martes, 6 de mayo de 2008

LA ELECCION DE LAS PROPIAS ARMAS

Pregunté hace unos días a don José Antonio Vivar del Riego, insigne heraldista especializado en armoriales, si usaba armas. Solicitaba esa información con el ánimo de añadirlas a la entrada del día 19 de abril, en la que se hizo mención de su excelente trabajo.

Su respuesta me ha obligado a meditar sobre el asunto: Me explicó que no, que ni las usa ni tenía intención de adoptarlas en el futuro.

Me pareció del todo sorprendente. Los incipientes aficionados a estas artes, a estas ciencias, lo primero que hacen es interesarse por el escudo de su apellido para, una vez que van comprendiendo como funciona el asunto, crear armas nuevas para sí mismos y usarlas luego a vista de todo individuo que esté dispuesto a entretenerse con estos temas.

Estas fueron, exactamente sus palabras:
"En cuanto a que si uso armas, te diré que no. Ni tengo intención. Durante la carrera tuve la veleidad de llevar en el forro de la carpeta el clásico escudo de Vivar que aparece en todos los repertorios, y ahí se acabó la cosa: ahora he descubierto que me divierto mucho más estudiando nuestra ciencia desde fuera, sin implicarme personalmente.
Hoy en día, cuando tengo una colección abrumadora de libros de heráldica, me resultaría impensable colgar en casa un escudo propio. ¿Paradójico? Tal vez, pero prefiero que mi afición no me invada otros ámbitos."


Esta afirmación me ha hecho recordar que el último cardenal arzobispo de París, monseñor Lustiger, nunca adoptó armas. La verdad es que, en buena medida, muchos lo consideraron un ejemplo al no hacer concesión a una costumbre tan noble como la adopción de escudo.

Así, me asaltó la pregunta: ¿Debemos hacer heráldica sin participar de la heráldica?

Es verdad que para el común de los mortales poseer un escudo se considera ostentoso. Pero no entre personas con una cierta cultura heráldica. ¡Y el distinguido caballero que escribía el mensaje es maestro de heráldica!: En consecuencia, lo más probable es que tenga razón. Que debamos estudiar heráldica desde fuera, sin vincularnos: Creando ciencia. ¿Usted qué opina, improbable lector?