Se habló en alguna ocasión de las llamadas órdenes militares españolas en este tedioso blog. Órdenes que hoy se configuran como asociaciones nobiliarias de tan reconocido prestigio por su bagaje histórico, que miembros de la propia familia real mantienen su vinculación.
Así, nuestro soberano sigue ejerciendo el gran maestrazgo de las cuatro órdenes y el príncipe de Asturias ostenta un cargo de elevadísima posición, comendador de Castilla, en la orden de Santiago.
La historia de las órdenes militares tradicionales es rica en hechos bélicos de gran heroísmo. Durante los últimos siglos de reconquista ejercieron el papel de ejército regular dando muestras de gran valor y arrojo, acrisolados en infinidad de casos con la muerte de sus miembros.
No obstante, siguen manteniendo un elevado prestigio social merced al rigor que pervive en los requisitos de ingreso. Exigencias que se centran en la necesidad de profesar la verdadera fe y en demostrar, de forma indubitable, nobleza de sangre por los cuatro costados.
Las tradicionales órdenes militares españolas, a pesar de su militancia anclada en valores tradicionales, han sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Sirva como evidencia la creación de una página en la red en la que se dan a conocer sus actividades. El que sigue y concluye es el enlace: