domingo, 20 de septiembre de 2009

LOS ANTIGUOS REYES DE ARMAS

Nos preguntaba en un mensaje, al final del permiso de verano, un distinguido caballero llamado don José de Herrera, afincado en la ciudad del antiguo virreinato de nueva España, hoy norteamérica, llamada Miami, sobre las heraldías de los reyes de armas de estos reinos que hoy son España.La voz heraldía alude al territorio sobre el que un rey de armas o cualquier otro oficial de armas ejercían su oficio y con el que se nombraban.Ha sido por medio de uno de los libros de don Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, quien fuera secretario del príncipe don Juan, el malogrado hijo de los reyes católicos, a través del que la información ha llegado a nuestro conocimiento. Se trata del Libro de la cámara real del príncipe don Juan. Una cuidada obra de principios del siglo XVI en el que se detallan las características de los oficios propios de las cortes del príncipe y de los reyes.No hay que olvidar que en la etapa coincidente con el reinado de los reyes católicos, la moda relativa a todo lo concerniente a los asuntos caballerescos fue virulenta. Se tradujo esta circunstancia en un acabado detalle de los oficios cortesanos de la época, entre los que se encontraron los reyes de armas.

Es el editor actual del libro el profesor valenciano don Santiago Fabregat Barrios. En una nota a pie de página, haciendo referencia a su vez a una nota del ínclito profesor don Rafael Domínguez Casas, especialista en ceremonial de la corte de los reyes católicos, se detallan las categorías de los oficiales de armas de la corte de los reyes católicos.

Existían tres clases de oficiales de armas: Los reyes de armas, los farautes o heraldos y los perseverantes, siendo esta última categoría más conocida como persevantes.Añade el profesor don Rafael Domínguez Casas estos detalles “Los persevantes debían desempeñar su oficio al menos durante siete años para poder alcanzar a ser heraldos. Momento en el cual eran bautizados por el rey con el nombre de una ciudad o provincia que no fuese cabecera de reino. Los nombres de estas últimas se reservaban a los reyes de armas, que eran nombrados tras una pomposa ceremonia a la que comparecían todos los oficiales de armas de las tres escalas de la corte.

Añadiéndose, en palabras del propio don Juan Fernández de Oviedo, estas líneas que siguen: “Traen los oficiales de armas, demás de la cota real vestida, un escudo de oro ençima del coraçón, con las armas e insignias reales de su título e nombre del tal rey de armas.Y pasa a detallar los nombres de oficio de los reyes de armas de la corte, con explicación de las armas que portan cada uno de ellos.

Dando por sentado, improbable lector, que domina las armas de cada uno de estos reinos, la lista de los once reyes de armas es la que sigue, siendo resaltable que la enumeración de aquellos, por parte de don Juan Fernández de Oviedo, concluye con un etcétera que, estrictamente, significa y otros.

Las heraldías y en consecuencia los nombres de los reyes de armas en España eran estos: Castilla, Aragón, León, Granada, Navarra, Nápoles, Sicilia, Mallorca, Valencia, Toledo y Sevilla.