lunes, 3 de octubre de 2011

APORTACIÓN

MENSAJE

por don Alfonso Herrera Sánchez
Heraldista

Estimado Comandante,

Le dirijo estas líneas para expresarle, una vez más, mi simpatía y sinceras felicitaciones por su laboriosa iniciativa, dedicación constante y tono mantenido en todo momento. Dejando a un lado el objeto que ha causado la querella en la que se ha visto envuelto, creo que tan lamentable episodio es una buena muestra de que tan importantes como las razones, son las formas con que éstas se expresen. Personalmente considero que no tiene justificación ni fundamento racional alguno, las posturas adoptadas por aquellos que se han encontrado agraviados por lo que no dejan de ser meras opiniones expresadas en su blog. Poco puedo añadir a los mensajes que le han dedicado los redactores otros dos conocidos blogs heráldicos. En definitiva yo también le agradezco su labor.

Por desgracia, una vez más la comunidad heráldica es un buen ejemplo de aquel dicho referido a aldeas y pueblos pequeños de '... pocos y mal avenidos'.

Me gustaría recordarle el error en que ha incurrido un heraldista muy notable al presentar el escudo de la actual Princesa de Asturias con un error considerable, brisado todo el conjunto con la diferencia del Heredero
cuando ésta debe limitarse a los cuarteles del esposo.
Error que en su momento señaló el redactor de RIAG y que puede comprobarse observando todas las armerías de las consortes reales británicas incluida la difunta Princesa de Gales.
En nuestro país podemos contemplar el lambel limitado a una de las divisiones del partido en las armas más perfectas de Isabel de Portugal, reina de Castilla, expuesta en una de las fachadas de la Cartuja de Miraflores. En este caso, la brisura está integrada en las armas paternas.

No resulta muy edificante recordar los fallos de uno de los implicados en tan lamentable discusión pero es una muestra que nos recuerda lo conveniente que es la prudencia, ya que de errar es humano por muy notable que sea la posición que alguien ocupe. A pesar de todo ello, quiero expresar mi admiración al aludido tanto por la amplitud de sus conocimientos como por su vasta y excepcional obra.

Tengo el convencimiento que detrás de todas estas diferencias, expresadas tantas veces de forma tan visceral, son resultado de la ausencia de una autoridad heráldica española OFICIAL.

Por desgracia no es el delicado momento actual el más propicio para resolver esta carencia que muchos lamentamos. Algunos, consumidos en sensibles vanidades personales, no parecen ser conscientes de la mencionada gravedad de nuestro tiempo, con el país e incluso el mundo entero jugándose en los meses próximos la salida a un ciclo desfavorable o la caída en un abismo de consecuencias tan espantosas como imposibles de prever.

Reciba un afectuoso saludo tan cordial como sincero

Alfonso Herrera Sánchez