
Para un heraldista, persona culta necesariamente, la oportunidad de poner en común, conocer, recrearse en cualquier estudio sobre nuestra ciencia es siempre un motivo de sana satisfacción.
Como sin duda recuerda, improbable lector, con periodicidad bienal se vienen celebrando, desde hace nada menos que ochenta y un años, congresos heráldicos y genealógicos. El primero de ellos, allá por 1929, tuvo lugar en España, en la ciudad condal. Igualmente los congresos III y XV tuvieron por sede la capital de estos reinos.

