Nuestras ciencias, las ciencias heroicas, sirven de reclamo, de diversión, de solaz a pocos individuos. Pero desde luego, somos un grupo selecto. Habitualmente nos especializamos, por mera afición, en una materia determinada.
Uno de los especialistas más renombrados a nivel internacional en materia de heráldica eclesiástica es el sacerdote católico, del que ya se ha hablado, y mucho, y bien, en este espacio virtual, don Guy Selvester, cuyas armas son las que siguen:Hasta hace unos meses, el padre don Guy mantenía un muy interesante blog sobre temas eclesiásticos en los que la heráldica suponía un valor constante y que abandonó por justificado cansancio.
El padre Selvester se considera, porque lo es, discípulo heráldico del arzobispo Bruno B. Heim, de quien también, y tan bien, se ha hablado en este espacio, que fue quien diseñó y dibujó los escudos de los cuatro últimos papas anteriores al actual y cuyas armas, contrarias a las leyes de la heráldica al disponer oro sobre plata, fueron estas.
En el ámbito del blog del padre Selvester se publicaron, hace meses, una serie de fotografías. La serie mantenía un hilo conductor basado en exponer sedes episcopales de catedrales católicas, habitualmente norteamericanas, en las que se representaban las armas del obispo reinante en la diócesis.
Durante algunas entradas se propondrán a su consideración, improbable lector, algunos de aquellos tronos. Dado que el blog del padre Selvester, al dejar de redactarse fue suprimido en su totalidad, no se dispone de datos de todos ellos. En cualquier caso, la decoración basada en motivos heráldicos nos parece de suficiente entidad y buena estética como para proponerla a su consideración.
De las dos primeras fotografías que a continuación se exponen no recordamos los detalles de la diócesis en las que fueron tomadas ni del obispo poseedor de las armas que adornan los tronos.
En cualquier caso, ésta primera sede, con un detalle más cercano del escudo, recuerda vagamente, por la disposición del dosel, a aquel otro que tradicionalmente adorna las armas de los soberanos y de los grandes de España.La segunda expone en su respaldo unas armas realmente bien diseñadas, sobrias y elegantes, pertenecientes a un arzobispo o a una archidiócesis al acolar una cruz patriarcal.
Uno de los especialistas más renombrados a nivel internacional en materia de heráldica eclesiástica es el sacerdote católico, del que ya se ha hablado, y mucho, y bien, en este espacio virtual, don Guy Selvester, cuyas armas son las que siguen:Hasta hace unos meses, el padre don Guy mantenía un muy interesante blog sobre temas eclesiásticos en los que la heráldica suponía un valor constante y que abandonó por justificado cansancio.
El padre Selvester se considera, porque lo es, discípulo heráldico del arzobispo Bruno B. Heim, de quien también, y tan bien, se ha hablado en este espacio, que fue quien diseñó y dibujó los escudos de los cuatro últimos papas anteriores al actual y cuyas armas, contrarias a las leyes de la heráldica al disponer oro sobre plata, fueron estas.
En el ámbito del blog del padre Selvester se publicaron, hace meses, una serie de fotografías. La serie mantenía un hilo conductor basado en exponer sedes episcopales de catedrales católicas, habitualmente norteamericanas, en las que se representaban las armas del obispo reinante en la diócesis.
Durante algunas entradas se propondrán a su consideración, improbable lector, algunos de aquellos tronos. Dado que el blog del padre Selvester, al dejar de redactarse fue suprimido en su totalidad, no se dispone de datos de todos ellos. En cualquier caso, la decoración basada en motivos heráldicos nos parece de suficiente entidad y buena estética como para proponerla a su consideración.
De las dos primeras fotografías que a continuación se exponen no recordamos los detalles de la diócesis en las que fueron tomadas ni del obispo poseedor de las armas que adornan los tronos.
En cualquier caso, ésta primera sede, con un detalle más cercano del escudo, recuerda vagamente, por la disposición del dosel, a aquel otro que tradicionalmente adorna las armas de los soberanos y de los grandes de España.La segunda expone en su respaldo unas armas realmente bien diseñadas, sobrias y elegantes, pertenecientes a un arzobispo o a una archidiócesis al acolar una cruz patriarcal.