Las fuerzas internacionales de imposición de la paz enviadas desde el reino de Suecia tienen por lema: Ad omnia paratus. Preparados para todas las cosas. Pero el león rampante de su emblema ya no está preparado para todo.
Y es que se ha decidido, por presión del personal militar femenino que es parte de esa fuerza, cambiar su escudo. El cambio es evidente: el león ha sido castrado. Las soldados de dicha unidad consideraban que no era representativo un león que exhibiera impúdicamente su sexo.
El león, heráldicamente, muestra siempre sus partes mas íntimas. Realmente es casi inapreciable el cambio, pero desde luego se manifiesta muy sustancial.
Algo similar ocurrió aquí, en España, con el escudo del municipio de Alpedrete. También un león vio cercenada su orografía corporal. Éstas que siguen son hoy las armas de aquel municipio. Coinciden con las de los condes de Adanero, que no eran señores del lugar pero tenían casa solar en él. Ejemplo de despropósito heráldico por ambos motivos.
El segundo cuartel de nuestro escudo nacional, que proviene del antiguo reino de León, sin castrar: