lunes, 29 de septiembre de 2008

BRISURAS REALES

Fernando III el santo era hijo de don Alfonso IX de León. Pero antes de ser rey de León, lo fue de Castilla, como hijo de la reina doña Berenguela. Así, se dio la circunstancia de que durante trece años, de 1217 a 1230, el rey de Castilla portó las armas del reino de León. Luchando con tales armas en las batallas, incluso contra el rey de León, su padre. Al heredar por fin ambos reinos, en 1230, su administración creó el cuartelado real tan conocido. Este cuartelado, de gran éxito estético, el primero en adoptar la solución cuartelada para combinar dos armerías, fue copiado por infinidad de familias, no solo en estos reinos, sino por toda la cristiandad.

A lo largo del resto de la edad media en los reinos de Castilla y León, las armas reales, como entonces se llamaban, o armas derechas, o armas de cuarterones, las ostentaba el rey y el heredero, este último sin diferenciarlas de las de su padre.Y no las diferenciaba porque las iba a heredar enteras. Pero el resto de infantes, hijos de los sucesivos reyes, sí diferenciaron sus armas.

No se usó en estos reinos lo que se ha denominado sistema de brisuras, es decir añadir pequeños elementos heráldicos a las armas originales para alterarlas y diferenciarlas. Este sistema de brisuras, tan habitual en otros reinos vecinos como Inglaterra o Francia, aquí no se produjo. Durante esa edad media posterior al nacimiento del cuartelado real, para diferenciar las armas del rey por parte de sus hijos se usó la excelente idea de cambiar alguno de los cuarteles por una figura diferente, basten como ejemplo las armas de don Juan Manuel, o bien se mantuvieron las mismas figuras alterando las particiones, como las conocidas armas de los Enríquez, almirantes de Castilla: Hay que añadir que, fuera del ámbito de la real familia, nunca se usó, ni aun hoy se usa, la brisura en estos reinos. El escudo es en España un emblema que pertenece por igual a toda la familia, poseyéndose en herencia de varón a varón.