Alfonso X de Castilla y León, llamado el sabio, fue un gran monarca. Usó las armas heredadas de su padre, el rey san Fernando III quien, como ayer se explicó, improbable lector, las había creado, ex novo. El conocido cuartelado de los reinos de Castilla y León.
Hombre sabio, gustaba vestir sus propias armas, como se observa en esta ilustración, contemporánea del rey, tomada de uno de sus libros, EL LIBRO DE LOS JUEGOS.
Casó el rey con doña Violante, Infanta de Aragón, hija del rey don Jaime I el conquistador de Aragón y de su segunda esposa doña Violante de Hungría, hija del rey Andrés II de aquel reino centroeuropeo.
Hombre sabio, gustaba vestir sus propias armas, como se observa en esta ilustración, contemporánea del rey, tomada de uno de sus libros, EL LIBRO DE LOS JUEGOS.Casó el rey con doña Violante, Infanta de Aragón, hija del rey don Jaime I el conquistador de Aragón y de su segunda esposa doña Violante de Hungría, hija del rey Andrés II de aquel reino centroeuropeo.Nació la infanta doña Violante, futura reina de Castilla, en Zaragoza en 1236 y murió en Roncesvalles del reino de Navarra en 1301. Esposa del rey de Castilla desde 1246 hasta su viudedad en 1284, pero hija del rey de Aragón, trajo por armas las de su padre: El campo de oro con los cuatro palos de gules. 
No obstante, en varios documentos esta reina gustó de añadir una señal propia, no heredada. Una señal que eligió para sí misma, que no venía impuesta por su nacimiento. No hay que olvidar que aun en esta época los individuos, especialmente los ajenos a la real familia, podían todavía escoger armas, renunciando a las heredadas, sin el menor remordimiento ni contravención jurídica.
La señal que eligió la reina doña Violante, esposa del rey don Alfonso X, fue pues una ilustración de su propia personalidad, ajena a la herencia forzosa: Una lis de sinople en campo de púrpura.
No obstante, en varios documentos esta reina gustó de añadir una señal propia, no heredada. Una señal que eligió para sí misma, que no venía impuesta por su nacimiento. No hay que olvidar que aun en esta época los individuos, especialmente los ajenos a la real familia, podían todavía escoger armas, renunciando a las heredadas, sin el menor remordimiento ni contravención jurídica.La señal que eligió la reina doña Violante, esposa del rey don Alfonso X, fue pues una ilustración de su propia personalidad, ajena a la herencia forzosa: Una lis de sinople en campo de púrpura. 
