Manteniendo el argumento iniciado con la reflexión sobre el origen de las guerras carlistas y continuado con la relación de títulos que recibieron los hijos de la reina María Cristina y del I duque de Riánsares, hoy se propone un esbozo sobre la composición original de la denominada cámara alta, el Senado.Fue la reina gobernadora quien, en 1834, accediendo a lo que demandaba el bando liberal, reformó las cortes españolas creando lo que hoy conocemos como Senado.Copia evidente del sistema bicameral inglés de la época, se diferenciaron las cortes españolas dando cabida en la cámara alta a los llamados próceres, esto es, los hijos de los reyes, los obispos de la Iglesia y los grandes y títulos de España; lo que habían sido realmente hasta entonces las cortes.En la cámara baja se integró a los representantes del pueblo, que ciertamente no eran tales toda vez que el sufragio electoral era restringido en función de la renta personal.La configuración de la cámara alta, en la que se veían representados únicamente los más altos niveles de la sociedad, se mantuvo hasta 1931. No en vano los reyes, cuando debían visitar las cortes, lo hacían invariablemente al Senado, evitando el contacto con la cámara baja.Así, hasta el infausto 1931, era costumbre que el rey acudiera, acompañado de la real familia, a la inauguración del curso legislativo a la plaza de la Marina Española, sede del Senado entonces como hoy.Concluir reseñando que tanto con la llegada del nuevo régimen instaurado por el general Franco, como en el sistema democrático actual, el Senado ha perdido su configuración original de cámara de los nobles y de la Iglesia, convirtiendose en un órgano colegislativo al que acceden los representantes del pueblo en razón de un criterio exclusivamente regional.