El dibujo que acompaña estas líneas es el que representa las armas de los cuatro últimos papas fallecidos: Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II.Fue un solo individuo quien diseñó los cuatro. Y murió solo dos años antes que Juan Pablo II, con lo que casi hubiera podido diseñar otro mas. De hecho, entrevistado por un periodista en el año 2002 sobre el asunto, dijo que esperaba diseñar un quinto escudo papal.
Se trata del individuo que aparece en la fotografía siguiente:
Se llamó, mientras caminó por el mundo, Bruno Bernard Heim. Nació en 1911, en Olten (Suiza), donde falleció en marzo de 2003.
Ordenado sacerdote en su diócesis natal fue al terminar la segunda guerra mundial destinado a estudiar en una universidad de Roma. De allí dio el salto a la escuela diplomática vaticana. Su primer destino, en Francia, fue como secretario del nuncio apostólico de la santa sede en aquel país: Angelo Roncalli, el futuro papa Juan XXIII.
Cuando fue elegido papa, el cardenal Roncalli se acordó de aquel suizo que sabía mucho de heráldica y le pidió que diseñara su escudo papal. Además, le sugirió que estableciera las bases para crear en el Estado Vaticano una oficina para regular la heráldica eclesiástica. El gran error de la vida de monseñor Heim, fue responder al santo padre que esa oficina no podía crearse porque "no debía regularse el buen gusto".El sacerdote Heim, tras varios destinos por Europa, donde aprendió aún más de heráldica, alcanzó el rango episcopal, siendo ordenado arzobispo titular de Xanthús.Su gran destino fue la nunciatura de Gran Bretaña. Allí conoció e intimó, en el buen sentido, con la reina madre. Parece que compartían el mismo buen gusto por la ginebra.
Pero chocó con Juan Pablo II. Y chocó por un motivo heráldico. Lo contaré en otra ocasión.