Si los príncipes de Asturias ostentaran un numeral que indicara el orden en la ocupación del título, como en el caso del resto de la nobleza titulada, el que posteriormente sería el rey Enrique III de Castilla, hubiera añadido el número I a su título de heredero.Su padre, el rey don Juan I, de la dinastía que se llamó Trastámara, creó el título de príncipe de Asturias, copiando el modelo inglés, que conoció al concertar la boda de su heredero con la princesa Catalina de Lancaster, hija de Juan de Gante, duque de Lancaster y de Constanza de Castilla, heredera del rey don Pedro I el cruel.El título de príncipe de Asturias conllevaba entonces la efectiva administración y gobierno de aquellos pagos, con las inherentes rentas anejas. Circunstancia que se mantuvo hasta el reinado de los reyes Isabel I y Fernando II, los católicos, que hicieron del título un mero adorno honorífico.Se añade la anécdota referida a que este I príncipe de Asturias fue quien, ya siendo rey, organizó la colonización del archipiélago Canario, enviando la primera expedición, al mando del noble francés Jean de Béthencourt, en el año 1402.