sábado, 30 de mayo de 2009

BLOG SOBRE LOS REALES SITIOS

Escribe un atento mensaje don Francisco Javier Terán Conde, bisnieto del I barón de Río Tovía, que es el redactor del blog, del que ya se ha hablado en este espacio, sobre los reales sitios. En su correo expone el inicio de un ciclo de artículos sobre las tradicionales órdenes militares españolas que, conociendo la el ingente bagaje cultural del autor, promete resultar de absoluto interés.

El pasado veinticuatro de mayo comenzó con un completo texto sobre la orden de Santiago. Ciclo que se extenderá hacia las órdenes de Calatrava, Alcántara y Montesa, finalizando con un artículo sobre el real consejo de las órdenes militares en la actualidad.

En enlace al blog de don Francisco Javier es este.

ESCULTOR HERÁLDICO

Al hilo de las recientes entradas sobre estandartes, se expusieron algunos detalles acerca del envidiable colegio de armas de Inglaterra. Como complemento a aquello se propone hoy un enlace a una interesante página en inglés que don José Ignacio Ortiz Cano ha tenido la deferencia de remitirnos. Este es el enlace.

viernes, 29 de mayo de 2009

CORRECCIÓN SOBRE LA CORONA IMPERIAL ESPAÑOLA


Desde el que fuera el virreinato del Río de la Plata, escribe un interesante mensaje don Ezequiel Pavese, profesor de historia de la universidad de Morón de aquella tierra. Estas son sus palabras:

Sr. José Juan Carrión Rangel:

Desde ya le aclaro que mi especialidad no es la heráldica, pero sí soy un entusiasta estudioso de todo lo referido a ella.

Quería referirme a lo publicado por Ud. el domingo 17 de mayo de 2009, en su artículo titulado: CORONA IMPERIAL ESPAÑOLA.Quisiera exponer algunas cuestiones:

Cuando Carlos I hizo incorporar el águila bicéfala, la corona imperial, el collar del Toisón de Oro y las dos columnas de Hércules al escudo de España, inicialmente ni la corona del timbre del escudo y la que corresponde a la columna de la mano izquierda (ambas imperiales) no fueron nunca representadas de la misma forma e incluso ni siquiera había en otros casos, corona alguna sobre dichas columnas.La única corona imperial existente para aquellos años era la Corona Imperial del Sacro Imperio Romano Germánico. Probablemente esta corona fue realizada en algún lugar del oeste de Alemania a finales del siglo X, durante el reinado del emperador Otón I, con algunos añadidos posteriores de la época de Conrado II o de Conrado III. La primera fuente conservada en la que se menciona la Corona del Sacro Imperio se remonta al siglo XII, en ella se considera a ésta como la original, afirmación que parece muy probable.Ahora bien, casi al borde de la certeza podría afirmar que nunca se utilizó esta corona en el escudo del Sacro Imperio, utilizándose siempre una imaginaria, mas heráldica, parecida a una mitra y esto como afirmación del emperador como una autoridad al mismo nivel que la papal, siempre enmarcado esto, en el permanente conflicto entre la Santa Sede y el Imperio, desde la época de la "lucha de las investiduras".

Felipe II (hijo de Carlos I) retiró de su escudo el águila, la corona imperial e incluso las columnas que servían de representación de la divisa personal del emperador: "PLVS VLTRA". Esta situación se observa en pinturas, relieves, sellos de documentos y las monedas de época, tanto bajo los Austrias menores como los primeros Borbones.Pero las columnas, desde el reinado de Felipe V por lo menos, vuelven en las emisiones de monedas americanas, siendo las dos coronas de tipo real las que se encuentran sobre ella y en sus bases unas ondas simbolizando el océano, encerrando a dos globos (que representan el viejo continente y las Indias) con el agregado del lema UTRAQUE UNUM (ambos son uno).Carlos III comienza a utilizar un modelo simplificado (conocido como “escudo pequeño”) que únicamente lleva las de Castilla, León y Granada, sumadas del escusón con las lises borbónicas y rodeadas a veces del Toisón de Oro.El rey intruso, José I Bonaparte, introduce cambios sustanciales en el escudo: divide el escudo en seis cuarteles, 1º Castilla, 2º León, 3º Aragón, 4º Navarra, 5ºGranada y 6º las Indias, representado por dos esferas terrestres flanqueadas por las columnas de Hércules (con corona real), y añade sobre el todo un escusón de azur con el águila de los Bonaparte en oro.Reinstaurada la dinastía borbónica en 1813, Fernando VII recupera el escudo completo de Carlos III, aunque mantiene la misma forma exterior que se le había dado en la época de José Bonaparte. Su hija, Isabel II, mantiene el mismo modelo, alternando con el ovalado. Con frecuencia se utiliza la versión simplificada con las armas de Castilla, León y Granada y el escusón dinástico.La Revolución de 1868, que destronó a Isabel II, suprimió la dinastía borbónica, pero no la Monarquía; de hecho, tras la Constitución de 1869, el Gobierno Provisional estableció un nuevo escudo nacional, previo informe de la Academia de la Historia.

El nuevo escudo de España consistía en los cinco cuarteles tradicionales: Castilla, León, Aragón, Navarra y, entado en punta, Granada. Se suprime el escusón con las armas de la dinastía Borbón. El escudo se timbra con la corona mural (se propone la corona mural con la pretensión de evitar prejuzgar la forma política del Estado, pues se entendía que ese timbre no representaba ni a la monarquía ni a lo contrario), y se colocan las columnas de Hércules con el lema “PLUS ULTRA”, sin coronas.El efímero sistema posterior a la monarquía mantiene el escudo del Gobierno Provisional con la corona mural, dándole esta vez el significado contrario al régimen monárquico que no había querido darle la Academia de la Historia.Alfonso XII y Alfonso XIII, restablecen de nuevo el escudo dinástico, sin embargo, se utiliza con frecuencia el escudo simplificado, muy similar al actual, con la corona real cerrada, el escusón de la Casa de Borbón y rodeado por el Collar del Toisón de Oro o por las columnas y estas últimas sin coronas, como puede verse en las monedas de época.

El gobierno nacido después del catorce de abril de 1931, impone nuevamente el escudo del efímero régimen postmonarquico del siglo XIX y durante la gestión de Franco, aparece el águila de San Juan y las columnas con corona real, pero durante "la Transición" aparecen sobre las columnas una corona imperial (de muy difusa interpretación) y una real.Ya entonces en el año 1981 se regula el uso del escudo el cual explícitamente se dice en el artículo 1º : ... “Acompañado de dos columnas de plata, con base y capitel, de oro, sobre ondas de azur o azul y plata, superada de corona imperial, la diestra, y de una corona real, la siniestra, ambas de oro... "pero sin especificar como debe ser esa corona imperial.La corona que Ud. hace referencia, ciertamente es la corona que se conserva en Viena, la Corona del Imperio Austríaco, conocida también como Corona de Rodolfo II. Fue realizada en Praga en 1602 por Jan Vermeyen, y se conserva en la Schatzkammer (Cámara del Tesoro), situada en el Palacio Hofburg (es decir mal podría ser la empleada en el escudo de Carlos I, cuando fue creada con posterioridad a la muerte de él), pero no es la del escudo actual de España.Si se observa con detenimiento la corona que se representa oficialmente en el escudo español, termina en cruz y la Corona de Rodolfo II cuenta en su parte superior con una esmeralda de color turquesa, que representa el cielo.De esta forma, me atrevería a afirmar, que la corona imperial sobre la columna izquierda del actual escudo español, no es la imperial austríaca y la que observamos es una corona imperial vulgarmente dicho "versión heráldica".Y como nota de color, afirmaría yo que le debemos el rescate de las columnas en el escudo oficial de España ¡al gobierno contrario a la monarquía!

Le envío un afectuoso saludo desde Morón, Buenos Aires, Argentina.

Ezequiel Pavese
Profesor en Historia
Universidad de Morón.

En nuestro descargo se dirá que recordamos haber leído que, en Europa, el emperador es uno y solo uno, el del sacro imperio, quien solo puede ser designado por la Iglesia como el sucesor del emperador de la ciudad de Roma. En consecuencia, la corona imperial, en esta Europa nuestra, consideramos que debería ser solamente una, y la diferencia en los esmaltes de la corona que timbra una de las columnas del escudo de España ha de ser considerada como una forma diferente de representar, heráldicamente, la única corona imperial.

jueves, 28 de mayo de 2009

REAL HERMANDAD DE CABALLEROS DE SAN FERNANDO

Celebrándose pasado mañana, treinta de mayo, la festividad del rey san Fernando y al hilo de las anteriores entradas relativas a la vigencia y actualidad de las instituciones de caballería, hoy se desea llamar su atención, improbable lector, sobre una de ellas: La real hermandad de caballeros de san Fernando.

Esta corporación se fundó por el coronel del cuerpo de ingenieros del Ejército de Tierra don Fernando Puell y Sancho en el año 1942.En esta hermandad militan actualmente tan insignes cultivadores de nuestras ciencias heróicas como: Don Ernesto Fernández-Xesta y Vázquez; don Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio, marqués de Casa Real; don Juan Van Halen y Acedo o el comandante don Juan Rafael Aliaga y Montilla, conde de Kozel´sk. Todos ellos insignes caballeros que otorgan prestigio a esta corporación.El objetivo de la real hermandad es el aumento de las devociones a María Santísima y a san Fernando, rey de Castilla y León. A tal fin, en 1951, se adquirió y entronizó una majestuosa estatua sedente del rey san Fernando, en una capilla de la cripta de la catedral de la Almudena propiedad de la hermandad de caballeros. Sirve esa capilla como extraordinario marco para el desarrollo de las ceremonias de ingreso de nuevos caballeros.Con ocasión de cumplir la corporación los primeros cincuenta años de existencia, en 1992, la casa del rey don Juan Carlos autorizó el uso de la expresión real a añadir al nombre de esta hermandad de caballeros.Las exigencias para el ingreso en esta insigne corporación son: La presentación del candidato a la junta de gobierno por, al menos, dos caballeros; entrega de certificación de bautismo; acreditar, a través de testimonios de otros caballeros, y certificado religioso emitido por sacerdote católico, conducta vital acorde a las enseñanzas de la Iglesia; por último, se considera conveniente estar en posesión de título universitario, o equivalente, que asegure un digno sustento.

La insignia de la asociación es una cruz recrucetada que se define institucionalmente como una cruz de cruces. Cruz que sirve como motivo ornamental de la túnica que viste la estatua del rey san Fernando III que preside la capilla ceremonial de la hermandad.El manto capitular es blanco y sobre él se dispone el emblema de la hermandad de caballeros.

miércoles, 27 de mayo de 2009

REFLEXIÓN NOBILIARIA, Y II

Enlazando con la entrada anterior relativa a una somera, y posiblemente equivocada, reflexión sobre la vigencia de la nobleza no titulada, hoy se propone lo siguiente:

Se exponían en aquella entrada los inconvenientes de mantener estanca la entrada a la actual clase hidalga que, hasta la confusión de estados de 1836, siempre fue permeable.Nadie puede negar que los valores que hicieron a la nobleza no titulada, a los hidalgos, receptores de los privilegios sociales que adquirieron fueron originados por un modo vital concreto.

Ese modo vital se definiría hoy como la caballerosidad, en su más amplio aspecto. Actualmente esa caballerosidad, motor que fue de una hidalguía cuyo acceso, hoy, se restringe a la herencia de sangre, sigue vigente en muchos ciudadanos, no hidalgos, que sin embargo encarnan esos valores con, al menos, el mismo acierto que aquellos.En la actualidad, la caballerosidad se manifiesta de mil modos: A través del lícito deseo de distinguirse con un trabajo, el que sea, bien realizado; con la prestación de servicios voluntarios a la comunidad a través de instituciones de beneficencia; por medio de renuncias y entregas extraordinarias; con las donaciones a los depósitos de instituciones culturales… buscando, en fin, en palabras del doctor Montells, una aristocratización de la vida cotidiana.Para aunar los esfuerzos de tantos caballeros empeñados en este noble afán, permaneciendo impermeable el acceso a la clase hidalga, se han venido fundando, desde mediados del siglo XX, una serie de asociaciones de caballeros. Estas asociaciones pueden recibir diferentes nombres: Hermandad, corporación, asociación... pero en cualquier caso, el vínculo común, el común denominador de todas ellas, es la exaltación de los valores propios de la caballería.

Estas corporaciones de caballeros no exigen probar más nobleza que los propios méritos. Méritos que definen, hoy como ayer, la verdadera nobleza. La llamada nobleza personal. La búsqueda de la honrada distinción en todos lo ámbitos de la vida personal.Se exige además un cierto grado de religiosidad y de patriotismo. Habitualmente estas asociaciones de caballeros se ordenan en torno a la figura de una advocación del Salvador o de su Madre Santísima, o la figura de un santo, o personaje histórico ilustre.El lugar al que se desea llegar, como conclusión, es a definir el importante papel social de estas instituciones de caballeros. Instituciones cuyo valor principal reside en servir de motor para la exaltación de aquellos valores morales, los propios de la caballería, que la sociedad debería tomar como modélicos.

martes, 26 de mayo de 2009

CONDE DE KOZEL´SK

No es extraño que ciudadanos españoles ostenten dignidades nobiliarias foráneas. El trámite legal que exige la ley española para ostentar éstas concesiones nobiliarias pasa por la solicitud para su uso en el reino de España ante el ministerio de Justicia.

No obstante, no siempre se cumplimenta este trámite. Así, es relativamente habitual que este mundo nuestro de las ciencias heroicas esté habitado por muy ilustres heraldistas, genealogistas y nobiliaristas que poseen un título concedido por príncipe extranjero. Títulos que solo usan en nuestras reuniones, para darles mayor brillo, y de los que raramente se solicita reconocimiento institucional en España.

Son conocidos los casos de:

El doctor don José María de Montells y Galán, I vizconde de Portadei, que en sus propias palabras nos explicaba el origen de su título: Fui creado Vizconde de Portadei por Cartas Patentes de S.M. el rey Kigeli V de Ruanda, fechadas en Washington, el 7 de Julio de 2006. Ratificado como título georgiano por S.A.R. el Príncipe Jorge Bagration de Moukhrani, Jefe de la Casa Real de Georgia, el 26 de Diciembre de 2007. Creado nuevamente como título georgiano, el 12 de Marzo de 2008, por S.A.R. el Príncipe David Bagration de Moukhrani, Jefe de la Casa Real de Georgia.

Estas son las armas del doctor Montells, de la mano del insigne Marco Foppoli:Don Manuel Rodríguez de Maribona y Dávila, que es conde de Alba de los Abruzzos, del extinto reino de Nápoles.

Estas son sus armas:Y hoy se quiere proponer la figura de nuestro compañero de armas, amigo e insigne estudioso de nuestras ciencias heroicas, el también comandante don Juan Rafael Aliaga y Montilla, I conde de Kozel´sk, del principado de Ucrania.

Si Ucrania decidiera volver a tomar el natural sistema institucional basado en la monarquía, el príncipe Michael de Ucrania sería el soberano de aquel país del que es, no obstante, embajador acreditado para la atención de determinados eventos.

Este príncipe, en agradecimiento a diferentes acciones emprendidas por el comandante Aliaga ha venido en crearlo I conde de Kozel´sk, según carta patente cuya copia se adjunta. Las armas adoptadas para el título, un elegante tajado de evidentes resonancias españolas a través del águila y de la cruz flordelisada, son las que siguen:

lunes, 25 de mayo de 2009

REFLEXIÓN NOBILIARIA I

Hoy se desea proponer, improbable lector, una somera reflexión sobre la vigencia de algunos principios.Hasta 1836, la nobleza en estos reinos que se hoy se llaman España podía clasificarse en dos clases: La nobleza titulada y la nobleza sin titular.

La nobleza titulada ha sabido encontrar su sentido en la actual sociedad. Los títulos de nobleza se otorgan hoy, en buena medida como ayer, para mantener viva la memoria de aquel que se hizo acreedor de la merced nobiliaria por sus extraordinarios méritos.Así expresamente se establece en la ley 33/2006 sobre la aplicación del principio de igualdad ante la ley: En la concesión de dignidades nobiliarias de carácter perpetuo, a su naturaleza honorífica hay que añadir la finalidad de mantener vivo el recuerdo histórico al que se debe su otorgamiento, razón por la cual la sucesión en el título queda vinculada a las personas que pertenezcan al linaje del beneficiario de la merced. Este valor puramente simbólico es el que justifica que los títulos nobiliarios perpetuos subsistan en la actual sociedad democrática, regida por el principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley.No se crearon los títulos, ni se crean en la actualidad, con el fin de otorgar privilegios que enmascaren un fraude a la, exigida constitucionalmente, igualdad ante la ley. La concesión de títulos pretende mantener la memoria del insigne acreedor de la merced, proponiéndose, igual que la iglesia hace con los santos, a un individuo como modelo para la sociedad.Por el contrario, la nobleza no titulada sí ha visto alterada gravemente su existencia, su forma vital, su modus vivendi. Así, desde que en torno a 1836 se produjera la confusión de estados, esto es, desde que la corona y las cortes decidieran abolir los privilegios de la nobleza no titulada, su existencia ha venido perdiendo significado.Lo que ocurrió en 1836 no fue tanto que el estado aboliera la nobleza no titulada, la hidalguía. Lo que sucedió fue que la administración estatal se desentendió de esa materia, dejando a su libre albedrío a los hidalgos. Se abolieron sus privilegios fiscales y se reformó el sistema de ingreso en determinados oficios de la administración que solamente admitían a nobles. Ésta nobleza no titulada, la llamada hidalguía, quedó en consecuencia libre de regulación estatal. Y la realidad es que los decretos que pretendían la confusión de estados, realmente lo consiguieron.La nobleza titulada mantiene su vigencia, sigue viva, en tanto que cada año aumenta su nómina de miembros con la creación, por la corona, de nuevos títulos. Mercedes nobiliarias que son creadas para recompensar a aquellos distinguidos individuos de nuestra sociedad que se proponen como modelos a seguir.

Por el contrario, la nobleza no titulada, que actualmente se agrupa en torno a asociaciones de nobles de diferentes categorías, está llamada a desaparecer en no muchos años. El motivo se reduce al hecho cierto de no admitir más nobleza hidalga que la reconocida como tal con anterioridad a la confusión de estados y, al no considerarse transmisible la antigua hidalguía más que por vía de varón, su futuro se prevé incierto.Evidentemente es una lástima. Resulta obligado reconocer que, en un momento histórico pasado, la clase hidalga dio a la nación española momentos de gloria y heroísmo. Los hidalgos demostraron con sus actos, con sus vidas enteras, ser verdaderos ejemplos para la sociedad. Hoy sus herederos, nadie lo pone en duda, son insignes representantes, no solo por su sangre, sino por sus actos, de aquellos hidalgos que tanta gloria dieran a España.Pero su actual error adaptativo puede resultar terminal al no reconocer que, hasta la confusión de estados, la clase hidalga era permeable, admitiendo nuevos miembros.

Aferrada hoy a un pasado que, aunque evidentemente glorioso y heroico, resulta estéril al no renovarse, debería conducir su actitud hacia un replanteamiento, aperturista, de sus criterios asociativos.Se concluye esta tediosa entrada, improbable lector, con esa idea: Quienes actualmente consideran vigente la hidalguía por su sentido estricto de herencia de sangre, obviando en buena medida los superiores principios caballerescos que le otorgaron valor, no hacen sino pretender perpetuar un pasado de privilegios, cada vez más alejado temporalmente, intentando revivir una gloria que ya se extinguió.El culto a un pasado heroico resulta indudablemente saludable, pero si no sirve como modelo social actual, como ejemplo vital para que sangre nueva refresque la institución y sirva como acicate social, no dejará de ser una simple recreación anacrónica.

Las imágenes que adornan esta entrada, como muchas otras que se han ido proponiendo en este blog, provienen de un fenomenal proyecto de creación de escudos existente en la red. Se trata de la página de wikipedia denominada taller de heráldica. El enlace al taller es este.