Se ha hablado recientemente de la dinastía de los reyes de Dos Sicilias. Estos soberanos en el exilio, cuyo actual monarca es el infante don Carlos de Borbón, primo hermano de nuestro rey don Juan Carlos, han mantenido la vigencia de sus órdenes. Entre ellas, la más significativa es la orden constantiniana de san Jorge. Es el término constantiniana el que revela el origen de la orden. Cuenta la tradición que, aparecida en el cielo la señal de la cruz, junto con la voz divina que reveló que con ese signo vencería, el famoso in hoc signo vinces, el emperador Constantino de Roma fundó la orden al encargar a cincuenta caballeros que defendieran con su vida el lábaro, el pendón sobre el que representó el signo que había observado en el cielo. Agotado el imperio de la ciudad de Roma en occidente, la jefatura de la orden constantiniana, recayó en los herederos de aquel imperio, los emperadores de la Roma oriental, los emperadores de Bizancio. En 1453, con la caída del imperio romano de oriente, la jefatura de la orden se trasladó a la ciudad de Roma, en las personas de los herederos de los emperadores de oriente: La dinastía de los Commeno, que mantuvieron la vigencia de la institución hasta que en 1697, el jefe de la orden, Flavio Commeno, la cedió al soberano del ducado independiente de Parma, Francisco Farnesio, cuyas armas eran estas:Fue desde su origen una orden dinástica, esto es familiar, no propia de un reino o de un territorio cualquiera. Así, al concluir la dinastía agnada de los Farnesio, los derechos de la orden pasaron a la reina de España, esposa de Felipe V, doña Isabel de Farnesio, quien cedió los derechos sobre esta orden a su hijo mayor don Carlos, futuro rey de Nápoles y después de España, con el nombre de Carlos III, quien al nombrar heredero de su reino italiano a su segundo hijo, don Fernando, le hizo también, es verdad que bastantes años después, heredero del gran maestrazgo de la orden constantiniana.Como se expuso en varias entradas recientes, el reino de Nápoles se denominó posteriormente reino de Dos Sicilias y, tras la invasión italiana, los jefes de la dinastía, reyes en el exilio de Dos Sicilias, han mantenido y hoy el infante don Carlos de Borbón, duque de Calabria perpetúa, la digna jefatura de aquella orden dinástica.
Es verdad que la orden se encuentra hoy escindida en dos obediencias. Pero en este caso el derecho es indubitable a favor del infante de España don Carlos de Borbón, duque de Calabria, toda vez que en el acta de Cannes, de la que se habló recientemente en otra entrada, se hizo renuncia de los derechos al trono de Dos Sicilias, pero en ningún caso de la jefatura de la dinastía. Y la orden constantiniana de san Jorge es orden dinástica, no de estado.Se recomienda la visita a esta interesante página sobre el asunto.