lunes, 14 de septiembre de 2009

LAS CARACTERÍSTICAS DE LA HERÁLDICA ESPAÑOLA

Escribe un caballero sevillano, distinguido, perdón por la redundancia, que es miembro de la orden del Santo Sepulcro. Se llama don Juan Cartaya y Baños, Miranda y Albéniz. Sus armas son las que siguen. En su atento mensaje recuerda la existencia de determinadas características que son propias y específicas de la heráldica española, considerada en su conjunto. Se trata de un planteamiento con el que evidentemente no podemos sino convenir.

No obstante, trae el tema de la particularidad de la heráldica española para llamar la atención sobre la excesiva novedad, sobre el alejamiento cierto que los nuevos diseños heráldicos, que las nuevas elecciones de armas, ponen de manifiesto.

Estas que siguen son sus palabras.


Estimado señor:

Siendo -como soy- un absoluto lego en cuestiones puramente heráldicas, me permito llamar su atención acerca de una curiosa situación que vengo percibiendo desde un tiempo a esta parte.

Como sabemos (y repito que muchos de ustedes mejor que yo), la heráldica española posee una serie de características propias, que la hacen fácilmente reconocible, creo, casi a simple vista. Borduras, panelas, dragantes, la significativa ausencia de tenantes -salvo excepciones- y de elementos tales como los que, en inglés, se nombran como crests, (cimeras en castellano), o mottos (lemas, tampoco muy frecuentes en nuestra heráldica), a excepción, podríamos decir, de algunos momentos tales como los inicios del siglo XVI, por influencia de los armoriales flamencos durante el reinado de Carlos I y Felipe II (véanse los escudos de armas de los caballeros del Toisón de la catedral de Barcelona, por ejemplo). Posteriormente, y eso se aprecia con los trabajos de los heraldistas posteriores del XVII y XVIII, estos elementos desaparecen (salvo los tenantes en las piedras armeras, muy caros -por queridos- en el norte de España).Por ello, veo sorprendido cómo hoy algunos de los nuevos heraldistas españoles adaptan -y adoptan- muebles y costumbres más propios de la heráldica británica que de la propiamente española, tal vez más clásica y menos imaginativa, pero específicamente nuestra, imitando -en muchos casos- los trabajos del College of Arms británico.

En otros casos, aparecen (de hecho lo hemos visto repetido varias veces en su blog) otras armas que, como mínimo -por su tratamiento warholiano, valga la palabra, por los trabajos de Mr. Andy Warhol- de la composición, los motivos, etcétera- resultan sorprendentes.

Evidentemente, el vacío legal al que se alude en algunos artículos del blog sobre este asunto (que, imagino, se dejará morir por parte de las instancias oficiales, absolutamente desinteresadas en estos temas), al no haber una autoridad reconocida en el tema y sí diversos freelancers que incurren en el mismo, provoca este tipo de incursiones discutibles (en cuanto a gusto y oportunidad, o en cuanto a lo que podríamos denominar como canon o medida española en cuanto a los usos de la heráldica).

Curiosamente, sin embargo, es un súbdito británico una de las personas que, por lo que veo, se esfuerzan no poco en dar un cierto lustre a lo que es la heráldica puramente hispánica, en buena medida: sólo hay que remitirse a la web de Mr. Nicolas Hobbs para poder apreciar algo realmente digno:
http://grandesp.org.uk/index.html.Paradojas de la vida... ¿Cree que algún día se volverá al concierto lógico que ha creado algunos de los elementos simbólicos más bellos de nuestra cultura? ¿Dejaremos a un lado esas innovaciones que a veces no son precisamente afortunadas? Qué lejos estamos hoy de las simples calderas de Laras y Guzmanes...

Un saludo, y muchas gracias por su atención y por su magnífica vocación, que le agradezco de nuevo públicamente, como seguidor -secutor- constante de su página.

Juan Cartaya Baños
de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén