viernes, 11 de marzo de 2011

OTROS REYES DE ARMAS, I

En España, pese a ser un reino, no existen reyes de armas que atiendan los derechos heráldicos de quienes desean registrar sus armas. El asunto heráldico está desatendido. No existe voluntad por parte de las autoridades nacionales de dar salida a este asunto. Se considera anacrónico, superado, obsoleto.  Sin embargo, la divinidad sí considera nuestro arte como algo necesario y conveniente, según se verá:

No es desde luego habitual que un ser sobrenatural, bajo el aspecto que sea, descienda a la prosaica vida ordinaria para definir cuáles han de ser las armas de un individuo o de una asociación, ejerciendo el oficio de rey de armas. Sin embargo a Pedro, de apellido Nolasco, sí le ocurrió.
Pedro, catalán de Barcelona, nació en torno a 1180 en una familia acomodada merced, nunca mejor dicho, a un próspero negocio de telas. Este negocio le llevaría a visitar, con fines comerciales, las costas del Mediterráneo occidental. Hombre de cierta inquietud, quedó impresionado al comprobar las condiciones de vida de los cristianos que habían sido retenidos como esclavos en territorio moro. Para aliviar su situación comenzó, a cuenta de su propio patrimonio, a organizar expediciones que buscaban negociar redenciones. Su oficio de mercader y el consecuente acceso a los puertos le facilitaban esa labor.Pero la fortuna que poseía, en un momento determinado, consecuencia de los pagos de los rescates, se consumió. Acompañado ya de otros jóvenes con unas inquietudes similares comenzaron a solicitar limosnas para atender el pago de la redención de los cristianos cautivos.Estando en esta tesitura, buscando consuelo espiritual a través de la oración, la noche del uno al dos de agosto de 1218, se le apareció María Santísima, la madre de Jesús, vestida de blanco y con un escudo en el pecho. La aparición tenía por fin transmitir un mensaje concreto:
"Es voluntad de mi santísimo Hijo y mía que fundes en el mundo una orden que, en mi honor, deberá llamarse ORDEN DE LA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED DE LA REDENCIÓN DE CAUTIVOS. El hábito será blanco en honor de mi pureza, en el pecho llevará una cruz roja en recuerdo de mi Hijo y el escudo del Rey al que sirves".Cuentan las crónicas que aquella misma noche se apareció también María Santísima a san Raimundo de Peñafort, que será el jurista y legislador de la orden, y al rey de Aragón, don Jaime I el Conquistador, con idéntico mensaje.

Así, días después, el 10 de agosto de 1218, era fundada la orden. Orden que añadiría un cuarto voto a los tres tradicionales, el voto de redención, que supone estar dispuestos a entregarse como rehenes si ese fuera el único medio de cumplir con su promesa de redimir cautivos.
Se añade que constan, perfectamente documentadas, 344 redenciones conjuntas que sumaron más de 80.000 cristianos liberados.

Pedro Nolasco fue canonizado en 1628. Su fiesta se celebra el día de su paso al cielo, el 6 de mayo.
El escudo mercedario o escudo de la merced, definido por María Santísima, es el que ha visto adornando esta entrada, improbable lector, y es el que todavía hoy visten sobre sus hábitos los miembros de esta orden.