Imagino que cualquier psiquiatra diagnosticaría sin dudar una esquizofrenia paranoide. Y encima tendría razón.
He dejado de escribir un par de días porque he iniciado un registro de nobleza. Sí un elenco, una guía de grandes y nobles, como la del ministerio de Justicia. Pero, en cualquier caso, un tanto particular. Se trata de la nobleza propia del reino del Maestrazgo.
Y claro, habrá quien salte cual león rampante alegando algo así como: ya lo dije yo. A este pobre hombre le flojea el intelecto. Y no les quito la razón, al contrario, convengo con quienes aseguran que flojeo, que es verdad, que no ya ahora, sino que nunca he andado en mis cabales. Pero en cualquier caso, y aceptando el diagnóstico, digo yo: si se publican los elencos de reinos medio-asiáticos-medio-africanos-medio-europeos, que no existen desde hace muchas décadas; si se convoca una reunión de nuestras ciencias bajo la presidencia de un archiduque, que no es tal desde que el imperio austro-húngaro perdió, lamentablemente, su existencia; si los próceres de nuestras ciencias se adornan con títulos otorgados por quienes ni siquiera se sabían herederos de reinos que permanecen extintos hace mucho tiempo; si, en fin, cada uno (o cada quisque, como prefiera, improbable lector) hace lo que le viene en gana y la cosa no pasa de ahí… tampoco me parece tan grave lo que he publicado.
Como decía, he puesto en marcha un blog que no pretende otra cosa que llevar cuenta y razón de las dignidades nobiliarias que se han ido otorgando en el Maestrazgo, desde que es un reino independiente.
Si tiene tiempo, improbable lector, y fuerzas para enfrentarse a una quimera, el enlace es el que sigue: http://www.reinodelmaestrazgo.blogspot.com/