La novela de Alejandro Dumas, El conde de Montecristo, relata la venganza contra sus perjuros acusadores, de un prófugo de la isla-prisión de If, que había sido injustamente encarcelado. Tuvimos ocasión de leer la obra hace un par de veranos y aunque el paso del tiempo ha hecho que adolezca de una falta de tensión argumental que hoy sería imperdonable, la novela es, en conjunto, buena.
La cuestión que se propone, improbable lector, es esta ¿existió realmente un noble con ese título concreto? Cuentan los expertos en nobiliaria que efectivamente existió un conde de Montecristo. Conde de Montecristo que ha pasado a la historia con otro de los títulos de pretensión que usó en vida: Conde de Saint Germain.Como seguramente conocerá, improbable lector, los títulos de pretensión son aquellos que utilizan los miembros de las familias soberanas al perder sus tronos. De reciente memoria son los títulos de conde Barcelona, que usó el rey de España en el exilio, el almirante don Juan de Borbón; conde de Covadonga, que utilizó el príncipe de Asturias en el exilio don Alfonso, hijo del rey Alfonso XIII o el título de duque de Cádiz que fue utilizado por el padre del actual rey de Francia en el exilio.El conde de Saint Germain y de Montecristo, que vivió entre 1696 y 1784, fue un personaje muy conocido en la corte de París del siglo XVIII al desplazar a otros nobles en la amistad del rey Luis XV y de la amante de este, madame Pompadour.Aunque los datos no son del todo fiables, el conde de Saint Germain y de Montecristo nació segundogénito del soberano del principado de Transilvania, estado entonces independiente cuyas armas fueron estas: Transilvania, nación hoy inexistente, posee un nombre asociado inevitablemente a la novela de Bram Stoker, Drácula.
El padre del conde de Saint Germain fue el último soberano de aquel principado. De nombre Francisco II Rákóczi, al exiliarse después de perder su trono a manos del imperio austriaco, marchó al reino de Polonia donde adoptó el título de pretensión de conde de Sáros. Posteriormente pasó a Francia donde trabó una gran amistad con el rey Luis XIV y finalmente se trasladó al imperio otomano donde vivió los últimos dieciocho años de su vida, siendo visitado a menudo por sus dos hijos.
El conde de Saint Germain ha pasado realmente a la historia como un cortesano de inmejorable posición económica; elegante; viajero incansable, con acceso a las cortes de toda Europa y culto, hablaba con fluidez seis idiomas. Cuentan, incluso, que mantuvo un aspecto juvenil durante sus ochenta y ocho años de vida.Algunos de los títulos que usó durante sus viajes por las cortes europeas fueron estos: Príncipe Rákóczi, marqués de Montserrat, marqués de Aymar, conde de Saint Germain, conde de Montecristo, conde de Surmont, conde de Soltikov y conde de Beldar.
La cuestión que se propone, improbable lector, es esta ¿existió realmente un noble con ese título concreto? Cuentan los expertos en nobiliaria que efectivamente existió un conde de Montecristo. Conde de Montecristo que ha pasado a la historia con otro de los títulos de pretensión que usó en vida: Conde de Saint Germain.Como seguramente conocerá, improbable lector, los títulos de pretensión son aquellos que utilizan los miembros de las familias soberanas al perder sus tronos. De reciente memoria son los títulos de conde Barcelona, que usó el rey de España en el exilio, el almirante don Juan de Borbón; conde de Covadonga, que utilizó el príncipe de Asturias en el exilio don Alfonso, hijo del rey Alfonso XIII o el título de duque de Cádiz que fue utilizado por el padre del actual rey de Francia en el exilio.El conde de Saint Germain y de Montecristo, que vivió entre 1696 y 1784, fue un personaje muy conocido en la corte de París del siglo XVIII al desplazar a otros nobles en la amistad del rey Luis XV y de la amante de este, madame Pompadour.Aunque los datos no son del todo fiables, el conde de Saint Germain y de Montecristo nació segundogénito del soberano del principado de Transilvania, estado entonces independiente cuyas armas fueron estas: Transilvania, nación hoy inexistente, posee un nombre asociado inevitablemente a la novela de Bram Stoker, Drácula.
El padre del conde de Saint Germain fue el último soberano de aquel principado. De nombre Francisco II Rákóczi, al exiliarse después de perder su trono a manos del imperio austriaco, marchó al reino de Polonia donde adoptó el título de pretensión de conde de Sáros. Posteriormente pasó a Francia donde trabó una gran amistad con el rey Luis XIV y finalmente se trasladó al imperio otomano donde vivió los últimos dieciocho años de su vida, siendo visitado a menudo por sus dos hijos.
El conde de Saint Germain ha pasado realmente a la historia como un cortesano de inmejorable posición económica; elegante; viajero incansable, con acceso a las cortes de toda Europa y culto, hablaba con fluidez seis idiomas. Cuentan, incluso, que mantuvo un aspecto juvenil durante sus ochenta y ocho años de vida.Algunos de los títulos que usó durante sus viajes por las cortes europeas fueron estos: Príncipe Rákóczi, marqués de Montserrat, marqués de Aymar, conde de Saint Germain, conde de Montecristo, conde de Surmont, conde de Soltikov y conde de Beldar.