sábado, 26 de diciembre de 2009

SABLE COMO METAL

Ahondando científicamente en la idea que alguna vez se ha apuntado sobre el uso del sable como color y como metal, hoy se propone un documentado escrito de don Juan Fernández-Molina y Ruiz de Aranda, compañero de armas, heraldista y artista heráldico con blog propio, de quien ya se habló en este espacio virtual. Las que siguen a estas líneas son sus armas junto con el texto remitido.Estimado Sr. Carrión:

Me gustaría trasladarle para publicitar en su blog, si así lo estima oportuno, algunas reflexiones propias sobre la ambivalencia del sable como esmalte y metal basándome en las iluminaciones del “codex manesse”, también denominado “Grosse Heidelberger Liederhandschrift” que como bien sabrán todos los improbables lectores de este blog, es un manuscrito alemán del siglo XIV, el cual consta de canciones clásicas alemanas de amor sin notación alguna y de iluminaciones, las cuales, en lo referido a personajes de la nobleza, van acompañadas del respectivo escudo de armas del personaje referido.Partiendo de la base de que las armerías reflejadas en este códice no son reales en su mayoría, ya que esta obra fue acabada al menos un siglo después de la existencia de tales personajes, si que me llama la atención el hecho de que gran parte de las armas expuestas conjuga el uso del sable con otros esmaltes como el gules y el azur (este último en gran medida).Esto unido a la existencia probada de multitud de armerías donde se usa en conjunción el gules y el sable, teniendo este último entidad de metal, como en el caso de la ciudad de Ámsterdam, las armas personales de Sancho VII de Navarra, el escudo nacional albano, el Baron de Badenoch, la venera de la orden militar de Montesa y un largo etcétera, me lleva a reflexionar sobre lo adecuado de su uso ambivalente al igual que ocurre con el púrpura :Recordemos, que no es hasta el siglo XVIII cuando se dictamina (no sé muy bien por parte de quien) el que no se pueda usar el sable como esmalte/metal, y que hasta esa época, si bien no era de uso común, sí que se usaba sin más problema, ya que si nos remontamos al sentido principal de la existencia de la heráldica, que es el de identificación, la unión del gules con el sable cumple todos los requisitos, cosa que a mi entender no ocurre con el azur y el sable como aparece en el anteriormente referido “Codex Manesse”.

Imaginemos que mis armas consistieran en lo siguiente:

De azur, un grifo rampante de púrpura armado y lampasado de lo mismo:Estas armas se someten sin atisbo de duda a las normas de la heráldica, pero me reconocerán que no cumplen la labor principal de una rápida identificación. Ahora compárenlas con cualquiera de los escudos citados anteriormente y podrán observar que la ambigüedad del púrpura tiene mucho menos sentido que la del sable.

Desde aquí no pretendo cambiar las normas por las que nos guiamos los heraldistas, pero sí que me gustaría crear un sano debate en torno a esta cuestión

Atentamente:

Juan Fernández Molina y Ruiz de Aranda