Por don José Luis Sampedro Escolar
La sede madrileña de la Fundación Carlos de Amberes (C/ Claudio Coello, 99, teléfono 914 35 22 01- http://www.fcamberes.org/) acoge una exposición extraordinariamente interesante bajo el título La Orden del Toisón de Oro y sus soberanos (1430-2011). En la muestra se puede admirar una selectísima colección de pinturas, grabados, manuscritos, insignias y armas dispuesta en secciones denominadas Los orígenes, La época de esplendor, Los símbolos y La Casa de Borbón.
Del 1 de diciembre de 2011 al 26 de febrero de 2012.
Horarios: De martes a sábado de 11,00 a 20,30 h.
Domingo, festivos, 24 y 31 de diciembre de 11,00 h. a 15,00 h.
Cerrado los días 25 de diciembre y 1 de enero
Lunes cerrado
Martes: Entrada general gratuita
Para quien estas líneas firma es motivo de satisfacción que se haya organizado esta muestra, que tuvo el honor de proponer personalmente a S.M. el Rey en 1996, y, posteriormente, por escrito dirigido al entonces jefe de Su Casa desarrollando la propuesta, en la que se mencionaba la concesión del Toisón al duque de Suárez.
Queda para la posteridad un catálogo en el que se recogen las imágenes y fichas explicativas de las piezas expuestas y unos breves estudios: El poder de los símbolos. La orden del Toisón de Oro, la significación del ceremonial y los retratos de los reyes de España (siglos XVI-XVIII); La orden del Toisón de oro y la Corona de España y Un collar ígneo para un vellocino áureo. Iconografía de la orden del Toisón de Oro, de los que son autores, respectivamente, los comisarios de la muestra (Fernando Checa Cremades y Joaquín Martínez-Correcher) y Víctor Mínguez.
Se recomienda muy vivamente la visita a esta exposición y la consulta detenida del aludido catálogo, pero queremos hacer una advertencia a los interesados en la materia. Como en diferentes puntos del repetido catálogo se cita entre la bibliografía referente al caso la obra La insigne Orden del Toisón de oro (Madrid, 1996), de la que, como editor, se responsabiliza A. de Ceballos-Escalera y Gila, es oportuno hacer algunas observaciones acerca de la fiabilidad de este libro, grande en tamaño pero de escaso rigor científico, del que uno de sus colaboradores, el barón Pinoteau, ha dicho: …Mais cela n´est rien si on regarde les fausses armoires, les portraits inversés, etc. Un joli manque de méthode: on donne parfois les armoires princières, portées lors de la nomination dans l´ordre, et, d´autres fois, les armoires de souveranité,…et les couronnes! Nous sommes plusieurs à étre ennuyés d´avoir mis notre nom là dedans.
El juicio del prestigioso investigador francés tiene suficiente justificación en los terrenos prosopográfico, biográfico, icónico y heráldico.
A lo largo del texto se deslizan un buen número de pequeños errores que en una obra normal serían disculpables, pero no en un volumen por el que en la actualidad se pide un precio elevadísimo (pese a haber sufrido una considerable devaluación a lo largo de los años)[1]. Así, en la página 125 se califica de largo el reinado de Alfonso XII; en la 103, una errata dice que la división de la Orden se produce en 1792 (fue en 1712); a María de Borgoña se le da el título de Duque (página 42); la descendencia de Francisco de Asís se califica de excelente (página 382), Se dice que el III duque de Alba fue apoderado de Felipe II en su cuarta boda; se afirma que Práxedes Mateo-Sagasta y Escolar nació en 1825, cuando lo cierto es que vino al mundo en 1827; se denomina a Alberto II como rey de Bélgica cuando oficialmente es rey de los belgas, al igual que su embajador es, en realidad, embajador del rey de los belgas; en la página 362 se habla del Príncipe Electoral de Sajonia, que debe ser el Príncipe Elector; se atribuye equivocadamente el collar del Toisón que ostentó el general Wellington al infante Don Luis, cuando en realidad la hija del Infante, la condesa de Chinchón, sólo regaló al héroe británico una insignia (joya robada en el siglo XX) que perteneció a Don Luis, no el collar. (vid. al respecto el artículo que J.L. Sampedro Escolar publicó en el número 7 de la Revista Internacional de Protocolo)…
Además de reproducirse muchas imágenes invertidas, en su lugar no aparece Luis Bonaparte, Rey intruso de Holanda, pero en la página 466, donde dice aparecer Jerónimo Bonaparte, aparece el antes mencionado Luis; se omiten retratos de personajes tan conocidos como Manuel el Afortunado de Portugal, Guillermo IV y Eduardo VIII de la Gran Bretaña (el Duque de Windsor tras su renuncia), el Cardenal Borbón y Vallabriga, efigiado por Goya, Juan Francisco Pimentel, al que retrató Velázquez, Talleyrand, el Duque de Angulema, Fernando de Orleáns y su hermano Antonio (duque de Galliera), …
En el campo estricto de la heráldica, el que más interesa en este foro, una enorme cantidad de escudos (quizás los reproducidos del archivo del conde de Limburg Stirum) son absolutamente irreconocibles por la mala calidad de la reproducción de los mismos; en las páginas 408 y 410 se atribuyen las mismas armas heráldicas al marqués de Pidal y al duque de Bailén (personajes de linajes bien diferentes), eso sí, cambiándoles las coronas adecuadas a sus respectivas titulaciones nobiliarias, mientras que las armas de Posada y Herrera son incorrectas; en las armas rusas, San Jorge aparece invertido, etc., etc., etc.
Está más que justificada la alusión del barón Pinoteau a las coronas, pues si en la página 401, la corona imperial de Napoleón III es un invento, remedo de la corona de Rusia, sin parentesco alguno con la heráldica del II Imperio francés, la corona que timbra el escudo del reino de Jordania aparece rematada con una cruz.
El juicio negativo del barón Pinoteau no es único; en 2008, el profesor de la Universidad de Florencia Bartolomé Yun, una de las autoridades europeas en estudios de nobiliaria, pese a haber manejado el libro comentado, dice de la Orden del Toisón de Oro que espera aún un buen estudio desde la parte española.
Alfonso Ceballos-Escalera y Gila recibió la cruz de caballero de la orden de Carlos III, según decía el diario ABC de Madrid el 22 de junio de 1997 (página 16) con el fin de destacar su valiosa aportación en la confección y publicación del libro “La Insigne Orden del Toisón de Oro”, publicado por Ediciones Toisón.