Como complemento a la entrada de ayer mismo, se añade otro individuo que debería vestirse, en actos solemnes y atendiendo a su oficio, con sus propias armas, además de las del reino que da nombre a su firma como rey de armas. Se habla, improbable lector, de su excelencia el señor marqués de la Floresta, cronista-rey de armas de Castilla y León.