jueves, 31 de marzo de 2011

OPINIÓN

OPINIÓN

No pensaba redactar comentario alguno. No obstante, dado que en varios blogs hermanos se ha publicado el asunto, debo aprovechar la ocasión para añadir unas líneas.

Quiero manifestar mi agradecimiento por la distinción que me ha otorgado la orden de san Lázaro, añadiendo que no he hecho más que dar cumplida noticia de una antiquísima corporación que mantiene, hoy como ayer, el desvelo por atender a los más desfavorecidos, a los más apartados de la sociedad.
Esa inquietud por los enfermos, especialmente por los leprosos, que ha perpetuado desde su origen san Lázaro es, a fin de cuentas, la manifestación más sincera del cumplimiento del mandato del Maestro.

Confío en que esta concesión sirva como acicate para dar más publicidad a las labores benéficas de la religión de san Lázaro y, de ese modo, animar a otros a participar de tan gran trabajo en favor de los desamparados.