Compartiendo recientemente mesa y mantel, y copas, con dos expertos, auténticos maestros de nuestras ciencias, quienes me honran con su amistad, don Jose Luís Sampedro Escolar y don José Antonio Vivar del Riego, la conversación nos llevó a repasar enlaces familiares, a poner en común los motivos de elección de armas de encumbradas familias y a exponer las causas por las que algunos clanes familiares optaron en su momento por cuartelar las armas en sotuer siendo oriundos del reino de Castilla.
Y es que el cuartelado en sotuer, como ya estableció el maestro heraldista don Faustino Menéndez-Pidal, se puede considerar señal de identidad propia de los reyes del reino de Aragón y condes de Barcelona y por asimilación, de las familias de aquel territorio. Así, el conocido cuartelado en sotuer de las armas de Aragón-Cataluña, con las armas de los Hohenstauffen, armas del reino de Dos Sicilias, fue imitado con profusión por las más encumbradas familias de aquellos reinos.
En el reino de Castilla-León, igualmente, fue el cuartelado en cruz que creara la administración del rey san Fernando III, el que se imitó por lógica influencia de la visión repetitiva de las armas de los sucesivos reyes. Sin embargo, una conocida familia del reino de Castilla, los Mendoza de la Vega, cuarteló sus armas en sotuer. Como ya se expuso el dieciocho de junio, se trata de una distinguida familia propietaria, hasta hace siglo y medio, del entorno geográfico desde el que se redacta este tedioso blog.Las armas de los Mendoza fueron de inmemorial una banda de gules sobre un campo de sinople. Tan evidente contravención a la norma de los esmaltes se solventó, ya en el siglo XIV, perfilando de oro la banda. Hay quien ha buscado a estas armas un simbolismo que se nos hace posible. Algún heraldista ha sugerido que la banda de gules sobre el campo de sinople representa heráldicamente el haz de paja teñida de la sangre derramada en la batalla, sujeta a un asta, con el fondo de las verdes montañas norteñas.Y es que el cuartelado en sotuer, como ya estableció el maestro heraldista don Faustino Menéndez-Pidal, se puede considerar señal de identidad propia de los reyes del reino de Aragón y condes de Barcelona y por asimilación, de las familias de aquel territorio. Así, el conocido cuartelado en sotuer de las armas de Aragón-Cataluña, con las armas de los Hohenstauffen, armas del reino de Dos Sicilias, fue imitado con profusión por las más encumbradas familias de aquellos reinos.
En cualquier caso, en una época en la que ya la heráldica no buscaba un reconocimiento gráfico en la batalla sino un reconocimiento de salón de los entronques de abolengo, el escudo se cuarteló en sotuer.
En 1440, el recién creado por Juan II, primer marques de Santillana, combinó las armas de sus padres, don Diego Hurtado de Mendoza, X señor de la casa de Mendoza con las de su madre, Leonor Lasso de la Vega, heredera de la casa de la Vega y señora de la región de Santillana en el actual Santander. Y la combinación de tan importantes armerías se hizo en sotuer. Dicen los heraldistas que el cuartelado en sotuer en tierras de Aragón nació con el ánimo cierto de buscar diferencia al combinar armerías, del cuartelado en cruz de la más poderosa y omnipresente Castilla. La prolongada estancia durante su juventud del I marqués de Santillana en el reino de Aragón y su consiguiente familiarización con esta forma de combinación armera es el motivo aparente que llevó a la elección del cuartelado en sotuer.