Remite unas líneas del todo pertinentes don José Luis Sampedro Escolar, gran cultivador del devenir histórico de la orden del Toisón, que no ha mucho vio expoliado un largo y casi finalizado estudio sobre el asunto de manos de otro conocido heraldista de cuyo nombre no quiero acordarme.
En su atento mensaje el profesor Sampedro pone de manifiesto el error cometido en la reciente entrada sobre don Juan José de Austria en relación con uno de los retratos que se adjuntaron. Estas son sus palabras:
Don Juan José de Austria, al contrario que su tío homónimo, el de Lepanto, no ostentó jamás el Toisón. Es errónea la atribución del retrato del Museo del Prado que así lo identifica.Las facciones sólo son levemente parecidas por la moda del peinado, bigote y perilla, pero el Toisón está de más, por lo que debe de ser otro personaje el caballero maltés toisonado que allí vemos.
Esta misma circunstancia hace inadecuado poner el collar acolado a sus armas, lo que se hace en uno de los grabados que, por inercia, toma las habituales del rey y se las adjudica al hijo de la Calderona.Está comprobado que no ingresó en la alta cofradía del vellocino, cuyos elencos hemos repasado repetidas veces en esta tarea, quedando por dar con la auténtica identidad del caballero de Malta del Museo del Prado. Parece tarea no en exceso difícil en tanto que los caballeros españoles con toisón y de la orden de Malta de la época no fueron muchos.
En su atento mensaje el profesor Sampedro pone de manifiesto el error cometido en la reciente entrada sobre don Juan José de Austria en relación con uno de los retratos que se adjuntaron. Estas son sus palabras:
Don Juan José de Austria, al contrario que su tío homónimo, el de Lepanto, no ostentó jamás el Toisón. Es errónea la atribución del retrato del Museo del Prado que así lo identifica.Las facciones sólo son levemente parecidas por la moda del peinado, bigote y perilla, pero el Toisón está de más, por lo que debe de ser otro personaje el caballero maltés toisonado que allí vemos.
Esta misma circunstancia hace inadecuado poner el collar acolado a sus armas, lo que se hace en uno de los grabados que, por inercia, toma las habituales del rey y se las adjudica al hijo de la Calderona.Está comprobado que no ingresó en la alta cofradía del vellocino, cuyos elencos hemos repasado repetidas veces en esta tarea, quedando por dar con la auténtica identidad del caballero de Malta del Museo del Prado. Parece tarea no en exceso difícil en tanto que los caballeros españoles con toisón y de la orden de Malta de la época no fueron muchos.