Cielos o Torre de Marfil. Cada una de ellas representada por: Estrella, rosa, corona y torre. Pero el Papa dijo que no. Que lo básico del diseño de sus armas no se modificaba. El tema de cambiar los esmaltes le parecía bien, pero no iba a hacer desaparecer una M que había desafiado al régimen comunista de Polonia.Entonces Roma, la curia Vaticana, intentó la vía opuesta: Se llamó al nuncio en Londres para proponerle que redactara una nota aclarando que en su libro, recién estrenado, se había cometido un error. Se trataba de que aclarara que efectivamente, incluir letras en los escudos de armas no era académico, pero que se reconocía una excepción con la letra M, por ser la inicial de la Madre de Jesús.
Para defenderse de quien pensó que sus armas no estaban bien diseñadas, que debían ser revisadas, escribió un libro, Oro y plata, que recogía un elevado número de antiguas y modernas armas que incumplían la ley heráldica en esta materia. La portada del libro es esta:Escribió dos libros más: Un armorial en el que recogió armas de eminentes personas con las que había tratado, cuya portada es la que sigue, y por último un libro titulado Heráldica en la iglesia católica, sus orígenes, costumbres y leyes, verdadero manual para comprender el sistema heráldico católico. La imagen que sigue es la portada de una reedición.Este último libro le enemistó heráldicamente, en su momento, con el recién elegido Papa Juan Pablo II. Esto es lo que ocurrió:
En 1978, el año de los tres papas, monseñor Heim acababa de publicar el último libro citado. El conocimiento heráldico demostrado, junto con el hecho de haber diseñado las armas de tres papas, Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo I, le hacían imprescindible en materia de heráldica eclesiástica. Su palabra, en esta materia, se había convertido en doctrina aceptada por todos los monseñores.El arzobispo Heim era, en aquel 1978, nuncio en Gran Bretaña, en la imagen la nunciatura en Wimbledom, donde supo labrarse la amistad sincera de la reina madre, hay quien cuenta que a consecuencia de la pericia del eclesiástico en la elaboración de cocktails.Heim había establecido en su libro que la inclusión de letras en los escudos no era en absoluto correcta. Que cualquier escudo de eclesiástico que añadiera letras a su escudo debería rediseñarlo y hacerlas desaparecer.
Y el cardenal elegido para suceder a Juan Pablo I fue el cardenal Wojtila. Las armas que traía como cardenal eran estas: Efectivamente, el escudo contenía una letra M. Se trata de una forma muy evidente de representar a María Santísima. El escudo, de hecho, había sido en su momento un desafío a las autoridades comunistas de Polonia.
Heim, en la fotografía que sigue junto a Agatha Christie, fue elegido para diseñar las armas del nuevo Papa. A tal efecto hubo de mantener varias conversaciones desde Londres con Roma. Y es que existían problemas: El recién elegido Papa no tenía intención de modificar las armas que ya traía como cardenal. En lo que no vio inconveniente el nuevo Papa fue en alterar los esmaltes toda vez que, como el propio Bruno Heim, Juan Pablo II traía por armas un escudo con color sobre color, sable sobre azur. Así, a instancias de monseñor Heim permutó el sable por oro, quedando los conocidos colores del escudo del anterior Papa: Pero en lo que no dio su brazo a torcer Juan Pablo II fue en cambiar la M por alguna otra figura. Monseñor Heim, relató posteriormente que le propuso estos otros muebles, inspirados en las letanías de María Santísima:
Estrella de la Mañana, Rosa Mística, Reina de los Cielos o Torre de Marfil. Cada una de ellas representada por: Estrella, rosa, corona y torre. Pero el Papa dijo que no. Que lo básico del diseño de sus armas no se modificaba. El tema de cambiar los esmaltes le parecía bien, pero no iba a hacer desaparecer una M que había desafiado al régimen comunista de Polonia.Entonces Roma, la curia Vaticana, intentó la vía opuesta: Se llamó al nuncio en Londres para proponerle que redactara una nota aclarando que en su libro, recién estrenado, se había cometido un error. Se trataba de que aclarara que efectivamente, incluir letras en los escudos de armas no era académico, pero que se reconocía una excepción con la letra M, por ser la inicial de la Madre de Jesús.
El nuncio en Londres, dijo que él no modificaba su libro porque se trataba de una cuestión de conciencia. Sería mentir reconocer que existiera una letra que era posible incluir en el escudo. Finalmente, monseñor Heim diseñó el escudo del Papa con su letra M. El libro nunca fue corregido.Y el Papa no perdonó esa desfachatez. Los obispos obedecen al Papa, no cuestionan sus decisiones. Además, monseñor Heim vería poco académico que se incluyera letra alguna en el campo del escudo, pero la realidad es que lo que le propusieron desde el Vaticano se acabó cumpliendo.
Los sacerdotes, al ser elegidos por el nuncio del país para ser ordenados obispos, suelen diseñar armas nuevas para sí mismos. Es lógico que se informen y que tomen prestado algún mueble de las armas del Papa que, en última instancia, ha sido quien ha dado su visto bueno para que fueran escogidos para el orden episcopal.
Así, y dado que el reinado de Juan Pablo II se extendió por un espacio temporal de veintisiete años, la mayoría de los obispos actuales eligieron sus armas durante el reinado de aquel. De esta forma, a pesar de lo poco correcto que le resultara en su momento a monseñor Heim la inclusión de letras, ni aún de la letra M, en los escudos eclesiásticos, si hoy escribiera su manual debería reconocer que buena parte del episcopado mundial incluye tal letra en sus armas.
Los sacerdotes, al ser elegidos por el nuncio del país para ser ordenados obispos, suelen diseñar armas nuevas para sí mismos. Es lógico que se informen y que tomen prestado algún mueble de las armas del Papa que, en última instancia, ha sido quien ha dado su visto bueno para que fueran escogidos para el orden episcopal.
Así, y dado que el reinado de Juan Pablo II se extendió por un espacio temporal de veintisiete años, la mayoría de los obispos actuales eligieron sus armas durante el reinado de aquel. De esta forma, a pesar de lo poco correcto que le resultara en su momento a monseñor Heim la inclusión de letras, ni aún de la letra M, en los escudos eclesiásticos, si hoy escribiera su manual debería reconocer que buena parte del episcopado mundial incluye tal letra en sus armas.
Se añaden a estas líneas algunas armas de obispos católicos que incluyen la letra M:
Monseñor François Lapierre, obispo de Saint Hyacinthe en Quebec, Canada.Monseñor Paul Stephen Loverde obispo de Arlington en Virginia, Estados Unidos.Monseñor Joan-Enric Vives i Sicília, obispo de Seo de Urgell, copríncipe de Andorra, de donde proviene la corona de sus armas, como se explicó en otra entrada.
Monseñor François Lapierre, obispo de Saint Hyacinthe en Quebec, Canada.Monseñor Paul Stephen Loverde obispo de Arlington en Virginia, Estados Unidos.Monseñor Joan-Enric Vives i Sicília, obispo de Seo de Urgell, copríncipe de Andorra, de donde proviene la corona de sus armas, como se explicó en otra entrada.