jueves, 17 de febrero de 2011

ENLACE ESTADÍSTICO

Don Juan Moral Jiménez y doña María Dolores Escabias Escabias, son matrimonio que nos honra con su amistad desde hace más de diez años. Vecinos de Torrelodones desde hace quince, la fama de bonhomía de ambos es notoria.
Naturales de Valdepeñas de Jaén, que hemos tenido la suerte de visitar en dos ocasiones, nos han regalado una hospitalidad ejemplar. Allí alcanzamos la suerte de participar en las Fiestas Realengas, conmemoración anual de la concesión de las exenciones inherentes al privilegio de villa, que en 1558 otorgó la católica majestad de Felipe II.
El lugar es feraz, particularmente en encinares y olivos. A pesar de estar situado en el reino de Andalucía, su clima resulta más bien fresco y húmedo como consecuencia de su enclave serrano, abundando las fuentes naturales.
El núcleo urbano se asienta en un valle arropado por laderas de fecunda vegetación y gran belleza.
Las ciudad de Jaén, que diera nombre al reino homónimo, trae por armas un cuartelado de oro y gules, concedido por el rey san Fernando III, a imitación del cuartelado real, distinguido con bordura componada de dieciséis piezas que alternan las armas de los reinos de León y Castilla.
La villa de Valdepeñas de Jaén basa sus armas en las de la ciudad capital. Una bordura fragmentada en las mismas piezas envuelve el campo de oro, que muestra la cruz de Santiago acompañada de dos crecientes ranvesados de gules.
Don Juan Moral, que encabezaba esta tediosa disertación, ha tenido la deferencia de remitir un enlace. Se trata de una página del Instituto nacional de estadística relativa a la distribución de apellidos a lo largo y ancho de la geografía nacional.
Los datos que ofrece esta herramienta muestran el número absoluto de individuos que comparten un mismo apellido, atendiendo a un criterio provincial, acompañándose el dato con el porcentaje que supone en relación al total nacional de personas con idéntico apellido.
Si se desprecian los datos relativos a las provincias que acogieron la gran migración de los años sesenta del pasado siglo, como aglutinadoras de población no autóctona, Madrid y Barcelona, la información resulta muy válida.
La muestra adolece, no obstante, de un dato necesario que revelaría una información quizá de más valor: el porcentaje que suponen los individuos con idéntico apellido en relación al conjunto de población provincial.

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