jueves, 10 de noviembre de 2011

TRES CORONAS

Mantiene Inglaterra una vigencia de su sistema heráldico verdaderamente envidiable. Sus reyes de armas, heraldos y persevantes aún poseen trabajo abundante, tanto en su faceta de creadores de heráldica como en su aspecto de maestros de ceremonias de la corte inglesa.
La capacidad heráldica gentilicia de los súbditos de la reina de Inglaterra es admitida, al contrario que en el continente, en aquellos que han alcanzado o heredado la condición de nobles. Únicamente la aristocracia posee legalmente blasones familiares que son definidos por los oficiales de armas. Pero además de ese aspecto particular los heraldos otorgan nuevas armas, siempre en nombre de su soberana, a las corporaciones que lo requieren y a las ciudades.
La concesión de armas a los núcleos urbanos por parte de los reyes es costumbre enraizada en toda la cristiandad desde la Edad Media. Valga el ejemplo de Torregalindo, patria chica de un buen amigo y compañero de armas, don Agustín Carlos Cámara González, conde de Torregalindo en el reino del Maestrazgo.

Y es que hoy propongo a su consideración, improbable lector, el caso del rey don Eduardo I de Inglaterra, contemporáneo de nuestros reyes castellanos: don Alfonso X, el sabio, con cuya hermana casó; don Sancho IV, el bravo; y don Fernando IV, el emplazado.
Eduardo I fue un incondicional de la serie de novelas del ciclo artúrico, tan cuidadosas con el aspecto heráldico de sus personajes. Creía ser descendiente del, hoy lo sabemos pero entonces no, mítico rey Arturo. Rey Arturo al que los autores habían revestido tradicionalmente de un campo de azur con tres coronas de oro puestas en palo.
El rey Eduardo I, en su creencia de ser heredero de aquel blasón concedió a varias ciudades armas nuevas que se cargaban, entre otros muebles, con las tres coronas de la mitología artúrica.
Tres coronas que, es verdad, aún hoy son elementos habituales en las armerías de aquel reino.
Se exponen, para concluir esta efímera entrada, una breve cadena de ejemplos. Las armas de la universidad de Oxford:
El municipio de Tynemouth:
Cochester:
Brentwood:
La ciudad de Stowmarket:
Blythval:
La universidad de la ciudad que me acogió durante un verano, Bournemouth:
Y el condado de Cambridge: