Habiendo asistido recientemente a mi propia investidura como caballero en la Hermandad de san Fernando, hoy se desea traer a su consideración, improbable lector, un asunto que nada tiene que ver con la heráldica pero sí con los actos sociales que acompañan a las distinguidas personas que se interesan por esta ciencia. Es el asunto de la uniformidad o del vestuario exigido en los actos protocolarios.Actualmente, en las reuniones sociales de relieve se puede exigir a los caballeros asistentes que vistan de gala, media etiqueta, etiqueta o gran etiqueta. Con el asunto de los vestidos de las damas no me atrevo a entrar porque lo desconozco por completo.
La indumentaria de gala masculina hace referencia a un traje oscuro ordinario acompañado necesariamente de camisa blanca y corbata de nudo, lo que se conoce normalmente por corbata a secas. El equivalente en el ámbito castrense es la uniformidad de gala, que viene definida en los tres ejércitos y la guardia civil por el uniforme propio ordinario, acompañado de camisa blanca y corbata de nudo negra.La etiqueta, a pesar de que las revistas de sociedad se empeñen en considerar la gala como superior, requiere de indumentaria necesariamente diferente al traje ordinario. Así, la etiqueta admite tres posibles variantes que se definen sobre la variación de la corbata de nudo (la habitual) frente a la corbata de lazo (la comúnmente denominada pajarita) y sobre la variación de usar chaqueta americana o bien chaqueta con faldón posterior.
De menos a más relevancia se pueden detallar estos extremos:
El vestuario de media etiqueta masculino civil es el chaqué, que ya conoce, improbable lector, que combina la corbata de nudo con la chaqueta con faldón.La indumentaria de etiqueta masculina civil es el denominado smoking, que combina la corbata de lazo con la chaqueta americana.Por último, la gran etiqueta viste corbata de lazo blanca junto con chaqueta con faldón, el que comúnmente se denomina frac.La equivalencia de lo expuesto en el ámbito castrense viene definida como sigue:
El ejército de tierra y la guardia civil poseen un único uniforme, denominado genéricamente de etiqueta, diferente en ambas instituciones, que establece las distinciones entre media etiqueta, etiqueta o gran etiqueta por medio del tamaño de las condecoraciones, en miniatura o en tamaño normal, y por el uso del ceñidor.La armada, el ejército que tradicionalmente mantiene una mayor distinción, cuenta con una uniformidad similar al smoking civil, para la etiqueta (solo diferente en que las mangas se adornan con las divisas del empleo militar); un uniforme similar al frac, de nuevo con las mangas adornadas con las divisas; y para la media etiqueta, el equivalente al chaqué civil, paradójicamente viste el uniforme de gala, que consiste en sustituir la chaqueta americana de la uniformidad de trabajo ordinaria por una levita. Uniforme que don Juan, el padre de nuestro rey vestía habitualmente.El ejército del aire, por su parte, del que me honro en formar parte, posee igualmente elegantes uniformes de etiqueta y gran etiqueta en los que, si hay que poner algún reparo, sería el hecho de que las divisas del empleo se porten sobre una exigua tira en los hombros que las hace inapreciables salvo que se asome uno a poca distancia del hombro de su interlocutor. Esta circunstancia hace que a una distancia media de más de treinta centímetros resulte imposible distinguir si con quien se charla es un coronel o un soldado, al resultar prácticamente imperceptibles a breve distancia.Pero, circunstancia del todo sorprendente, el ejército del aire carece de uniformidad de media etiqueta. Así, como se expuso más arriba, al concurrir a reuniones sociales como la que da origen a esta reflexión, un acto de armar caballeros, donde se exige media etiqueta, esto es, chaqué para la concurrencia civil, haya que optar por vestir de etiqueta, con lo que, al llevar pajarita se desentona bastante, o de gala con lo que el traje de aviación, en nada similar al negro chaqué, desentona igualmente en todo punto.Sirva esta tediosa explicación para animar a mis superiores del ejército del aire a considerar la necesidad de crear un uniforme que, con corbata de nudo y con chaqueta con faldón, sirva para equipararnos correctamente al resto de la sociedad.
La indumentaria de gala masculina hace referencia a un traje oscuro ordinario acompañado necesariamente de camisa blanca y corbata de nudo, lo que se conoce normalmente por corbata a secas. El equivalente en el ámbito castrense es la uniformidad de gala, que viene definida en los tres ejércitos y la guardia civil por el uniforme propio ordinario, acompañado de camisa blanca y corbata de nudo negra.La etiqueta, a pesar de que las revistas de sociedad se empeñen en considerar la gala como superior, requiere de indumentaria necesariamente diferente al traje ordinario. Así, la etiqueta admite tres posibles variantes que se definen sobre la variación de la corbata de nudo (la habitual) frente a la corbata de lazo (la comúnmente denominada pajarita) y sobre la variación de usar chaqueta americana o bien chaqueta con faldón posterior.
De menos a más relevancia se pueden detallar estos extremos:
El vestuario de media etiqueta masculino civil es el chaqué, que ya conoce, improbable lector, que combina la corbata de nudo con la chaqueta con faldón.La indumentaria de etiqueta masculina civil es el denominado smoking, que combina la corbata de lazo con la chaqueta americana.Por último, la gran etiqueta viste corbata de lazo blanca junto con chaqueta con faldón, el que comúnmente se denomina frac.La equivalencia de lo expuesto en el ámbito castrense viene definida como sigue:
El ejército de tierra y la guardia civil poseen un único uniforme, denominado genéricamente de etiqueta, diferente en ambas instituciones, que establece las distinciones entre media etiqueta, etiqueta o gran etiqueta por medio del tamaño de las condecoraciones, en miniatura o en tamaño normal, y por el uso del ceñidor.La armada, el ejército que tradicionalmente mantiene una mayor distinción, cuenta con una uniformidad similar al smoking civil, para la etiqueta (solo diferente en que las mangas se adornan con las divisas del empleo militar); un uniforme similar al frac, de nuevo con las mangas adornadas con las divisas; y para la media etiqueta, el equivalente al chaqué civil, paradójicamente viste el uniforme de gala, que consiste en sustituir la chaqueta americana de la uniformidad de trabajo ordinaria por una levita. Uniforme que don Juan, el padre de nuestro rey vestía habitualmente.El ejército del aire, por su parte, del que me honro en formar parte, posee igualmente elegantes uniformes de etiqueta y gran etiqueta en los que, si hay que poner algún reparo, sería el hecho de que las divisas del empleo se porten sobre una exigua tira en los hombros que las hace inapreciables salvo que se asome uno a poca distancia del hombro de su interlocutor. Esta circunstancia hace que a una distancia media de más de treinta centímetros resulte imposible distinguir si con quien se charla es un coronel o un soldado, al resultar prácticamente imperceptibles a breve distancia.Pero, circunstancia del todo sorprendente, el ejército del aire carece de uniformidad de media etiqueta. Así, como se expuso más arriba, al concurrir a reuniones sociales como la que da origen a esta reflexión, un acto de armar caballeros, donde se exige media etiqueta, esto es, chaqué para la concurrencia civil, haya que optar por vestir de etiqueta, con lo que, al llevar pajarita se desentona bastante, o de gala con lo que el traje de aviación, en nada similar al negro chaqué, desentona igualmente en todo punto.Sirva esta tediosa explicación para animar a mis superiores del ejército del aire a considerar la necesidad de crear un uniforme que, con corbata de nudo y con chaqueta con faldón, sirva para equipararnos correctamente al resto de la sociedad.