miércoles, 11 de mayo de 2011

GUERRA CIVIL CASTELLANO-ARAGONESA

Se produjo en estos reinos que hoy llamamos España un conflicto armado hace trescientos años. Ese conflicto hoy se conoce como la guerra de sucesión.Como sabe, improbable lector, esta lucha se originó tras la muerte sin sucesión del rey don Carlos II, el hechizado, último representante en estos reinos de la casa de Habsburgo.Esta guerra comenzó en 1701 y no finalizó realmente hasta que ¡en 1744! se rindieron las últimas guarniciones en la isla de Mallorca, aunque se conoce oficialmente el tratado de Utrech de 1713 como la conclusión del conflicto.Los protagonistas del enfrentamiento fueron los reyes don Felipe V de Borbón, nieto del rey Luis XIV del reino de Francia; y el aquí conocido como el archiduque Carlos, rey don Carlos III de Habsburgo para sus partidarios, que fue el séptimo hijo, segundo varón, del emperador Leopoldo I de una nación, denominada entonces, como Sacro Imperio Romano Germánico.El rey Felipe V se sentó en el trono de Madrid en 1701, al comienzo de la guerra, si bien en 1706, consecuencia de las operaciones militares de su adversario huyó de la corte, ocupando el archiduque Carlos la ciudad de Madrid y siendo proclamado rey con el nombre de Carlos III.Este conflicto, de grandísima repercusión internacional, hasta el punto de ser considerado una guerra europea, se materializó en España en una guerra civil que enfrentó al reino de Castilla contra los antiguos reinos de la corona de Aragón.Y es que bajo la apariencia de una guerra dinástica se escondía realmente un conflicto que dirimía una concepción política perfectamente dispar:El rey Felipe V proponía una administración de la política regional de los reinos de España basada en un centralismo arrasador de las culturas y diferencias periféricas. Centralismo que se materializó posteriormente en los decretos de nueva planta, que atropellaron las ancestrales cortes de cada uno de los cuatro reinos de la corona de Aragón: El propio Aragón, el principado de Cataluña, el reino de Valencia y el reino de las islas Baleares.Por su parte, el archiduque Carlos entendía la administración política como un mantenimiento, sin cambios, de los tradicionales privilegios, cortes y fueros de cada uno de los reinos que formaban la corona española.Como sabe, improbable lector, ganada la guerra de sucesión, la guerra civil castellano-aragonesa, por Felipe V, que fue el rey propuesto por la corona de Castilla, el sistema centralista se mantuvo hasta la constitución de 1978 que, con la creación del Estado de las autonomías, quiso aliviar en parte la presión centrífuga de las regiones periféricas.

A modo de apostilla  se añade algún apunte sobre la heráldica de los pretendientes.El propuesto por Castilla, Felipe V, trajo por estandarte el que siguecoincidente con sus armas.Armas que su abuelo, el rey Luis XIV de Francia, mandó diseñar y que diferenciaban las anteriores de la corona española con la adición, en abismo, en el centro de la composición heráldica, de las armas abreviadas de la casa de Francia, brisadas por una bordura de gules.El propio rey Luis XIV explicó por carta a su nieto Felipe V que portaba las armas de Francia en el centro de las de España para recordar siempre que tanto él como sus futuros descendientes pertenecerían a la sangre de Francia, lo que hoy llamaríamos dinastía de Francia. Armas de Francia que aun permanecen en abismo en las actuales armas nacionales españolas.Por su parte, el archiduque Carlos, que como se expuso más arriba llegó a ser proclamado rey en Madrid en 1706 como Carlos III de España, usó por estandarte propio el que sigue, vexilología de sus armas personales, que fueron estas:
El archiduque Carlos, o pretendiente Carlos III, reunió en sus sienes las coronas de España y del Sacro Imperio, como hiciera el emperador Carlos I y V. Usó como rey las armas del último Habsburgo, Carlos II:Permaneciendo el archiduque Carlos aun en nuestro país, en 1711, sucedió a su hermano mayor José I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, muerto sin descendencia, como Carlos VI, siendo entonces de derecho Carlos III de España y VI del Sacro Imperio. Finalizado el conflicto renunció a sus derechos sobre el trono español manteniendo la jefatura de la orden dinástica del toisón de oro, creándose desde entonces la bicefalia aun existente en la jefatura de tan insigne orden.Casó en 1708 en la iglesia de Santa María del Mar de Barcelona, la catedral del mar de tan literarias resonancias, con la emperatriz Isabel, con quien tuvo tres hijos. Consecuencia de su dilatada estancia en España, introdujo en Viena el barroco ceremonial de la corte de Madrid y fundó la hoy tan aclamada escuela española de equitación de Viena.Ocupó la jefatura del imperio hasta su muerte en 1740, consecuencia de la ingesta de setas venenosas, siendo el monarca que mayor extensión geográfica consiguió para su nación.